La chica del flamenco

XVII

Al otro día mientras guardaba el dinero que había ganado en la infame carrera dentro de mi tesorera que mi madre me regaló cuando era pequeña. Esta siempre estaba lejos del alcance de mi padre y su adicción , asi que estaba tranquila sabiendo que nunca podría acceder a esta.

Miré a mi alrededor y si mi madre hubiese estado parada frente a mí en aquel momento seguramente me habría regañado por el estado en el que se encontraba aquella habitación.

Mi ropa estaba esparcida por todos lados, mis zapatos debajo de la cama y mis libros en cualquier parte menos en la biblioteca. Si estuviese aquí me habría puesto de cabeza a ordenar y no se habría ido de allí hasta que no terminara.

Pero en aquel momento me sentía bastante bien , a pesar de que hacía menos de 24 horas le había contado mi peor secreto a un chico que conocía hace menos de un mes. Y es por eso que dejé que ese buen estado de ánimo me llevara por el buen camino y para honrar el nombre de mi madre decidí ponerme manos a la obra y dejar en orden ese lugar.

Mientras iba limpiando y acomodando las cosas que estaban sobre el piso, era increíble la cantidad de cosas que iba encontrando: cartas, ropa que no sabía que tenía y que tampoco entendía porque la había comprado y fotos.Muchas fotos que una vez estuvieron colgadas en mi pared, decorándola. Cuando todo era perfecto y mi familia era justamente eso. Una familia y no el desmadre que era ahora.

Sostuve una de ellas en mis manos , y mi corazón se encogió al punto de casi desaparecer. Era una foto de mi madre junto a mí cuando tenía no más de 5 años y podía notar lo felices que éramos.

Recuerdo que era un día ventoso y  frío ,pero nada de eso me detuvo para pedirle hasta el cansancio que me llevara a ver mi película favorita: “Toy Story 2” .En ese momento mi familia no pasaba el mejor momento financiero pero ella hizo hasta lo imposible para juntar cada centavo y comprar con eso dos tickets para la función de las 5, un balde de palomitas y dos vasos de gaseosas tan grandes que me era imposible sostenerlos en mis manos.

Mientras esto se proyectaba en mi cabeza , una revelación se apareció en ella a la misma vez.

Tomé mi teléfono y abrí el contacto de Christopher .

Había decidido que lo recompensaría por haberme sacado de la cárcel ayer llevándolo al cine.

-Quieres ir a ver una película mañana conmigo?

Envié el mensaje y me quedé pegada a la pantalla no se por cuanto tiempo, mirándolo como una verdadera posesa.

Realmente cuando me di cuenta de lo lamentable de mi comportamiento, tiré mi teléfono al otro lado de la habitación y seguí con lo que estaba haciendo.

La pantalla se encendió indicando que un mensaje nuevo había llegado.

-Me parece perfecto.Paso por ti a las 6.

 

 

 

 




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