La Cita Perfecta

CAPÍTULO QUINCE

Al día siguiente despertamos en casa de Rosa, desveladas, cansadas.

Los pies me pulsan.  Desayunamos y nos ponemos a ver una película, ya que se termina Rosa comienza a abrir sus regalos.

Nos acostamos de nuevo a ver una película y me quedo dormida, cuando despierto nuevamente vi que no solo yo me quede dormida, veo la hora, son las 2.

Hora de comer.

Terminamos de comer, recogemos el tendido, y nos vamos cada quien a su casa, no con tanta energía como el día de ayer. Llego cansada a la casa, y me acuesto a dormir. Dormí hasta el día siguiente.

El lunes en la escuela solo platicamos de la fiesta, no todos lo del salón fueron invitados.

Estuve de muy buen humor.

En la tercera hora fuimos a comprar algo para desayunar, pasaba por el pasillo y me intercepto Roman.

Yo iba con el brazo entrelazado con Rosa, y sentí un jalón en el otro voltee y era él.

M: ¿Que paso? –Dije exaltada-

Solté a Rosa y me le quede viendo un momento

Solo se me acerco y me beso ahí frente a todos. Todos los salones estaban  fuera de clases.

Me aparte, voltee abajo y estaba Tristán viéndonos. No solo él casi todos voltearon a vernos.

De repente se escucha que alguien hace uhhhh, y todos los demás lo siguieron.

Me puse roja, no sabía dónde meterme. Comence a caminar lo más rápido que pude.

Me fui sin decirle nada, mi cara roja de vergüenza.

Rosa me alcanzo.

Rosa: ¿Por qué fue eso? ¿Comenzaste a esperarlo de nuevo?

M: No sé por qué fue eso. Y no, no lo estoy esperando.

-Atravesamos el patio lo más rápido que pude jalar a Rosa.

 

Le comente a Cami y ella tampoco entendió porque hacerlo así frente a tanta gente.

Fuimos al entrenamiento.

Salí cansada.

Esperamos a Carlos. Estábamos sentadas cuando llego Carlos y comenzamos platicar de la fiesta de nuevo, me estaba burlando de él. Y llega Roman.

R: ¿Podemos hablar?

Voltee a ver a Cami y encogió los hombros, Carlos solo puso los ojos en blanco y le dijo a Cami vámonos.

M: Ok.

Espere que se alejaran Carlos y Cami y pregunte

 ¿De qué quieres hablar?

Roman se acercó a mí, puso las dos manos en i cara y me beso. Me deje llevar, me abrazo lo abrace.

Me separe

M: ¿De qué quieres hablar?

R: Nada, solo quería estar a solas contigo.

M: ¡ohh!

 

Me besa de nuevo, lo disfruto no puedo decir que no, me gustan sus besos.

Y me di cuenta, que ya debía poner fin a esto, sea lo que fuese, no iba a llegar a más.

Y no era sano.

M: Mira, me gustas. Me gusta besarte, lo disfruto,  pero no creo que debamos seguir haciéndolo.

Siento que es siempre cuando tú quieres, si no estás molesto o si no hago algo que no parece. O si no tienes a alguien más. Ya no quiero que pase.

Nunca hablamos de qué tipo de relación queremos o si queremos alguna, por lo que veo tu no quieres ninguna conmigo. Y este juego que tienes de me gustas ahorita al rato ya no, ya me canso.

Creo que ni siquiera querías estar conmigo en primer lugar, solo fue una competencia con Tristán o algo así.

R: ¿Te dijo de la apuesta?

Baldazo de agua fría.

M: No, no me dijo nada

R: Me gustas, pero sé que nunca lo superaste, ¡leí tus cartas! ¿Qué creías que sentía?

Tratabas de que no nos viera, cada que te aburrías me dejabas de buscar.

Él tiene novia, y aun piensas en él.

-Pedrada y justo al corazón-

M: ¿Cuál fue la apuesta?- Pregunte resignada-

R: ¡¿Que importa?!

M: ¡Quiero saberlo!  

R: Apostamos en que si te dejabas que te diera un beso.

M: Y yo me deje. Por eso me dijiste lo de Tristán.

R: Suponía que te ibas a enojar y sería más fácil.

Me ignoraste mucho tiempo, me imagine que si no era algo así no lo ibas a hacer

M: ¿Y porque seguiste besándome después?

R: Me gustabas. Le dije a Tristán que te dejara, que me gustabas y fue cuando apostamos.

-Moví la cabeza de un lado a otro-

M: Ojala me lo hubieras dicho todo, así tal vez las cosas hubieran sido diferentes.

Tienes razón no lo supere del todo, porque pensé que a lo mejor habías mentido, que no tenía novia. Y que yo había arruinado algo bueno.

No dejaba de buscarte porque me aburrías, lo hacía porque me sentía culpable y parte porque no veía que yo te interesara en serio.

No debí haberte besado. No hasta que hubiera confrontado a Tristán, hasta que me hubiera quitado las dudas.

Me gustabas, no solo fue por Tristan que te bese.

 

Le di un beso en la mejilla y me fui. No me dijo nada más. Solo se quedó mirando cómo me marchaba.

Sentí que se cortó un laso que nos unía.

Pase por la casa de Memo y estaba sentado en los escalones.

Memo: ¡Hey!

Volteo me vio, y bajo la mirada.

Mel: ¿Estas bien?

Me senté a un lado de él.



#36198 en Novela romántica
#5923 en Chick lit

En el texto hay: romance, drama, amistad

Editado: 17.10.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.