La Chica Nueva

CAPÍTULO 9

—¿Así cómo, Sebas? ¿He hecho algo malo? —le pregunté preocupada. No entendía qué me quería decir con esa frase.

—No, Charlie, no has hecho nada malo. Es solo que, cuando me miras a los ojos y te tengo tan cerca, me cuesta controlar las ganas de besarte.

No podía creer lo que estaba escuchando. Me quedé muda de la impresión. No me esperaba escuchar esa confesión. No, definitivamente me tomó por sorpresa.

—Se-Sebastián, no sé qué decir. Yo no sabía que te sentías así conmigo. Quizás no sea buena idea que tengamos una amistad.

Seba me tomó de la cintura y me acercó a él.

—Yo no quiero ser tu amigo, Charlotte. ¿Acaso no te has dado cuenta? ¿Acaso tú no sientes lo mismo por mí? —Sentí cómo su mano se posaba en mi espalda y me llenaba de calor.

—Yo- yo no sé lo que siento. Tú eres el amigo de mi hermano. Hay cercanía entre nosotros, pero yo no he pensado en nosotros como algo más, Sebas.

Por su cara supe que no era la respuesta que esperaba, pero no podía mentirle. No podía negar que Sebas era guapo, llamaba la atención a donde fuera y, después de verlo en la pieza de Fede, confirmé que no solo era una cara bonita, también tenía un buen cuerpo. Eso, sumado a su carisma, su buen sentido del humor y esa actitud protectora que tenía... Sé que cualquier chica estaría a sus pies en mi lugar.

—Charlie, eso lo dices porque estás tan cerrada a conocer a alguien, que no prestas atención a lo que sientes. Dime que, estando cerca de mí, no sientes un cosquilleo en el estómago, que no te tiemblan las piernas o que tu cuerpo no se llena de un calor repentino. Porque a mí me pasa eso y más contigo cerca.

No podía negar que todo eso sí me pasaba, pero trataba de no darle importancia. Además, era algo nuevo para mí, por lo que no sabía a qué asociarlo. Pero ahora ya sabía que era la conexión que tenía con Sebas lo que me provocaba esa mezcla de sensaciones.

—Sí, me gusta estar cerca tuyo, Sebas. No sé a qué se deba, pero me siento bien cuando estamos juntos.

Él me miró a los ojos, sonrió y me acarició el cabello.

—Te voy a esperar, Charlie... hasta que estés preparada para saber qué es lo que sientes por mí. No se me hará fácil, pero no quiero forzarte a nada.

No voy a negar que me derretí de amor cuando lo escuché hablar. Era tan seguro con sus palabras, me miraba como si estuviera frente a la chica más linda que haya visto y sus manos siempre me acariciaban con tanta delicadeza.

—Solo tenme paciencia. Todo esto es nuevo para mí y, bueno, tampoco es fácil omitir tu amistad con Fede.

—No pensemos en eso ahora. Sé que ese asunto no será fácil de tratar, así que por ahora dejémoslo de lado. Ya después veremos qué hacemos...

En eso, escuchamos que Fede llamaba a Sebas para que bajara a desayunar. Así que se despidió besando mi frente y se fue.

No ocultaré que me halagaba completamente todo lo que Sebas me decía y la forma en que se comportaba conmigo. Pero al mismo tiempo me sentía tan extraña, tan insegura de mí misma, y me daba miedo pensar que nosotros pudiéramos tener algo más. Éramos tan distintos en algunas cosas. Él era atractivo, mucho. No era ningún secreto que era igual o más guapo que Justin, y hasta más popular, diría. Porque Sebas, a diferencia de Justin, era amable con las personas, y eso hacía que llamara la atención de la mayoría de chicas de la escuela.

Y bueno, tener este tipo de cercanía con un amigo de mi hermano era algo que nunca me había pasado. Pero, en mi defensa, lo conocí antes de saber que tenía amistad con Fede, así que me daba tranquilidad pensar que no forcé nada a propósito.

—Ay, Charlotte, ¿qué vas a hacer? —suspiré.

Me arreglé un poco el cabello y me puse algo de perfume antes de bajar. Me ponía ansiosa tener que volver a ver a Sebas después de lo que había pasado en mi habitación y en la de Fede, y fingir frente a mis hermanos.

—Charlie, ven a comer con nosotros —me invitó Sam.

—¿Tienes que salir, hermanita, que estás tan perfumada, o lo hiciste para no espantar a nuestro invitado? —dijo el bocón desagradable de Fede.

Siempre estábamos diciéndonos pesadeces, pero es que disfrutábamos ser sarcásticos entre nosotros, así que ninguno se enojaba.

—No, mata de pelos. Es lo común que haría cualquier persona que tiene hábitos de higiene. No lo hice por nada especial —terminé de decir mientras bajaba la cabeza con vergüenza y miedo a ruborizarme.

—Fede, ya basta de molestar a Charlie. ¿No ves que la vas a avergonzar frente a Sebastián? —me defendió Sam.

—Por mí no se preocupen —dijo Sebas, mientras se llevaba un vaso de jugo a la boca—. Además, ese perfume huele increíble, Charlotte —me dijo guiñándome el ojo.

Ahora sí no pude contenerme y me encendí como tomate. ¡Por qué me hacía esto y frente a mis hermanos...! ¡Trágame, tierra!

Como la conversación ya no se centraba en mí, aproveché y me retiré para dejar listas mis cosas para el inicio de semana.

Después de un rato de distraerme leyendo algunos libros que iba encontrando mientras ordenaba mi cuarto, escuché cuando Fede despedía a Sebas.

—Vale, bro, nos vemos. Avisa cuando llegues —le decía mi hermano.

—Gracias por todo y por lo de anoche... Despídeme de Charlie, ¿vale? —oí decir a Sebas.

Me acerqué a la ventana para mirarlo, lo ví montar el auto y marcharse, no sin antes mirar en dirección a mi cuarto. Sentí cómo se me erizaba la piel.

Seguí ordenando mi cuarto, cuando sentí que alguien entraba. Era Fede.

—¿Qué quieres, peluca con patas? —le pregunté con ironía.

—Me preguntaba... mmm... si tienes pensado qué harás mañana cuando te toque... —hizo una pausa más larga de lo normal— te toque encontrarte con Francis en tu salón. ¿Lo has pensado?

Fede no era de meterse en mis asuntos, y ese era el problema: este no era "mi asunto", solo me vi involucrada injustamente.

—No lo sé. Yo no le he hecho nada, con suerte hemos hablado un par de veces. Creo que lo mínimo es una disculpa de su parte por ofenderme gratuitamente.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.