La chica del flamenco

I

El viento golpeaba en mi pelo , desordenando aún más mis rulos , y sabía que debería haber tomado una decisión mejor a la hora de salir de casa.

Nadie me dijo nunca que un buen pelo  significaba una gran responsabilidad. Pero yo lo amaba porque me representaba, me hacía sobresalir entre los demás y combinaba bastante bien con mi actitud. Salvaje,indomable, fogoza.

El verano había llegado a Sidney hace poco , y con este comenzaba algo que muchas personas amaban pero yo no demasiado. Los benditos y fátidicos festivales.

Gente  yendo y viniendo, de aquí para allá. Padre gritando, niños corriendo por todos lados y uno que otro perdiéndose por ahí.

Era consciente que gracias a todo esto , tenía trabajo y me pagaban bastante bien en las ferias en las que trabajaba , pero nada de eso servía si tenía que lidiar con un jefe que me explotaba y que me tenía amenazada con entregarme a la mafia debido a una deuda a saldar que tenía con mi padre.

Lo odiaba por ello, odiaba su adicción al juego que lo llevó a abandonarme a mí y a nuestra hermana. Era todo lo que teníamos luego de que mamá muriera hace ya unos 3 años.

Cayó en la depresión, no lo juzgo, cada quien hace el duelo como puede. Mi hermana se volcó al estudio, él se volcó a las apuestas y desarrolló una suerte de ludopatía y yo me entregué a las malas juntas.

Pero no todo había cambiado radicalmente en mi vida luego de un suceso tan trágico como este.No , claro que no.

Aún seguía siendo la misma Megan de siempre, salvo que había tenido que madura de golpe para hacerme cargo de una hermana de 18 años y tuve que dejar mis problemas de una personas semi adulta para ponerme los pantalones y sacar adelante una casa.

Ya había olvidado la cantidad de veces que me había tenido que levantar en la mitad de la noche para ir a sacar a las rastras a mi papá de algún que otro casino.A esta altura ya era amiga de casi todos los guardias que trabajaban allí.

Es así como conocí a mi mejor amigo Jordan, la persona por la que aún mi cordura está intacta o eso creo.

Las cosas se complicaron cuando no nos quedó más dinero y mi padre empezó a apostar cosas más grandes. Hasta que ya no tuvo que apostar y recurrió a un préstamo por parte de los mafiosos locales.

A cambio de eso , si él no pagaba para fin de mes , le “pegarían donde más le duele” o esa fue una de las amenazas que llegaron a casa.

Pero volvamos a verano y los festivales. El “Sidney Festival” había llegado a la ciudad y me encaminaba a mi primer puesto del día que tenía que atender.Uno realmente pequeño donde las personas golpeaba pelotas para , si tenían suerte, ganar un animal de peluche que con el tiempo solamente juntaría polvo en la esquina de alguna habitación.

Me acomodé el cabello, y abrí la puerta del pequeño stand que nos había cedido tan amablemente la ciudad.

-Lista para ir de caza?-preguntó Eve.

-Claro que sí-la miré desafiante.

Con Eve todos los veranos hacíamos lo mismo, buscábamos chicos con los que jugar para poder hacer esto algo más llevadero. Cuando nos aburríamos de ellos los dejábamos, y en algunas ocasiones hasta los compartíamos.

-Hay buena mercancía por lo que estoy viendo.

-Agudizaré mi ojo de halcón y encontraré una nueva presa-dije riendo-Alguien con quien divertirme y que no sepa lo que le espera al meterse conmigo.

-Usarás la misma técnica de siempre?

-Claro-asentí-Me ha funcionado desde tiempos inmemorables. Una vez que el pobre iluso se haya enamorado de mí , pasaré a otra cosa.

Miré el horizonte buscando una víctima que caiga en mis redes y que me ayudara a olvidarme de todo el dolor , mientras jugaba con él. No es por jactarme pero era realmente buena en esto.

De repente un chico con rulos y una cabellera rubia sobresalió del resto de las personas.

-Bingo-sonreí al encontrar al pobre infeliz.

 




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