La chica virgen #1

11

Gato encerrado

 

Christian le lanzó una mirada de puro rencor a Kyle que se encontraba detrás de mi, no podía ver la mirada que él le dedica a Christian pero estaba segura de que no era nada ofensiva, es que ¿Podía Kyle hacer algo malo siquiera? No creía que supiera cómo lanzar una mirada rencorosa.

—Christian ¿Qué haces aquí? —pregunté entre dientes.

—No, esa no es la pregunta correcta Bec, la pregunta correcta es ¿Qué haces tú con este tipo aquí? —reclamó lanzando sus manos al aire como si estuviera frustrado por algo.

—¿Y a ti que te interesa? —dije molesta—. Es mi casa, mi vida y él es mi chico —cuando me di cuenta de mis últimas palabras voltee mi cabeza con los ojos abiertos y con mis mejillas sonrojadas esperando ver una mueca de confusión en el rostro de Kyle, pero en cambio, lo encontré con una sonrisa de satisfacción plasmada en su bello rostro, por lo que volví mi vista hacia Christian mientras me cruzaba de brazos.

—¡¿Tu chico?! ¡¿Qué demonios Rebecca?! —gritó Christian, parecía que sus ojos iban a salirse de sus órbitas en cualquier momento—. Te creí más inteligente Torne, pero al parecer eres tan tonta como todas —y sin dejarme replicar algo a su griterío se dio la vuelta volviendo a entrar a la casa, cerrando la puerta en mis narices.

—Vaya —murmuró Kyle con un deje de nerviosismo en su voz— Christian tiene mal carácter —rió como si le diera gracia la situación, aunque no le salió tan bien, mientras yo no podía siquiera sonreír, las últimas palabras de Darrell aún se reproducían en mi mente.

—¿Por qué no querría que saliera contigo? —pregunté de repente. En mis años de conocer a Christian nunca lo había visto de esa manera si no era por algo realmente importante.

—Quizá le gustas —sugirió en un intento de salvar la situación, yo asentí con la cabeza dándole la razón, no soy tonta se que le atraigo a mi rubio enemigo, pero su enojo va más allá de unos simples celos.

Algo está pasando.

—Si, pero hay otra cosa ¿Qué sucede Kyle? —pregunté mirándolo con los ojos entrecerrados.

—Wow, oye cálmate, él esta celoso, yo no hice nada —mordió su labio inferior por un microsegundo que sin embargo logré ver. Estaba nervioso.

—Bien —sonrío falsamente antes de bostezar—, creo que es hora de que te vayas, nos vemos en el instituto —dije con la mayor simpatía posible, fingida claramente. Él intentó besarme una vez más pero me apresure a abrir la puerta e introducirme dentro de la casa antes de que suceda.

Si había gato encerrado iba a ser mejor que lo liberaran y pronto.

Christian ahora me vas a decir qué esta pasando.




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