Me he despertado y al mirar por la ventana veo que está nevando. Quiero llamar a Marga, pero mi teléfono no funciona. Oigo ruidos en la cocina y me levanto.
─Hola chico, ven que te preparo el desayuno. ¿Qué sueles desayunar?
─Yo desayuno galletas con cola cao.
─ ¿Te gusta el bizcocho?
Sí. ¿Quieres desayunar bizcocho, o busco unas galletas?
─Me vale el bizcocho.
─No metas mucho ruido que los demás están durmiendo.
─Vale.
─Ana, sabes, está nevando.
─Si dieron que iba a nevar un poco, pero no creo que cubra mucho. Normalmente en estas fechas hace calor, pero el señor del tiempo ha dicho que por lo menos hoy y mañana tendremos temperaturas bajas, así que tendrás que abrigarte.
─Tengo bufanda y guantes, ah y un gorro de nieve.
─Pues para salir tendrás que ponerlos. No sé donde te querrá llevar Marika.
─ ¿No se ha levantado?
─No, la muy perezosa cuando está en casa se le pega las sabanas.
─ ¿Sabes los que son los trolls?
─ No.
─Los trolls son personajes de la mitología, en algunos lugares son tratados como monstruos, pero para nosotros son unos personajes como los duendes, guardan tesoros y si se les trata bien ellos nos prestan su apoyo.
─ ¿Son como los duendes?
─Bueno, parecidos, son gigantes y algo feos, pero como te dije no son malos.
─ ¿Puedo verlos?
─Hay un museo del troll que seguro que te llevará Marika.
Mira hablando de troll ahí llega una de ellos.
─ ¿Dónde, donde?
─Esa cosa despeinada y con los ojos aún cerrados.
─Esa es Mari.
─Si, esa es mi troll preferida.
─Hola Andrés, ¿qué te está hablando de los trolls mi madre?
─Si, me dice que me vas a llevar a verlos.
¿Viste que está nevando?
─Si, anoche cuando llegue ya estaba nevando, pero hace calor y enseguida se derrite.
Pues esta tarde nos vamos a dar una vuelta por un bosque que hay cercano que tiene esculturas en madera de los trolls.
─ ¿Hija te pongo el desayuno?
─Dame cinco minutos que me despejo y ya vengo.
─Este bizcocho sabe un poco raro.
─Si, aquí usamos otro tipo de harina y especias que le dan un sabor distinto, pero con el tiempo te acostumbras. ¿Te gusta?
─Si, me gusta.
Después de desayunar nos vamos a dar una vuelta por el pueblo. Mari me enseña los lugares donde ella va. Las tiendas, los bares, la biblioteca, el museo y me enseña el colegio donde estudio cuando era pequeña.
Mari me lleva a comer en un lugar donde comen cuando salen a celebrar algo con los amigos. La vida es muy cara en Finlandia y no se pueden permitir salir a comer todos los días fuera. Yo le digo que como en el parque todos los días, que Fermín es mi amigo y me guarda el sitio.
─Si, los días que estuve trabajando en la clínica te veía comer en el parque.
Por la tarde llega su novio que ya ha terminado de trabajar. Me saluda, pero prefiere hablar con Mari.
─ ¿No íbamos a ir a mi casa que mis padres están de viaje?
─Estos días que está Andrés aprovecharemos para que conozca la zona.
─ ¿Por qué no lo dejas con tus padres y nosotros nos vamos por ahí?
─Yo he sido la que lo ha traído, es mi responsabilidad.
Por favor habla en castellano para que Andrés nos entienda.
─Es que no entiendo por que has tenido que traerlo, si es tonto perdido.
─Johan no digas esas cosas.
─Digo la verdad.
─Pues entiende que yo soy así.
No entiendo mucho de lo que dicen, pero se nota que están enfadados.
─ ¿Pasa algo Mari?
─No amigo, no pasa nada.
Johan, nos vamos a ir al bosque a ver los trolls.
─ Yo me tengo que ir a casa, ahora no puedo.
─ ¿Nos vemos por la noche?
─Vale.
El chico le da un beso a Mari y se va.
─Hasta luego Johannes.
Él no me ha debido oír porque no se ha despedido de mí.
Mari conduce muy bien el coche, están cayendo unos pocos copos de nieve, pero ella dice que no va a ser mucho más y que va a ser una pequeña caminata en el bosque.
─Me gusta ir de caminata.
─Sí.
─Yo cuando puedo voy con Roky a dar un paseo por el campo.
─Este paseo va a ser entre árboles, por lo que poco vamos a mojarnos en el trayecto. Mis padres me trajeron cuando yo era pequeña, y es un lugar donde suelo venir a desconectar y fundirme con la naturaleza. Las figuras son de madera y representan seres de la mitología, aunque nunca existieron, pero esta zona transmite mucha energía positiva.
─ ¿No existieron?
─No, es solo una leyenda. Es como los dibujos animados que ves en la tele.
─Pues a mí me gustaría ver a un troll.
─Con lo feos que son te asustarían.
─Me haría amigo de ellos.
Mari ha aparcado el coche en una zona despejada, hay un cartel que indica donde empieza la ruta. Es una ruta circular de unos cinco km.
─No la haremos entera porque es un poco tarde y en unas horas se hará de noche.
─Vale.
─Mira, a la entrada del bosque ya tienes el primer troll.
Es una gran figura de un troll que lleva una bolsa en la mano.
Es muy grande.
─Si, se decía que eran seres muy grandes. También hay otros más pequeñitos ocultos entre los árboles que hay que encontrar.
Nos ponemos en movimiento, yo voy sacando las fotos a los que veo.
─Mira, mira, hay uno que está oculto cerca de ese gran árbol.
─Si, ese es uno de ellos.
Mira donde esas piedras hay otra cara mirándonos.
─Sí. Da un poco de miedo.
─No tienes que tener miedo, como te decía mama, si no les haces ningún mal ellos siempre te intentan ayudar.
─Yo no tengo miedo.
No es verdad y Mari lo nota cuando le apretó la mano. El teléfono de Mari empieza a sonar y ella se aparta un poco para hablar mientras yo estoy mirando una figura de un troll que está en una fuente.
A mi izquierda se oye un sonido muy fuerte.
─Mari, Mari, aquí hay un troll, lo veo moverse entre los árboles.
Ella no me escucha está hablando por teléfono. Tengo miedo voy corriendo hacia donde esta ella y le cojo la mano.
─ ¿Qué ocurre Andrés?
─Mari un troll, en esos árboles hay un troll.
─Sí, vete a verlos, en esa fuente hay otro. Déjame un momento que estoy hablando por teléfono.
─Tengo miedo.
─Son solo estatuas de madera, o piedra, no tienes que tener miedo.
─Está vivo, se mueve.
─Será una nueva figura que han puesto, déjame unos minutos y ya vamos a verlo.
Me quedo a su lado, no me atrevo a moverme. Yo sigo oyendo como se acerca, pero Mari no lo oye,
─Tengo una visita de España, no podemos aplacarlo para la próxima semana.
Si, si lo entiendo, pero son mis días de vacaciones.
Mañana te llamo y te digo algo.
Mari está hablando con alguien, pero yo no la entiendo. Además, estoy más preocupado del troll que se está acercando. No tengo que tener miedo, será mi amigo y me regalara una bolsa de oro.
─A ver chico, ¿qué es lo que pasa?
─Escucha Mari.
Ella se pone a escuchar y por fin oye los mismos ruidos que yo.
─No tiene pinta que sea ninguna figura en movimiento, tiene más pinta de ser otra cosa. Ven vamos a ver si descubrimos que es. ¿Te imaginas que sea un troll?
─Si, me gustaría que fuera un troll ─Le digo esto, pero no suelto su mano.
Caminamos muy despacio, mirando hacia el lugar de donde viene el ruido.
─ Pssss. Mira hacia esas ramas, eso es lo que hace el ruido.
Miro y veo una cabeza que se ha levantado y un ojo que nos mira. Se queda quiero durante unos instantes y luego se aleja de nosotros.
─Era un reno que vino a verte.
─ ¿De verdad que vino a verme?
─Si, ahora te ha visto y se vuelve por donde vino.
─Que guapo.
─Venga sigamos nuestro paseo.
El teléfono vuelve a sonar y ella se separa un poco y seguimos caminando. Yo voy viendo otras figuras que hay en el camino y sigo mirando entre los árboles a ver si veo a mi reno.
─Bueno chico, he estado hablando con Johan. Vamos a ir a tomar unas cervezas con él y sus amigos, y luego nos iremos a cenar algo típico de nuestro país. ¿vale?
─Sí, quiero.
Durante una hora estuvimos caminando, algún copo de nieve se colaba entre las ramas de los árboles, pero como decía Mari fue muy poca la nieve que cayó, el coche solo tenía una ligera capa de nieve.
─Johannes no me quiere.
─No digas eso Andrés, lo que pasa es que son finlandeses y su carácter es más reservado. Cuando consigues ser amigo de un finlandés lo eres para toda la vida, pero hasta que lo consigues su carácter es bastante huraño, y más si eres de otro país.
─Yo quiero ser su amigo.
─Y lo serás.