La Chica del Lazo Rosa

°Capítulo: 06 - «Un hallazgo inesperado».

Poco a poco empiezo a recobrar la conciencia. Abro los ojos pero me toma unos minutos poder recuperar mi vista. En el momento que logro ver todo con claridad, la luz brillante del día me golpea con fuerza, provocando que un gruñido se escape de mis labios. Una fuerte jaqueca me invade, por lo que agarro mi cabeza con ambas manos al mismo tiempo que empiezo a masajear mi cien. Siento como si la cabeza me fuese a estallar.

Me toma unos minutos poder recordar qué fue lo que me sucedió, pero una vez lo hago por más que trato de recordar su rostro no puedo, su presencia está presente, pero su rostro ha desaparecido de mis recuerdos.

Recorro todo con la mirada y entonces me percató que no estoy en el bus. Rápidamente me enderezo y me pongo de pie, pero mi movimiento tan brusco hace que me sienta mareado y mi vista se nuble por unos segundos, lo que provoca que me tambalee un poco pero logro no caerme, una vez vuelvo a ver, recorro todo con la mirada nuevamente.

Me encuentro en lo la orilla de un río, y no tengo idea de cómo llegue aquí. Detrás de mí se encuentra lo que parece ser un parque, sin embargo al empezar a adentrarme en el, me percato de que no lo es... Es un bosque.

Conforme avanzo me doy cuenta de que este es el bosque que vi en mi sueño, al menos eso parece, ya que es exactamente igual. Mientras más me adentro en busca de una salida la claridad del día desaparece, es como si estuviera anocheciendo pero solo dentro del bosque, ya que al mirar atrás hacia el río podía ver la luz del día.

Avanzo hasta un punto en el cual ver a través de los árboles era casi imposible, por lo que me detengo y decido devolverme, pero en el momento que me giro para irme, alguien grita. Dirijo mi mirada hacia dónde provino el ruido y entonces veo como una chica corre hacia mi mientras grita por ayuda. Para cuando me doy cuenta, ella ya se encuentra frente a mí.

—Ayúdame por favor —suplica llorando, al momento de arrodillarse frente a mí.

A pesar de que aún me encuentro confundido por la situación me apresuro a levantarla. Le doy una recorrida rápida, todo está oscuro pero aun así puedo darme cuenta de que la chica está herida, su rostro sangra y su atuendo está rasgado.

— ¿Qué sucede? ¿Está bien? ¿Te duele algo? —pregunto preocupado.

—Ayúdame por favor, ellos tratan de matarme —chilla la chica despertada agarrándome del brazo, simplemente asiento, sé que estos momentos hacerle un interrogatorio sobre lo que sucede sería en vano, está demasiado nerviosa y asustada.

Me devuelvo junto a la chica hacia el río. Al salir del bosque compruebo que mi teoría era correcta, es de día, la luz brillante del sol nos recibe una vez salimos de ese extraño bosque.

Observo a la chica, la cual aún me sostiene del brazo con fuerza, siento como me clava ligeramente sus uñas. Vuelvo a examinarla, pero esta vez con más atención ya que puedo verla bien.

Durante un par de minutos solo me dedico a mirarla, ella al contrario permanece con su mirada fija en el bosque, el miedo en su rostro era evidente.

Conforme la observo sé que la he visto en algún lugar, tardo un poco en recordarlo pero finalmente lo logro... Es la chica que vi en la identificación que encontré en mis sueños. «¿Cómo es posible?»

La chica está muy golpeada, su rostro está cubierto de sangre, moretones y barro a tal grado de que su claro color de piel era casi imperceptible. Todo su atuendo está manchado de lodo y sangre, además de estar descargado, evidentemente a causa de alguien, los signos de lucha son evidentes.

Observo como un poco de sangre empieza a deslizarse de sus labios, instintivamente me acerco, tomo su rostro con mi mano derecha y limpio con mi pulgar la sangre que se deslizaba por sus labios. Por mi repentina y atrevida acción ella finalmente fija su mira en mí, sus hermosos ojos color azul me observan directamente.

— ¿Quién o quiénes te hicieron esto? —indago con voz neutra, al momento de alejarme. Ella me suelta, pero no se aleja.

—Mis amigos —responde al cabo de unos minutos, su respuesta me sorprende y desconcierta por lo que frunzo el ceño.

— ¿Tus amigos?... —repito a lo que ella asiente para luego acercarse a la orilla del río—. No deberías considerarlos de esa manera si te agredieron —comento pero ella no me responde, su mirada está fija en el río—. ¿Por qué lo hicieron? —curioseo al momento de acercarme a ella.

—No lo sé, y no lo entiendo —murmura—. Nos estábamos divirtiendo como siempre, pero luego ellos simplemente me golpearon de la nada, trataron de abusar de mí y de matarme —dice con voz quebrada, observo como algunas lágrimas se deslizan por su mejillas—. ¿Qué vamos hacer?, ellos pronto nos encontraran, y aquí no hay salida... Estamos atrapados —establece nerviosa, puedo ver como sus manos tiemblan.

—Tranquila, yo te protegeré —aseguro a lo que ella niega.

—No podrás con ellos, son demasiados para ti. Además están armados —establece, por lo que suspiro.

—Crucemos el río —propongo luego de unos minutos. El otro lado del río estaba lejos pero no demasiado, se puede cruzar fácilmente nadando.

— ¡Estás loco! —exclama al mismo tiempo que fija su mirada en mí—. ¿No eres de pueblo verdad?.., ¿cómo llegaste aquí? —indaga. La observo confundido por lo que ella continúa—. Este río está infectado de pirañas, el adentrarse sería un suicidio..., y yo prefiero morir en manos de alguien que puede ser condenado, a peces —manifiesta. Sin embargo de todo lo que ella me dijo, solo entendí "pueblo". «¿A qué diablos se refería con eso? ¿Dónde se supone que estaba?».

En el momento que me dispongo a preguntárselo, la voz de alguien se hace presente, por lo que giro mi rostro y mirada hacia donde proviene, no obstante, antes de pudiera ver de quién se trataba, recibo un fuerte golpe en la cabeza, lo que provoca que caiga al suelo con fuerza, lo último que vi antes de perder el conocimiento, fue a un chico observándome con una gran sonrisa en sus labios mientras sostiene un bate en su mano izquierda.

 




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