La Chica del Lazo Rosa

°Capítulo: 11 - «Una aprobación desconcertante».

Observo asombrado el cartel por unos minutos. Aún no lo podía creer, cada vez me siento más confiado de descubrir que es lo que está pasando.

— ¿Puedo quedarme con esto? —le pregunto a mi hermano, al momento de elevar un poco el cartel, este se encoge de hombros como muestra de desinterés.

—Si gustas —responde, asiento feliz—. No sé qué planeas pero no lo hagas —advierte en el momento que me dispongo marcharme, giro a verlo con rostro de confusión—. No te hagas el desentendido que te conozco muy bien, no te exijo que me expliques porque no quiero involucrarme, pero desde ahora te digo que tengas cuidado y no hagas nada estúpido —reprende.

— ¡Por Dios Samuel!, no sé de qué me hablas, además ¿quién crees soy? —exclamo.

—Un tonto que siempre se está metiendo en cosas que no debe por curiosidad o capricho, lo que termina siempre provocando un problema —manifiesta y lo observo haciéndome el dolido mientras niego—. Así que lo que sea que tengas en mente será mejor que te olvides de eso, y prepárate porque mañana irás conmigo a entregar esa identificación a la policía —finaliza.

— ¡Ay Samuel, no exageres! —Chillo—, A ver, ¿qué puede hacer la policía con esto? —Indago al momento de elevar la identificación—. Lo encontré en la calle —miento.

—Puede servirle como pista —sostiene. Lo observo con una cara 'de enserio' por lo que dice—. Además, que te importa que hagan con eso, lo vas a entregar igual, porque ya me huelo lo que quieres hacer y yo no permitiré que te metas en problemas —establece, y arqueo mi ceja izquierda.

— ¿Y qué supones tú qué yo voy hacer? —curioseo.

—Investigar sobre ella —dice sin más, y al ser tan cierta su acusación no digo nada—. Conociéndote harás...

— ¡Nada hombre! ¿Acaso no confías en mí? —indago—. No me conteste —me apresuro a decir antes que de su respuesta. Samuel me observa con rostro serio por unos minutos que sentí eternos, por lo que suspiro y digo—. Vale está bien, solo la investigare, pero no me meteré en problemas —prometo elevando mi mano derecha como forma de juramento.

—No Sebastián, ni siquiera hagas eso, acaso ¿no ves que eso es un caso de desaparición?, es algo serio, además puede llegar a ser peligroso —establece.

—Estas exagerando. Como siempre —exclamo suspirando.

—Sebastián...

—Es tu culpa —lo acuso—, yo no tenía curiosidad de ella, pero ahora que me dijiste todo esto y su relación con el pueblo de Joseph no te puedo prometer nada —manifiesto.

—Aun así...

—Si sabes como soy, ¿por qué me lo dijiste? —Cuestiono interrumpiéndolo.

— ¡Ha! Ahora me vas a culpar. ¿Vas a justificar tus actos conmigo? —exclama con incredulidad, por lo que ruedo los ojos.

—Oh vamos Samuel, no soy tonto, sé porque lo hiciste, así que no tiene por qué hacerte el maduro y responsable conmigo —inicio, Samuel me observa confundido por lo que sonrío—. Tú también tienes curiosidad, por eso me lo dijiste porque sabes que a diferencia de ti, yo cuando me propongo algo no descanso hasta conseguirlo así que sabes que de alguna manera u otra averiguaré algo —acuso. Samuel se muestra sorprendido ante mis palabras y mi acusación, sin embargo no me contesta lo que confirma mi planteamiento—. No te preocupes, te mantendré informado —prometo para luego irme, porque sabía que no iba a poder contener mi risa por más tiempo.

Llego a mi cuarto, y luego de un rato en el cual me la pase riendo por la expresión que tuvo mi hermano, guardo el cartel en mi mochila, para luego bajar a cenar.

Luego de cenar, hable y jugué un rato online con los chicos. Más tarde me duche y acosté, estaba algo cansado así que decidí dormirme temprano hoy.

 

*** TIEMPO DESPÚES ***

 

Temprano en la mañana. A pesar de que no quería despertarme cuando sonó el despertador lo hice solo porque quiero verla. No pude dormir bien anoche, pese a lo cansado que estaba, porque estaba preocupado por ella.

En estos momentos estoy terminando de arreglarme cuando de repente entra mi hermano a la recamara.

—Sebas, puedes prestarme... —inicia mi hermano al entrar, sin embargo se para de repente por lo que giro a verlo, pero antes de que pudiese preguntarle este corre hacia mí—. ¡¿Qué te pasó?! —pregunta preocupado al momento de obligarme a girar para poder ver mi espalda, la cual se encuentra descubierta.

Confundido por su actitud me libero de su agarre y trato de verme en el espejo, pero al no lograr ver bien, tomo un espejo de mano y utilizo este para poder ver bien mi reflejo del espejo de cuerpo entero. Al lograr observar lo que él ve, mi rostro pasa de confundido a asombrado. Toda mi espalda está cubierta de grandes moretones, observo mi brazo y al hacerlo veo un rasguño, aquel que sentí cuando Arioch me arrebato a Rubí.

— ¡¿Qué diablos te pasó?! —vuelve a indagar al darse cuenta del rasguño también. Sin embargo me encuentro tan confundido y sorprendido que no le respondo más que con una encogida de hombros, lo que provoca que se altere más, pero no me importa me encuentro demasiado ocupado recorriendo con la mirada y tocando mis 'heridas', las cuales no solo no había notado hasta ahora sino que tampoco provocan ningún tipo de dolor en mí.

Samuel al ver que no obtendrá ninguna respuesta de mi parte se marcha a toda prisa, una vez sale de mi habitación tomé mi camisa y me la pongo lo más rápido que puedo para luego agarrar mi mochila, mi celular, la corbata y chaqueta del uniforme y salir literalmente corriendo de la casa, ya que sabía que Samuel fue a hablar con Bertha y entre los dos iban a acorralarme para que les explicará que me paso, para posteriormente, lo más seguro llevarme al hospital, y no tengo ánimos para hacer ninguna de esas cosas así que lo mejor es evitarla lo más que pueda.

Al salir de casa me asusto cuando de repente escucho la bocina de un auto, pero al ver luego de quien se trata corro hacia él, para luego saltar literalmente dentro del coche descapotable de Paul.




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