La Chica del Lazo Rosa

°Capítulo: 03 - «¿Amigos?»

— ¿Tratabas de matarlo? —pregunta la chica molesta una vez entran a la casa. Él solo la ignora mientras se adentra a la sala—. ¿Por qué lo hiciste? —interroga al momento de detenerlo del brazo.

—No sé de qué me hablas —niega el haber cometido la falta aun sabiendo que ella tiene razón, y lo sabe.

—Vamos, no soy tonta, te adentraste en su mente y te hiciste pasar por mí —gruñe la chica—. Me prometiste que me ayudarías, ¿acaso quieres que permanezca en esta prisión? —indaga. Él la observa y al ver su rostro enfurecido niega.

—Lo siento, no pude evitarlo —dice en voz baja mientras se libera de su agarre.

—Él es el chico que hemos estado esperando, él me ayudará a ser libre —dice la chica emocionada, ya tenía bastante tiempo prisionera.

—Si te acercas a él puedes perder el rumbo —advierte el chico—. Tienes una misión y no puedes irte sin cumplirla —recuerda.

—Lo sé, pero si no lo utilizo jamás poder completarla, él me ayudará a terminar —responde la joven con confianza.

—Él no va a entenderte, te traicionará —asegura.

—No me importa que no me crea, solo quiero que me liberé —responde indiferente al momento de dirigirse a su cuarto.

Ella empieza a subir las escaleras que dan al segundo piso, pero cuando está a medio paso para llegar él le aparece en frente y la detiene.

—No te acerque a él, buscaré la manera de liberarte —pide y promete pero ella ya está cansada de sus promesas.

—Tú mejor que nadie sabes que él es la clave para que tú y yo triunfemos —manifestó al mismo tiempo que fija su mirada en la del. Cuando ella lo ve entreabrir sus labios con una expresión de duda se apresura a decir—. Yo ya lo decidí, y tú deberías apoyarme —establece con voz serena mientras intenta de liberarse de su agarre.

Él realmente no quiere que ella se acerque a el joven y la verdad detrás del porqué le incomoda no tiene nada que ver con la misión, sin embargo, no puede decirle la verdad porque sabe que sería su perdición.

—Si no estás dispuesto a ayudarme, está bien no estás en la obligación de hacerlo realmente —murmura.

— ¿Así? ¿Y qué harás si decido no ayudarte? —curiosea con su ceja izquierda arqueada.

—Me marcharé —responde instantáneamente encogiéndose de hombros. Su respuesta lo toma totalmente desprevenido por lo que drásticamente cambia la expresión de su rostro a seriedad—. No puedo obligarte a que...

—Lo haré —acepta interrumpiéndola—. Te ayudaré, así que no pienses en irte —establece soltándola. Ella solo asiente, sin embargo cuanto trata de seguir su camino hacia su recámara él dice—. Prométeme que no olvidarás la misión y por qué terminaste así —ruega y al escuchar su tono de voz le es imposible no sonreír.

Ella no es tonta, sabe perfectamente cuál es el miedo que él siente, y porqué duda tanto el hecho de que ella se acerque al chico, sin embargo lo ignora y no porque no le interesa, sino porque no puede sentir nada.

Ella ríe al escucharlo mientras piensa en lo mucho que él realmente ha cambiado, él no es el mismo hombre que conoció en aquel entonces.

—Él que no debería olvidar la misión y el porqué está aquí eres tú —inicia al mismo tiempo que cambia su expresión de sonriente a sería—. Que no se te olvide quien soy y qué es lo que busco. Ni quién eres tú y que es lo que esperas —aconseja o más bien advierte, para luego marcharse sin más. Dando por finalizada la conversación.

 

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Luego de lo ocurrido aquella noche no he podido concentrarme en nada, no dejo de pensar en lo que pasó. En estos momentos ya no sé si lo había imaginado o si realmente había pasado, ya que Paul y Erick aseguran no haber visto nada.

Hoy es jueves y desde el lunes ella no ha vuelto a la escuela. Su presencia al parecer nadie la extraña y entiendo el porqué, pero realmente deseo que vuelva, porque necesito preguntarle que paso. Ayer traté de acercarme a Arioch para preguntarle por ella pero este solo me ignoro.

Me encuentro en clase de biología, y cómo gané la apuesta a Joseph le tocó hacer ambos trabajos, sin embargo en vez de hacerlo él, le pagó a alguien para que lo hiciera, así de vago es él. En estos momentos el profesor se encontraba revisando los trabajos junto a los de otros cursos, en pocas palabras no ha dado la hora libre en el sentido de que no dará nada, siempre y cuando no hagamos desorden para que él se pueda concentran en la corrección.

El día de hoy decidí sentarme al lado de la silla donde ella siempre se sienta y debo admitir que el observar su asiento vacío me produce una sensación extraña. Mi mirada permanece fija en la ventana, específicamente observo el área que ella se sienta en receso. Cuando de repente la veo llegar al lado de Arioch, ambos avanzan y se detienen bajo el árbol. Y entonces el deseo de poder teletransportarme y leer mente me golpea como balde de agua fría al verlos hablar, Arioch parece un poco alterado mientras habla, en cambio ella se ve tranquila e indiferente. Ambos permanecen en el mismo lugar hablando por unos minutos hasta que finalmente Arioch asiente y se marcha dejándola sola, rápidamente me pongo de pie y pido permiso para ir al baño.

Salgo del aula y corro hacia donde ella se encuentra, no obstante cuando estoy a punto de salir al patio me encuentro frente a frente con Arioch por lo que me veo obligado a frenar de golpe, este me observa con seriedad y me recorre lentamente de arriba abajo con la mirada, debo admitir que su mirada me produjo un temor inexplicable, realmente no pudo describir con palabras la sensación que me causo, era como si estuviera al frente al mismísimo Lucifer.




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