La chica del café

ELLOS

A pasado un tiempo largo y tormentoso para mí, veo que no es así para ella, ha estado brillando más que nunca, no parece extrañar las horas lejos del mundo real. Me siento mal, pero sí es lo que quiere, ¿quién soy yo para privarla de su felicidad?, me duele pero debo aceptarlo.

Ya no viene con la misma frecuencia de antes, ¿a dónde va ahora? él le ha mostrado otros lugares seguramente; cuando regresan, parece como si ésta cafetería fuera el patio de su casa: sólo para conversar, quiero decir que ya no tiene el mismo significado para ella, ya no es su lugar favorito. Me pregunto qué horizontes habrán visitado juntos, ¿cuántas veces?, ¿habrá sido feliz? Supongo que sí, sus ojos siempre brillan cuando lo mira; hacen una hermosa pareja, lo admito con amargura.

Hoy han venido después de una eterna semana, piden un americano y un latte (ambos con crema de avellana); ya no tengo la fuerza suficiente para darme el lujo de mostrar mi desprecio hacia él, lo acepto, he sido muy infantil todo el tiempo.

Una puñalada ha desgarrado mi corazón, sangra, se destruye dentro de mí. La mano que me recibe el cambio no es la de él, pero su rostro viene a mi mente, sus miradas encontradas, sus caricias disimuladas por encima y por debajo de la mesa, la sonrisa de ella, la sonrisa de él; llenos de una magia especial. Todo esto recuerdo mientras observo con sorpresa y dolor el anillo que rodea el dedo anular de ella, ¿de compromiso?, ¿de matrimonio? da igual.

Toda esperanza dentro de mí se ha desvanecido por completo.

 



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En el texto hay: romance, amor, cafe

Editado: 21.01.2019

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