Hugo
Cuando nos separamos me dirigí a casa hasta que Lucas me llamó por detrás. Sin haberme dado cuenta me había estado siguiendo todo el camino.
“¿Es verdad que lo sabías todo desde el principio?”
Era la primera vez que Lucas me enfrentaba de esa forma. Había decepción en sus ojos, pero rabia en su tono de voz. Rompí el contacto visual.
“No desde el principio, pero me lo olía, además ya le advertí a Elián hace tiempo de que se alejara, antes de que se metiera más en el ajo.”
“¿Qué es lo que sabes de esa banda?”
Ahora su tono era más serio, como si fuera Mateo con quien estaba hablando y no Lucas.
Andé en silencio hasta un banco. Él me seguía sin decir nada.
Le acabé contando que me habían contactado dos miembros de la banda cuando estábamos con lo de la investigación, lo que significaba que había alguien que seguía vigilando la casa de Elián o que ahora también nos vigilaban a nosotros.
Cuando terminé la historia nos llegó un mensaje de Valeria “Nos vemos en la pizzería para comer.” .
Llegamos y cuando nos trajeron las pizzas Mateo empezó a hablar.
“Hugo, siento haber pensado que eras el espía.”
Casi me atraganto al escuchar eso tan repentinamente.
“¿Qué?”
Mateo y Valeria nos hablaron sobre las sospechas y el plan que había ideado Mat para atrapar al culpable. Luego nos contaron como resultaba que uno de los que iban a nuestro programa era parte de la banda y tras la paliza que le había metido Val les había contado que en la guarida central había información sobre las siguientes misiones que estaban llevando a cabo.
“¿Por qué seguís con esto?” No me podía creer que después de todo lo que habían descubierto quisieran seguir adelante.
“Hugo, sabemos que vosotros queréis dejarlo aquí, no nos importa, pero nosotros vamos a continuar hasta que consigamos hacer justicia para Elián. Teniendo en cuenta las consecuencias.”
Mateo era serio y su mirada era de seguridad. Lucas era obvio que estaba incómodo por la decisión que habían tomado, pero no dijo nada. Valeria comía pizza como si estuviéramos hablando de que planes teníamos para el fin de semana en lugar de que la conversación fuera sobre bandas criminales. Por lo que sé de ellos, si algo se les había metido en la cabeza y estaban dispuestos a seguir adelante, ya poco podía hacer yo por frenarlos.
“De acuerdo, solo evitad terminar como Elián.”
Se quedaron en shock por mi respuesta.
“La guarida central está dentro del túnel derrumbado. La seguridad no es la mejor, pero id con cuidado.”
“¿Cómo es que sabes todo eso? ¿También estás metido en ello?” Mateo parecía genuinamente preocupado por mí
Suspiré y dejé caer la bomba.
“Mi hermano es de la banda.”
A Valeria se le cayó un trozo de pizza a la mesa y todos me miraban con los ojos abiertos como platos.
“¿Tu hermano es parte de la banda?”
“¿Tenías contacto con la banda, o sea que mis sospechas no iban mal?”
“¿Tienes un hermano?” Nuestra atención se fue hacia Lucas “¿Qué?, es que lo de la banda no me sorprende tanto a estas alturas.”
Les conté que mi hermano mayor era de la banda y que por eso sabía algunas cosas y había reconocido el tatuaje, de Elián y a la chica del parque. Además les conté a Valeria y a Mateo las llamadas que me hicieron.
“Por eso no querías que investigáramos.” Mateo estaba pensando
“Es peligroso, pero ya estamos todos metidos en esto, así que solo puedo deciros que tengáis cuidado.”
“Seguiremos yendo de todas formas a por la banda, a sacar información y exponerla.” Valeria estaba decidida a seguir con el plan.
Echamos toda la tarde como cuando solíamos quedar antes de que todo se torciera. Dimos una vuelta, estuvimos hablando de qué tal nos iban las cosas y nos despedimos cuando ya había anochecido.
Cuando volvía para casa me paré en un parque. Tenía una especie de caseta que era a la vez un tobogán, a los niños del barrio les encantaba porque era muy grande y casi parecía una casita. Me senté en el tejado y miré las estrellas.
“Bonita noche, ¿no?”
Valeria se había sentado conmigo en el tejado.
“Que susto tía, a ver si haces más ruido la próxima vez.”
Nos reímos un poco y estuvimos hablando sobre la vida un rato más.
“Oye, sé que te preocupa todo esto. Y tienes razón, lo que vamos a hacer Mateo y yo es una locura.”
“Bueno, me alegro de que te des cuenta solita, pero sacaros alguna idea de la cabeza es imposible así que…”
Nos quedamos en silencio un rato hasta que noté que me estaba tendiendo algo.
“Toma, para que te proteja.” Me estaba dando la sudadera de Elián. No me moví por un rato. “Así podrás ocultarte.”
Cogí la chaqueta. Val estaba más callada que de costumbre y tenía un aire triste, así que decidí añadir algo a ver si se animaba un poco.