La chica nueva

CAPÍTULO 2

Me acomodo en mi asiento al notar la mirada de la chica puesta en mí.

— ¿Tengo algo en la cara?— le digo mirándola de mala manera. Lily niega con la cabeza y vuelve la mirada a su plato.

Unos minutos después me traen la comida. Yo miro el plato con asco. ¿Esto que es?

Miro al plato de Lily y veo que tiene lo mismo que yo. Miro hacia delante, pero ese chico no tenía lo mismo que nosotras.

— ¿Por qué tu tienes diferente comida?— le pregunto señalando su plato. El chico baja su mirada y la vuelve a subir.

— ¿Por qué soy mejor? De eso no cabe duda.— se empieza a reír y yo lo fulmino con la mirada.

Vuelvo a mirar a Lily y la pillo mirándome. Al ver que la había pillado, vuelve su mirada lo más rápido que puede.

— ¿Tan fea soy?— le pregunto tocándome la cara.

Me mira con el ceño fruncido y yo muevo un poco la cabeza para que hable. Nunca me habían dicho fea, pero tampoco guapa.

— N.. No.— traga saliva y mira a la chica que se encuentra delante suya. Ella me mira a mi, a Lily y luego sigue hablando con el chico de su lado.

El orden de la mesa es: chico, chica, chico, chica..... Menos yo. Lily y yo hacemos que la cadena se rompa.

El director da dos palmadas y todos dirigen su mirada hacia ese lugar. Me echo un poco hacia detrás para poderlo ver mejor y él empieza a hablar.

— En cinco minutos termina el tiempo del almuerzo.— todos asienten y siguen a lo suyo.

Antes del volver mi mirada a mi plato noto como alguien me mira y paso mi mirada por todo el comedor para averiguar de quién se trata.

No veo al causante de esa mirada y hago el intento de comer un poco. Minutos después una pequeña sirena suena dando terminado el tiempo del almuerzo.

En este internado todos somos de entre dieciséis y diecinueve años. Mi tío me dijo que una vez que ya tenga los vente, me sacarán y tendré que buscarme la vida sola.

Veo como uno por uno se van levantando se sus asientos y salen por la gran puerta. Miro a mi lado y ya no está Lily. La intento buscar con la mirada y la veo saliendo.

Ando un poco rápida hasta que noto como alguien me da un fuerte empujón y casi caigo al suelo.

Diviso al mismo chico que me miraba mal con una sonrisa en su cara. Del cabreo que me entra hago que dos platos con puré se estampen en su cara.

Bajo la mirada sonriendo y sigo andando como si no lo hubiera visto.

Una vez paso la gran puerta me empiezo a reír a carcajadas. Con solo recordar la imagen del chico cuando por accidente el puré llego a su cara me entra más risa.
Llamo a la puerta al recordar que no me habían dado una copia de la llave. Espero unos segundos y nadie abre.

Cierro los ojos concentrándome. Abro los ojos y veo una silueta dentro del cuarto. Lily estaba debajo de la cama encogida como un perro. Vuelvo a cerrar los ojos y ya veo bien.

Llamo de nuevo a la puerta, pero sigue sin contestar.— ¡Abre de una puta vez la puerta Lily!— grito un poco cabreada.

Ya se que no soy muy agradable, ni doy una buena impresión, pero tampoco para como se a puesto.

Poco a poco se empieza a abrir la puerta. Solo puedo ver por la pequeña raja un ojo. Pongo la mano en la puerta y la empujo con cuidado.

Lily sale corriendo y se vuelve a meter bajo la cama. Encojo los ojos y decido dejar el tema de lado.

Saco un álbum de fotos y empiezo a pasar foto por foto. No es nada bonito lo que me pasó. Creía que mi vida era un cuadro pintado de rosas y lo único que había era una montaña de cadáveres. Cadáveres que desearía que se volvieran en personas. Personas que amo y siempre amaré.

Quito la pequeña lágrima que se me había escapado y guardo el álbum bajo la almohada. Me tiendo boca arriba y dejo mi mente en blanco.

Blanco.

Blanco.

Eso era en lo único que pensaba. En dejar mi mente en blanco. Cierro los ojos inconscientemente y me quedo dormida.

______________

Unos fuertes golpes me despiertan de mi perfecto sueño. Abro los ojos frustrada y veo como Lily también se había quedado dormida.

Al ver que ella no se levanta, lo hago yo. Un chico de pelo rizado me mira con una sonrisa. Veo las intenciones que tiene y antes de que lo haga cierro la puerta haciendo que la nata se quede pegada en la puerta.

Vuelvo a abrir la puerta y lo veo con dos chicos más. Echo la puerta hacia detrás cogiendo la nata y se la planto en su cara.




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