Los calurosos pasillos eran insoportables, así como los mismos adolescentes sudados que únicamente se quejan de sus vidas, y debo de admitir que yo no era la excepción.
Los casilleros color azul descolorido rechinaban al abrirse y al cerrarse, yo solo caminaba lo más rápido que podía a la cafetería para poder comprar algo de comer, en la mañana no había probado ni un solo bocado por culpa de que mi despertador no sonó, bueno, en realidad si lo hizo, pero como buena holgazana dice la típica frase que conlleva a un desastre el resto del día.
"Cinco minutos más".
Y por cinco me refiero treinta y siete minutos más, para ser exactos.
—¡Maila! —escuche mi nombre, al girar observe como una melena de león color rubio se movía con rapidez.
—No corras Riddlen, te ves muy graciosa—me burle de mi amiga cuando llego a mí, sus ojos verdes me miraron molestos, pero solo fueron unos segundos. Me tomo de la mano y me arrastro a la cafetería.
—Me acabo de enterar de algo impresionante—dijo mientras me tomaba de los hombros y me sacudía con frenesí, yo solo guarde silencio, no era necesario preguntarle nada ella sola te daba la información aun cuando no quieras saber nada en absoluto. —Dalan está saliendo con Kari de primer año, ¿Puedes creerlo?
Seguramente no entienden porque mi amiga esta tan emocionada por esto, bien les explicare de la manera más sencilla. Dalan es un chico bastante popular y un poco peligroso en la escuela, es un chico no muy atractivo en mi opinión pero en gustos se rompen géneros dirían por ahí, Kari por otro lado es una chica bastante tierna y amable siendo claramente opuesta a él, lo sé suena a novela romántica de adolescentes.
Al inicio de curso a mi amiga melena de león le gusta pensar quienes serían una bonita pareja, muy pocas veces a cierta y en el caso de Dalan y Kari parece que por fin dio en el blanco.
—¡Guau! Tenemos una versión Playboys de Wattpad aquí, me impresionas.
Alison daba brincos de alegría mientras pedía una ensalada mientras que yo como la gorda que soy me pedí una torta de pollo con toda clase de cosas que te puedan engordar.
—¿Cuánto crees que duren? —pregunte mientras le pagaba a la señora que me atendió. —Yo digo que solo dos meses.
—Pues no lo sé y no me importa, no es como si fuera a poner su relación en el periódico escolar.
Alison es la encargada del periódico escolar junto con otro par de chicas pero en general se podría decir que ella es la jefa de todos, su obsesión por los chismes y noticias de última hora siempre han sido característico de ella desde que éramos pequeñas y debo admitir tenerla como amiga es muy divertido ya que me entero de secretos de otros que jamás imagine, un ejemplo de ello es cuando descubrí que uno de los chicos de futbol de hace dos años se había caído en el baño pero dijo que había tenido una pelea para evitar la vergüenza.
—Oye, ¿Me ayudas con matemáticas? No entiendo ni un carajo.
—Alison, con trabajos se sumar números con más de tres dígitos y tú quieres que te ayude con derivadas e integrales.
—¿Cómo carajos has llegado tan lejos en matemáticas sigo sin creer que pasaste geometría?
—Yo tampoco sé cómo la pase, seguramente el profesor me paso, estoy segura que se cansó de tanta pregunta estúpida que le hice. Tal vez por eso renuncio—hipnotice, pero mi amiga negó con la cabeza.
—No, lo despidieron porque se estaba acostando con dos chicas de primer año—la mire con la boca abierta. —Espero que tu no le hayas hecho favores al profesor para pasar ¿Eh?
—No, ni loca haría esas cosas.
¿Ven lo que les digo? Amiga reportera es igual a una vida llena de información y chismes de la mejor calidad.
Caminábamos de vuelta al salón cuando nos cruzamos con un hombre hermoso, guapo y escultural. Riddlen, ósea Alison silbo a modo de piropo, James nos miró y le guiñó un ojo a mi amiga yo estaba rojo como carro de bomberos.
¿Qué? ¿Esperaban que dijera como a un tomate? Pues no, esto no es novela cliché de preescolar.
—Deberías de hablarle, no creo que pierdas nada con intentarlo—me animo, yo la mire con una ceja arriba.
Voy a ser clara, cuando estaba cerca de James me volvía una completa retrasada, más de lo que ya era porque mi mamá me tiro de chiquita de un quinto piso.
La verdad no sé cómo sigo viva.
—Vale, le hablare cuando pueda estar con el de manera decente y sin hacer el ridículo—respondí yo con una seriedad que hasta yo me impresione, actuó bien debería ser actriz, oh no, tengo pánico escénico.
Olvídenlo.
—Bueno, creo que jamás seré la dama de honor con tu boda con Blair así que mejor me preparo para cuando tengas cinco gatos y veinte perros.
—No esperes mucho de mi parte, con mis pésimas habilidades de ligue seguramente terminare siendo la niñera de tus hijos.
—¿Quién dijo que te iba a recibir en mi casa? —respondió ella fingiendo confusión.
Ambas nos carcajeamos como retrasadas mientras caminábamos a nuestro salón de arte, les voy a ser honesta no sé porque Alison se inscribió en esta materia no es que se le dé muy bien eso de estar trazando y pintando, no me mal interpreten amo tener a esa desquiciada reportera conmigo sin embargo esa claramente era su área. En un inicio trate de convencerla de que fuera a algo similar a literatura o escritura para que tuviera una mejor redacción a la hora de publicar en el periódico escolar, pero se negó rotundamente.
—Necesito que me ayudes con el examen de arte, no me pude pintar bien el paisaje.
—No puedo pintarlo yo, la última vez nos regañaron a ambas porque te ayude a pintar el puente todo raro que hiciste—le recordé, ella me miro suplicante para que la ayudara. —Solo te voy a guiar.
—¡Gracias! —se abalanzo hacia mí atrapándome en sus delgados brazos. —A cambio te invito un café.
—¿Café? ¿Con este maldito calor de la chingada? No, gracias. Mejor no me pagues.