En las vacaciones Lidia, Francia, Cami y yo fuimos al cine a ver una película de terror la cual me aburrió y eso que de todo me asusto, cenamos algo saliendo del cine, tenía muchísimas ganas de unas bolas de fuego, Lidia se comió una rebanada de pizza, Francia unas gorditas al igual que Cami.
Otro día salimos a la loma no hay mucho que hacer para alguien de nuestra edad, solo caminar, nos cansamos nos sentamos a platicar. Ya que nuestras panzas comenzaron a gruñir, comenzando por la mía, fuimos al centro de la loma para comer pizza. Terminamos de comer y fuimos a pasearnos en el trenecito. Caminamos otro rato y nos regresamos a casa.
Fuimos varias veces a la plaza para bobear, comer a veces, comprar ropa o maquillaje.
Hacíamos pillamadas cada que teníamos chance. No estuvimos juntas todo el tiempo, aunque pasamos la mayor cantidad de tiempo juntas que pudimos.
Nos vimos el domingo antes de entrar a la escuela nos despedimos como si nunca nos volveríamos a ver. Dramáticas lo sé, pero después de tres años de estar juntas vernos de lunes a viernes en la mañana a veces por las tardes, a veces hasta sábados y domingo a ya no vernos en las mañanas y quien sabe en las tardes.
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Cuando hicimos examen para la secundaria a Cami y a mí nos daba miedo el que estuviéramos en diferentes salones. Cuando vimos las listas de admisión, celebramos con unas palomitas y dos nieves el que hallamos quedado en el mismo salón, juntas e inseparables.
Habíamos dicho que solo seriamos las dos que no necesitábamos a nadie más con nosotros, ninguna nos entendería.
El primer día de clases había una niña en la entrada del salón abrazando a todos lo que llegaban (a todos). Nos tocó a Cami y a mi cuando entramos al salón, y ahí se quedó hasta que llego el maestro y lo abrazo también a él.
Era raro que alguien hiciera eso, ella había puesto su mochila a un lado de donde escogimos sentarnos (nos dimos cuenta porque fue la última en sentarse). En cuanto termino la clase comenzó a preguntarnos los nombres, de que escuela venimos, a la hora del receso nos preguntó si podía venir con nosotros a desayunar, y poco después ya éramos tres. La pequeña y abrazadora Lidia. A los días cuando ya se había formado grupito entro una chica nueva, en unos días iba de un grupo a otro, como no encontrando su lugar o viendo su mejor opción cuando le tocó el turno a mi grupo, nos comentó que se acaba de cambiar a una casa cerca y que por poco no la aceptaban aquí, hice examen en Guadalajara, no paró de hablar. Y así nos hicimos 4. Nos equivocamos al pensar que no necesitábamos a nadie y que nadie más nos entendería, nos complementamos cada una diferente, con muchas cosas en común también.
Nos volvimos mejores amigas.
Cuando decidimos en que prepa queríamos estar Cami y yo escogimos la misma, no nos queríamos separar y lo estuvimos comentando muchas veces cuando estábamos en el entrenamiento. Tratamos de convencer a Lidia y Francia de entrar a la misma que nosotras pero las carreras que querían seguir no lo podían hacer en la misma escuela que nosotras.
Hicimos examen para la prepa y quedamos, sin embargo esta vez no en el mismo salón, celebramos que tuviéramos lugar, estabamos un poco tristes porque no estaríamos en el mismo salón, después de todos esos años juntas nos separaríamos.
***
El día llego, entraríamos a la nueva escuela. Hoy como siempre Cami pasó por mí.
El camino a la escuela se me hizo largo, de estar a 3 cuadras la nueva escuela estaba a 20 minutos en camión. Nos fuimos calladas todo el camino hasta que llegamos a la escuela Cami habló.
C: ¿Nerviosa?
¿Primer día de escuela y separada de mí?
Debes estar asustada.
M: Puedo sobrevivir sin ti un tiempo, tendremos algún tiempo libre para vernos. No estamos tan lejos. A parte tú también estas nerviosa, no hablaste en todo el camino.
Tú eres la que debería estar más contenta ya que Carlos vendrá a la misma escuela que nosotros, más cerca de ti.
C: Si eso es lo bueno, esperaba verlo antes de entrar a clases.
M: Lo veras en el día, tranquila.
Nos separamos y fuimos cada una a su salón correspondiente, el salón de Camila está en el primer edificio, el mío está en el tercero. Ultimo salón.
Entre al salón, nadie conocido, ya me lo esperaba; varios de la secundaria entraron en la misma escuela ninguno en mi salón. Prepa, primer año.
No me gusta sentarme adelante, ni atrás, soy chica de en medio, entre al salón y me senté en silencio, no habían llegado muchos así que pude sentarme donde mejor me pareció (espero que sea como en la secundaria, tomas un lugar y es tuyo), los que habían me voltearon a ver, todos en silencio.
Vi a una chava llenita cara redonda, parecía sociable así que le dije; hola, soy Melisa ¿cómo te llamas?, me volteo a ver, su cara extrañada, dudo y me contesto: Rosa.
Un chavo volteo, lo mire y le dije ¿y tú?
Raúl. Pronto comenzamos a preguntar los nombres de todos, a hacer una ruedita, y comenzar a platicar, solo eso falta para romper el hielo, me agradan los de mi nuevo salón.