La chica del flamenco

XV

Si me hubiesen dado lugares donde quisiera despertar este , hubiese estado en el fondo de la lista.

Nadie quería amanecer en una celda, por haber participado en una carrera clandestina de autos. Pero había algo dentro mío que me hacía sentir bien.Triunfante.

Había ganado, ciertamente lo había hecho, había ganado demasiado dinero como para ahorrarlo y liberarme de una vez de todas , pero también había obtenido antecedentes.

Si algo no necesitaba mi propia reputación que estaba casi tan pisoteada como  mi dignidad era esto.Sin embargo aquí estaba, y me sentía feliz.

La que no se veía demasiado feliz era mi compañera de celda , quien me miraba como un puma miraba a su presa, supongo que estaba evaluando en que momento volvería a dormirme para poder robarme un riñon.

Solo bromeo.No creo que la gente en una ciudad como esta fuera capaz de algo tan oscuro.

-Tu padre ofreció tu vida a los mafiosos para pagar sus deudas de juego-dijo una voz dentro de mi cabeza.

Bien , retiro lo dicho, aquí pasaba mucha mierda junta.

-Laurens?-una mujer policía se acercó adonde estaba.

Me levanté del incómodo banco donde me encontraba y aún así, no entendía como había sido posible que hubiese dormido anoche en ese lugar.

Mi espalda seguramente me pasaría cuentas de esto.

-Te dejaremos ir porque no tienes méritos suficientes para mantenerte encerrada por más horas aquí.

-Genial-estiré mi mano para que me devolvieran mis cosas.

-Espera un momento, donde crees que vas?

-A casa-intenté sonar lo más educada posible porque no quería que me llevaran de vuelta a esa pocilga y esta vez si tuviese razones para quedarme.

-No puedes irte a menos que alguien venga a buscarte. Toma el teléfono y marca a quien quieras-me pasó el tubo.

A quien llamaría? No podía llamar a casa por que simplemente no quería llenar de más problemas ese lugar.No pensaba llamar a Eve para que ella me regañara sobre lo irresponsable que había sido por ir a una carrera, Price estaría durmiendo a esta hora y tampoco quería involucrarlo de nuevo. Y luego una lamparita invisible se iluminó en mi cabeza.Llamaría a Christopher.

Marqué su número y esperé impacientemente a que respondiera. Un tono, dos tonos y cuando estaba a punto de colgar y rendirme, una voz somnolienta respondió del otro lado.

-Megan?

-Hola .Puedes venir a buscarme?

Un silencio inundó el otro lado.

-Hola?

-Donde estas?-preguntó.

-En la comisaria.

-Por que? Que hiciste?

-No comiences a juzgarme.Puedes venir a buscarme?Si o no? Porque si no puedes tendré que volver a mi celda y hacerme amiga de la persona que posiblemente me robe un riñon mientras duermo.

-Está bien, tranquilízate.Voy en camino.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




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