La Chica Nueva

CAPÍTULO 7

Tomé mi chaqueta y saqué mi teléfono para pedir un taxi, cuando sentí a alguien acercarse.

—¿Tan aburrida está la fiesta que te vas antes que Cenicienta? —oí decir a una voz desconocida, acompañada de una risa.

Di un salto apenas lo oí. Volteé a ver de quién se trataba, pero no lo reconocí. Aunque su rostro me resultó familiar.

—Lo siento, no quería asustarte —se disculpó, muerto de la risa—. Solo me parece raro que alguien se vaya de una fiesta de Justin antes de medianoche.

Le iba a responder cuando apareció Christian.

—¡Hey, Andrew! ¿Te ibas sin mí? —lo regañó mientras lo tomaba de los hombros.

Al avanzar, logró verme y me miró intrigado.

—Charlotte, ¿tú también te vas? Si quieres, te llevamos. Andamos en auto —dijo sonriendo—. Por cierto, él es mi hermano Andrew. Hermanito, ella es Charlotte, la chica nueva... y buena para meterse en líos —le dijo mientras se apretaba la guata de la risa.

Por alguna razón, me agradaban y no lograba molestarme con sus bromas, aunque recién los conociera. Ambos hermanos tenían el mismo tipo de humor, al parecer.

—Un gusto, chica nueva —Andrew me guiñó el ojo luego de hacer una reverencia. Parece que no se tomaba nada en serio.

—Entonces, ¿vienes con nosotros? —me preguntó Christian mientras abría la puerta para salir.

Pensé si era correcto irme con dos chicos completamente desconocidos. Pero luego de la salvada que me pegó Chris, creo que ya no era tan extraño.

—Voy a Las Magnolias, ¿pasan cerca?

Se miraron entre ellos y Andrew asintió con la cabeza.

—Sí, queda camino a nuestra casa. Voy por el auto.

El viaje a casa se hizo corto. Definitivamente ellos no se parecían en nada a Justin. Eran chicos educados, simpáticos y muy sociables. Hablamos de la escuela, de los lugares que yo conocía en esta ciudad. Coincidentemente, ellos no llevaban mucho tiempo en este lugar, así que éramos los nuevos. Me sentí más en confianza.

—Me queda una duda, ¿por qué hace un rato dijiste que era buena para meterse en líos? —le preguntó Andrew a su hermano.

Christian me miró serio, dudando si debía contar lo sucedido o no. Pero yo le hice un movimiento de aprobación con la cabeza y él empezó a relatar la escena.

—Entonces, Charlotte, ¿tú tienes algo con Justin? —Andrew me miraba por el retrovisor, esperando mi respuesta.

—No. Durante estas últimas semanas solo había oído hablar de él y lo vi solo una vez, pero jamás hemos hablado antes. Lo que pasó antes de que llegara Christian fue solo casualidad. Yo venía saliendo del baño, donde minutos antes me había encontrado con Ruth. Al sentir que alguien me tomaba fuerte del brazo y me giraba hacia él, quedé en shock. Vi a Justin, que en ese momento se presentó. Pero luego empezó a insinuarse y a acercarse más de lo debido. Como yo no le correspondí y le dije que me parecía arrogante, me apretó con fuerza y me amenazó. Fue ahí que llegó este héroe a salvarme —sonreí en agradecimiento mientras miraba de reojo a Chris.

Andrew me miró por el espejo y sonrió.

—Lamento mucho que hayas tenido que conocer la peor cara de Justin. Él no entiende que debe respetar a las personas, su espacio y a las mujeres. Le cuesta aceptar que no todas babean por él —se veía algo molesto mientras hablaba.

—Eso no fue todo. Luego de irse, nosotros bajamos poco después de él y lo vimos besándose con Francis, la exnovia de Sebas —añadió Christian.

Los ojos de Andrew se abrieron como platos. Era tan expresivo que me daban ganas de reírme de las caras que ponía, pero no era el momento adecuado.

—Que agradezca que fueron ustedes y no alguien más quien lo vio. Si no, a esta hora Ruth estaría quemando todo en esa fiesta y, de pasada, sacándole los cabellos a Francis. Definitivamente ellos no aprenden. Sebas la dejó porque supo que ella le era infiel con más de un chico en las fiestas... Como él se dedicaba a entrenar, no iba a muchas, y ahí ella aprovechaba. Y Justin... Ruth sabe que él no es cien por ciento fiel, pero tampoco permite que se burle en su cara. Además, el novio de Francis es primo de Ruth. Así que, si esto se sabe, yo no quiero estar para verlo.

No sabía que Andrew estuviera tan informado. Quise molestarlo, pero desistí.

—Mick es un buen chico, no se merece que lo usen. No sé por qué sigue con ella, sabiendo el historial de infidelidades que tiene. Y Ruth... bueno, no es la virgen en persona, pero tampoco se merece ser engañada —sumó Chris.

Yo solo escuchaba. Me sentí un poco incómoda al saber todo lo que pasaría si esto se sabía.

A través de la ventana, divisé unas casas conocidas. Ya nos acercábamos a mi villa, así que me acomodé, esperando para bajar.

—En la reja negra, por favor —le pedí a Andrew.

Él detuvo el auto justo al frente de esta.

—Gracias, chicos, por todo. Esta noche han sido mis salvadores —apoyé mis manos en cada hombro de ellos y les di un apretón. Luego me bajé y me giré para despedirme—. Tengan buena noche, nos vemos el lunes.

—Adiós, guapa —dijo Andrew y me sonrió de lado, mientras Christian se asomaba por el costado para despedirse con la mano.

—Descansa, Charlotte. Nos vemos —se despidió.

Sentí el sonido del motor y, al segundo, el auto salió a toda marcha.

Entré silenciosamente a casa. No quería despertar a mamá, así que me quité los zapatos antes de subir la escalera. Cuando me estiré en mi cama, me di cuenta de lo cansada que estaba. Y eso que no bailé, pensé. Me fui al baño para desmaquillarme, asearme y me puse mi pijama. Ni cuenta me di cuando me dormí.

Desperté de golpe cuando sentí vibrar mi celular. Era Sam, avisándome que venían en camino. Miré la hora: ya eran las tres de la madrugada. "¿Cómo pueden estar tanto tiempo despiertos y oyendo esa música tan fuerte?", me dije. Yo siempre había sido perezosa y prefería dormir que salir. Sufría a menudo de insomnio, por lo que cualquier momento que pudiera aprovechar, lo ocupaba durmiendo. Al cabo de quince minutos sentí abrirse la puerta de la casa. Me relajé al saber que ya habían llegado, por lo que me volví a dormir.




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