La chica virgen #1

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Nuevamente yo

¡EXCLUSIVA!

Buenas noches queridos estudiantes, les vengo con una noticia de una vieja amiga nuestra, Becky Torne ¿La recuerdan verdad? Es decir ¡Cómo olvidarla!

Ésta vez ¿se encuentra en un lío de amores? Como sabrán Kyle Leblanc ha estado muy pegado a la chica últimamente ¿creen que nuestra chica virgen ya no lo sea y esté repartiendo su generosidad a varios chicos? Porque al parecer Leblanc no es el único que va tras ella como un perro, no señor. También se ha visto al gran Rick Herber muy amistoso con la bella chica ¿Estarán Kyle y Rick compartiendo la mercancía?

Oh y no me tengo que olvidar del detalle sorpresa, Becky tiene un amor secreto. El otro día la vi tirando un papel al suelo y como un chico muy ecológico que soy ( ;) ) lo tome para tirarlo a la basura, pero sin querer se abrió y ¿saben con lo que me encontré? Una nota de un chico secreto ¿o será una chica?

Decía textualmente: "Voy a conquistarte -C"

¿Quién creen que fue? ¿Carlos Ventura de primero? ¿Carolina Duarte de tercero?

Nos dejó en suspenso absoluto esta vez la chica virgen, en cuanto se sepa la identidad del/la famoso/a "C" se los haremos saber.

Mientras tanto solo podemos decir que Becky la esta pasando muy bien.

Eso es todo ¡Hasta la próxima exclusiva!

Terminé de leer la noticia que nuevamente me nombraba y cerré la laptop con fuerza ¿Era en serio? Mierda, creía que ya me había dejado tranquila, estúpido, estúpido, estúpido y mil veces estúpido Mike.

Con toda la energía negativa, pero excesiva, que me dejó el haber leído el blog me levanté de la cama dispuesta ir al establo para sacar a Rayo a dar una vuelta, usualmente sacaba a Mina pero necesitaba más velocidad y ninguno de los caballos era más rápido que él. Con pasos silenciosos bajé hasta la primera planta de la casa, no era bueno despertar a alguien a las doce de la noche teniendo en cuenta de que todos debíamos levantarnos a las siete de la mañana, sin contar que mi padre debía hacerlo a las cinco. Una vez que estaba por salir por la puerta de la cocina un sonido proveniente del living me sobresalto, rápidamente me puse en alerta y alcancé lo que tenía más cerca que resultó ser una escoba, vaya arma. Caminé de vuelta al lugar mientras no soltaba el utensilio de limpieza en ningún momento, es más, me aferraba a él con más fuerza. Por lo visto gracias al enojo mi valor para enfrentar las cosas creció. En cuanto llegué, rodee los sillones caminando de una forma extraña, rodillas flexionadas y piernas levemente separadas, mis manos apretaban el palo de la escoba mientras tragaba saliva y de repente una figura se hizo presente del otro lado del salón junto a la ventana, gracias a las lámparas de noches encendidas pude ver con claridad a la persona y al reconocerla mis ojos se abrieron con impresión ¿Qué hacía Rick Herber en mi casa? Y de noche... ¿Estaría intentando robarnos? Descarte la idea de inmediato, era un boxeador no un maleante.

—¿Rick? —Grité en un susurro mirándolo con desesperación, por inercia miré hacia las escaleras para cerciorarme de que ningún miembro de mi familia hubiera escuchado el ruido provocado por el chico pero no había nadie, volví a posar mi mirada en Ricardo.

—Becky —murmuró incómodamente rascando su nuca.

—¿Qué haces aquí? —vuelvo a hablar de la misma forma.

—Mejor hablemos en otro lugar —susurró dirigiendo su mirada nerviosamente a la escalera, al parecer pensaba lo mismo que yo. En cualquier momento alguien podría despertar.

Asenti con la cabeza soltando la escoba y le hice señas para que se acercara, cuando lo hizo tomé su mano y nos dirigí a las escaleras, las subimos con lentitud y estuve tentada a reír, no tenía idea de porqué, al llegar a arriba tiré de Rick obligándolo a ir más rápido y entrar a mi habitación finalmente, cuando estaba terminando de cerrar mi puerta escuché la de mis padres abrirse y mi desesperación aumentó, seguro iba a ir por cada habitación para ver que todos estuvieramos dormidos, suerte que la mía era la última del pasillo pero aún así tenía a un muchacho, con apariencia de malhechor, en mi habitación. Mierda y más mierda. Voltee a mirar a Rick y él se encontraba acostado plácidamente sobre mi cama con sus ojos cerrados, sabía que no dormía pero aún así se veía muy calmado.

—Ricardo debes esconderte, mi padre esta viendo en las habitaciones para saber si estamos todos durmiendo.

—Voy al baño —dijo levantándose y con intenciones de cumplir su palabra.

Pero era del todo una mala idea, allí sería dónde registraria primero mi papá.

—¡No! —comencé a morder mi labio inferior con nerviosismo y miré toda mi habitación, bueno todo lo que lograba ver con solo mi lámpara en forma de pecera alumbrando, miré todos mis osos de peluche tirados alrededor de mi cama y una idea se cruzó por mi cabeza—. Acuéstate en la cama boca abajo y tapate con las mantas hasta arriba de la cabeza —me obedeció al instante y yo comencé a poner los osos más grandes sobre su figura. Era una suerte su delgadez, ya que lograba disimular su presencia. Escuché los pasos de mi padre acercandose y apagué la lámpara antes de meterme bajo las mantas yo también posicionando parte de mi cuerpo sobre el de Rick, es decir mis casi inexistentes pechos prácticamente sobre su cabeza y uno de mis brazos pasando sobre el oso que estaba sobre él, a modo que pareciera que estaba abrazando al animal de felpa y no a un adolecente que se había metido a mi casa a mitad de la noche.

La puerta se abrió y cerré mis ojos de inmediato fingiendo estar dormida, la luz del pasillo se filtró en la habitación, la sentía aún con los parpados cerrados. Escuché los lentos pasos de mi padre mientras examinaba mi cuarto, caminó hacia el baño y yo giré mi cabeza levemente entreabriendo mis ojos, él tenía sus ojos puestos en el cuarto de baño, encendió la luz y entró, unos segundos pasaron antes de que saliera y yo tuviera que volver a mi posición de aparente sueño profundo, hasta agregué unos ronquidos leves para que fuera más creíble. Cuando salió de la habitación dejé salir el aire retenido por los nervios de lo vivido y me levanté de encima de Rick.




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