La chica virgen #1

13

Pintura verde

Alina entró a mi habitación con una mueca de confusión plasmada en su rostro—B ya llame a J para que vaya a mi casa, pero no entiendo ¿La pijamada no se había cancelado? —preguntó sentándose sobre mi cama mientras me observaba.

—Sí, pero ¡ta-dah! la pijamada ha vuelto —respondí agitando mis manos.

—Genial —dijo con entusiasmo pero pronto la expresión de confusión volvió a su rostro— ¿Y por qué no la hacemos aquí?

—Porque Jane vive a una cuadra de tu casa y es tarde para que venga hasta aquí —antes de que se le ocurriera preguntar algo más tomé su brazo empezando a empujarla hacia las escaleras.

 

Jane ya estaba en la habitación de Alina cuando llegamos y todos sabíamos que no había entrado de forma legal al lugar.

—Traje maquillaje ¿A Mike le quedará bien el rojo? —dijo mirándonos mientras estaba acostada de medio lado en la cama.

—No vas a pintar a Mike hoy —la reprendió Alina—, la vez pasada se quejó por una semana de tu broma en sus boxers, dijo que Brook no quiso acostarse con el por estar verde y hasta le propuso ir al hospital por si era una enfermedad.

—Ya —Jane sonrió con burla—, pero hay que admitir que poner una bomba de pintura resistente al agua en los boxers de tu hermano fue algo épico —dijo, por su expresión sabía que estaba rememorando su vieja broma al hermano de Al con orgullo.

—Lo fue —comenté sonriendo—, yo no tuve problemas, por suerte Brook no me cuenta de su vida privada con Mike.

—Tienes suerte, a mí Mike me dice todo con detalles apropósito —murmuró Alina temblando teatralmente en muestra de su desagrado.

—Que asco, no te atrevas a contarme nada —amenace a mi amiga apuntándola con mi dedo índice—, no quiero saber cómo mi hermana tiene relaciones con tu hermano—Irremediablemente vini la horrible imagen a mi cabeza.

—Yo tampoco quería —se quejó haciendo morritos.

 

Una vez que mis dos amigas se durmieron me quité las mantas de encima lentamente y me deslicé fuera de la cama. Con mis pies corrí los zapatos esparcidos en el piso para poder tener mas espacio y caminar sin tropezarme.

De puntitas comencé a dar saltitos hasta la puerta de la habitación de Alina y cuando estaba por abrirla para salir una mano se posicionó en mi hombro provocando que saltara en mi lugar y volteara de inmediato—¿A dónde vas? —susurró Jane mirándome con desconfianza.

—Christian sabe algo de Kyle que yo no y tengo que hacerlo hablar —contesté en voz baja con sinceridad, mentirle a Jane no era una opción.

—Oh —su rostro, solo iluminado por la luz que emanaban las luces de la calle que se filtraba por la ventana semi-abierta, mostraba confusión— ¿Quieres ayuda? —ofreció segundos después y yo negué con la cabeza sonriendo con maldad.

—Yo puedo sola —susurré antes de abrir la puerta y salir en puntitas de pie rumbo a la habitación de Christian.

 




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