La chica finlandesa

Capitulo -5-

Hoy es mi primer día de vacaciones, mañana llega por la mañana Mari, iré a buscarla al aeropuerto.
Marga ya me ha hecho las maletas, me ha puesto una etiqueta en cada maleta para que no las pierda, y me ha hecho fotocopia del carnet de identidad, y de la tarjeta médica. Me dice que tengo que presentar esa copia, que no les dé los originales a no ser que me lo pidan. Me dice que tenga mucho cuidado y que haga caso de todo lo que me dice Mari.
En las fotos que veo de su país está nevado, me gusta la nieve, pero está muy fría, tengo que mirar si tengo los guantes de nieve. Miro en la hoja que me ha pegado Marga en cada maleta para saber lo que tiene. Si, aquí está apuntado guantes, bufanda y gorro. ¿Hará tanto frío como hace aquí en invierno?
Me voy a ver a Marga
─Hola.
─Hola chico, ¿qué haces hoy por aquí? Ah, es verdad que ya estas de vacaciones. Tengo que ir al mercado, ¿quieres venir conmigo?

─No puedo, tengo que esperar a Mari, quiero ir al aeropuerto a buscarla.
─Andrés, eso es mañana.─Mira su teléfono. ─. Sí, vaya susto que me has dado, si, si, mañana. Ven al mercado y vemos que vamos a comer hoy.
─Yo quiero comer frejoles.
─ ¿Frejoles?, pues mira, a ver si los hay que también me apetecen.
Me voy con Marga al mercado, yo soy el que lleva el carrito de ruedas. Algunas veces he ido al mercado con Marga, pero no me gusta mucho, hay mucha gente y mucho ruido. Pero está Alfredo que siempre me regala un barquillo.
─ ¿Estará Alfredo?
─Pues no lo sé, es ya muy mayor y cualquier día no estará.
─ ¿Se va a morir?
─No, no es que se vaya a morir, solo es que le tocará jubilarse y no necesitará trabajar más vendiendo barquillos.
─Si, lo sé, pero a mí me gustan los barquillos.
─Bueno, pues si no está Alfredo estará otra persona y se los podrás comprar. Señorito tú ya trabajas y tienes dinero, te puedes permitir el lujo de comprarte el barquillo y no dejar que te lo regale.
─Pero Alfredo es mi amigo.
─Si, pero él tiene que ganar dinero para poder vivir.
─Vale, yo le doy dinero hoy.
─Eso está muy bien, luego si te lo quiere regalar es cosa de él.
─Puedo cogerte la mano, es que hay mucha gente.
─Si cariño.
Nos vamos los dos al mercado que queda cerca de nuestras casas. Yo me quedo parado a la entrada, el ruido, la gente, la poca luz, me pone nervioso.
─Venga cariño, no tengas miedo.
─No tengo miedo.
─Pues vamos a entrar.
─Vale.
─Vale, pero muévete. Mira allí está Alfredo.
Me suelto de la mano y dejo el carrito allí en la acera para irme a ver a Alfredo.
─Hola Alfredo.
─Hola. ¿Qué haces hoy aquí?, no tenías que estar trabajando.
─Tengo dinero para comprarte un barquillo.
─Espera un momento que atienda a esta señora y te doy el barquillo.
─Vale.
Marga se queda esperando a que termine con Alfredo para que la acompañe dentro del mercado, no se fía mucho de que entre solo.
─Ya está. Bueno, aquí tienes el barquillo.
─ ¿Cuándo te debo?
─Nada hombre, ese te lo regalo yo.
─Mira, tengo dinero, quiero pagártelo.
─No te preocupes, este corre a cuenta de la casa.
─Ya, pero me dijo Marga que como estoy trabajando tengo que pagarme las cosas.
─Si, eso es así, pero este te lo regalo yo.
─Hola Alfredo.
Dale las gracias y seguimos que se nos echa el tiempo encima. ─Nos dice Marga
─Hola Marga, usted está tan bonita como siempre.
─Si, si, como siempre de vieja y arrugada.
─No diga usted eso, ya quisiera alguna chica de veinte estar tan bien como usted.
─Ya quisiera tener yo esa edad.
Venga nos vamos. Muchas gracias Alfredo
─Muchas gracias a ustedes por visitarme.
Nos vamos por el mercado, yo voy llevando el carrito.
─Fíjate como llevas el carrito, ¿a que no lo vas a dejar por ahí solo?
─No, porque nos lo pueden robar.
─Exacto, pues cuando lleves las maletas con la ropa tienes que hacer lo mismo. No debes dejarlas sin que las estés viendo.
─Marga, ¿Por qué roba la gente?
─Vaya pregunta que me haces hijo. Pues no lo sé, porque no tienen nada, o porque piensan que tenemos cosas de mucho valor y no se dan cuenta de que somos tan pobres como ellos.
─Yo no soy pobre, yo tengo dinero.
─Si hijo, no somos pobres, así que vigila el carro no nos lo vayan a robar.
Mire a donde mire veo gente paseando por el mercado, algunos están comprando y otros solo se dedican a mirar.
─ ¿A cuánto tienes los frejoles?
─El medio kilo a 1,70 €
─Pues ponme esa malla, también algo de tomate y lechuga.
Andrés, ¿te apetece algo de fruta?
─Quiero manzanas.
─Pues ponme alguna manzana, pero que este verde.
Después de estar en la frutería nos vamos a la pescadería y luego a la charcutería. Yo voy comiendo mi barquillo.
─Bueno, pues ya hemos acabado aquí, venga nos vamos para casa.
─Marga, te invito a comer en el italiano, quiero comer espaguetis.
─Andrés, hemos comprado los frejoles que dijimos que teníamos ganas, así que lo del italiano lo dejamos para otro día.
─Ya, pero yo quiero comer espaguetis.
─A ver, acércate y mírame a los ojos. ¿Qué me dijiste hace una hora?
─Que quería frejoles.
─Y hemos comprado frejoles, pues vamos a casa y te enseño como se preparan, ¿vale?
─Sí, quiero aprender a preparar frejoles, así un día invito a Fermín.
─Tengo ganas de conocer un día a ese Fermín que tanto me hablas.
─Fermín es mi amigo.
─Si es tu amigo y le invitas todos los días a comer, pero ¿él te da algo?
─Él es mi amigo.
─Ya, es tu amigo, pero los amigos no son unos aprovechados.
─No es un aprovechado.
─Vamos si le invitas a comer y él no te da nada es un aprovechado.
Me quedo pensando.
─ ¿Yo soy también un aprovechado?
─No, porque vas a ser un aprovechado si le das de comer.
─Pero Alfredo me da un barquillo.
─Vale, tienes razón. Tu cabeza parece que no funciona, pero creo que todos estamos muy equivocados contigo, funciona y muy bien.
Bueno, pero quiero conocer a Fermín.
─Él ahora no está en el parque, le dije que me iba de vacaciones.
─Cuando vuelvas a trabajar me voy a pasar a conocer a tu amigo.
─Vale.



#14702 en Otros

En el texto hay: cariño

Editado: 02.03.2021

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