La chica extra

Sueño de amor

Una luz tenue alumbra lo que parece un laboratorio científico, con artefactos y herramientas de alta precisión. Hay una pantalla plana gigante al parecer de un computador, que casi ocupa una pared completa; abajo hay un teclado con diferentes signos escritos en un lenguaje completamente desconocido. A la izquierda de esta pantalla hay una pared hecha de lo que parece ser un vidrio o simplemente es una pared transparente donde se puede ver el oscuro universo con algunas estrellas dispersas en la negrura. Si uno se acerca ahí y clava la mirada abajo, puede ver que sigue estando el universo y el vacío. Parece que la habitación es parte de un cuartel en medio de la nada. Pero lo que más llama la atención en aquella habitación es lo que parece ser un espécimen humano femenino desnudo. Su piel es totalmente blanca, tiene el cabello negro largo como el negro del espacio que se ve por la pared-ventana; conserva los ojos cerrados. Aproximadamente tiene 18 años terrestres, 1.75 metros, de apariencia delgada. Está adentro de lo que aparenta ser un frasco con un líquido que la mantiene protegida e inmóvil.

A un lado hay una máquina que parece monitorear y revisar sus signos vitales. En la pequeña pantalla presenta un resumen cada minuto de su estado. Parece que todo va bien. Todo silencioso, como todos los días en aquella habitación, en donde de vez en cuando entran para revisar a la humana. Las criaturas que la tienen ahí, la quieren para un fin específico, absolutamente secreto.

Sin embargo este día es la excepción de la tranquilidad. Se puede escuchar un sonido fuerte como de aviso que viene afuera de la habitación y recorre los pasillos. Quiere decir que hay un intruso en el cuartel y todas las criaturas deben estar atentas de él y exterminarlo. También adentro de la habitación se puede oír el sonido en una versión más ligera.

De repente, del otro lado de la habitación, se abre la puerta de un golpe y aparece la figura humana de un hombre iluminado con las luces titilantes que vienen del pasillo. A diferencia de ella, él es más alto y fuerte; sin embargo se ve aproximadamente de la misma edad; lleva el cabello castaño, tiene los ojos un poco rasgados, pero aún así son expresivos. Viste ropa de una sola pieza, hecho de algún material resistente, ligero y flexible, que se ajusta a su cuerpo perfectamente.

Da un rápido vistazo al cuarto, inspeccionando si es el indicado. Parece que ha hecho este mismo procedimiento varias veces en las demás habitaciones, buscando algo que quiere con todas sus fuerzas, ignorando que pueda ser. Lo delatan sus ojos cuando se percata del frasco que contiene a la chica humana. Siente confusión y los latidos salir de su pecho por un sentimiento que no sabría explicar, como si su instinto lo supiera sin que su razón y conciencia estuvieran enteradas. Presiona unos botones ubicados a un costado de la puerta y esto hace que se cierre. Camina lentamente como no creyendo lo que está viendo. Al irse aproximando, extiende el brazo hacia el frente, queriendo lo más pronto posible estar con ella. Aunque no sabe exactamente el por qué. El ir viéndola más de cerca y admirar sus rasgos, hizo despertar una parte de él que nunca supo que podía existir, semejante a un sueño lejano en otra realidad o planeta….

-Lo siento, pero no comparto tus sentimientos, aunque aprecio mucho el que me lo contaras.- dijo Ágata avergonzada pensando muy bien cada palabra que salía de su boca. No quería romperle el corazón a Leo, quién se había decidido a confesarle su amor después de tanto darle vueltas a su cabeza, encontrar el lugar ideal para hacerlo y que estuvieran a solas.

-Bueno- empezó a decir Leo, procurando hablar claro y que sus palabras no se ahogaran en el vacío que ahora sentía en el corazón.-aceptaré tu decisión. Después de todo estaba dispuesto a las consecuencias del no y del sí- dijo como para alentarse.

-Eres muy lindo y buena persona. Me alegra que pienses de esa manera. Pero tal vez…

-¿Tal vez?- interrumpió Leo antes de que Ágata acabara la oración. Sentía que los ánimos le volvían y podría tener esperanza.

-No sé, los sentimientos pueden cambiar de dirección de la nada- lo consoló Ágata con una sonrisa al ver cómo Leo revivía.

-Gracias- se limito a decir, pero dentro de si pensaba que era una de las razones por el que la quería y no dejaría que las cosas quedarán así. Tenía que idear un plan.

“Su sonrisa tan reconfortante, es una de las principales razones” Y la observo alejarse de ahí, moviendo su largo cabello negro de un lado a otro, hasta que su figura, por la lejanía, se veía como un punto. En el ambiente todavía se podía percibir el olor a jazmín de su perfume.

Aunque fue un recuerdo solo efímero, parecía como si lo hubiera vivido en ese momento. Un poco confundido, se dio cuenta de que ese Leo era él y la chica del frasco era Ágata, por la que aún sentía amor. Pero, ¿dónde era ese lugar que no tenía nada de parecido con este? ¿Por qué su instinto lo llevo junto a Ágata? ¿Por qué ella está encerrada todavía en esa especie de frasco y él acababa de escaparse de otro igual?

Instantes atrás, Leo estuvo consiente de que estaba encerrado igual que Ágata. Abrió los ojos impresionado e intento con todas sus fuerzas romper el vidrio. Por fortuna, no se esforzó tanto; sentía que tenía una fuerza mayor de la que no tuvo jamás. Si es que vivió antes, porque comprendía que estaba vacío. No sabia quien era, ni por qué estaba ahí. Lo único que si sabía era que debía irse y buscar algo que prometió de alguna manera encontrar en ese inmenso lugar desconocido. Desvió la mirada de Ágata y observo el oscuro universo a través de la ventana, ¿aquél lugar en el que estaban juntos, estará en algún lugar de aquella inmensa negrura? De esa manera, comenzó de nuevo el viaje…

Se puede ver por donde quiera sonrisas y risas en la feria que hacen cada verano en el pueblo. Ya habían pasado algunos meses después de la declaración. Leo aprovecharía esta celebración para conquistar a Ágata; está a punto de culminar el plan que hizo con una semana de anticipación, repasando muy bien y sin titubeos lo que iba a hacer en unos momentos. Primero, fue a un lado del escenario donde se presentaban los músicos y aprovechando que iban a refrescarse un poco, sin que nadie lo viera, fue a donde ellos y le pidió al vocalista que le dedicara su próxima canción a Ágata anónimamente. “Que la quiere mucho en secreto, sin embargo ha estado acompañándola durante mucho tiempo.” Agregó a la dedicatoria.




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