La ciudad del purgatorio

Una visita inesperada

//(Disculpen la demora en actualizar, no se que me paso y olvide por completo esta historia, a tal grado de que ya no tengo ideas para seguirla, pero trabajaré en nuevas historias para ustedes que espero apoyen muchisimo. Comenten que quisieran leer en un futuro. La estoy resubiendo a esta cuenta para mayor comodidad, ademas de que aqui estaré mas activo y subiré nuevas novelas. Besos a todos)//

A la mañana siguiente, Amber nos confesó que simplemente estaba en el bosque cuando el soldado decidió atacarla, sin razón o motivo aparente. Es algo entendible dado a la filosofía de querer matar a alguien solo porque si, pero es algo que no me deja de llamar la atención, dado que si solo fuese eso, seguramente nos hubiese comentado la noche anterior. Decidí creerle aunque Evelyn no estaba del todo convencida, Amber le dice que tiene más razones para desconfiar de ella que ella de Amber. Lo cual suena lógico dado que los soldados tienen secretos ocultos, a lo que Evelyn se queda callada y se sale de la casa un poco molesta por el comentario. Le pedí a Amber algo de comprensión y comportamiento, Evelyn no es mala persona, de hecho, ella nos salvó la vida cuando el soldado nos quiso atacar, pero aún así Amber dijo algo que me dió escalofríos.

-Ella quizás mató a su compañero nada más por revelar ese secreto a unos civiles. Talvez solo está contigo para mantenerte vigilado.

Naturalmente me molesté pero mi cabeza lo procesaba un poco, solo con eso Amber logro sembrar en mi algo de duda respecto a Evelyn, pero aún así, hace mucho que la conozco, eso otro me tenía calmado de cierto modo. Salimos a acompañar a Amber a su hogar, la sorpresa para mí es que ella no tiene un hogar precisamente, simplemente al llegar la noche busca un lugar seguro y se queda en el, como perro callejero. Me sentía mal de dejarla ir, pero si le propongo quedarse en mi casa lo más probable es que rechace la oferta, puesto a qué es de las personas que poco confían en otros. Después de dejarla a su suerte Evelyn y yo nos fuimos al bar de Grissom por unas bebidas para el mal rato. En el bar se presentó la peor de las situaciones, el gran Héctor O'Brien llegó al bar y se sentó a mi lado, me parece curioso que el comandante, el cual es rara la ocasión en que sale de su base venga a este lugar de muerte.

-Deme algo fuerte y espeso por favor- Dice el soldado que parece no apartar su mirada de mi.

-Me contaron de este lugar, es el único que tiene buen alcohol. O podría decirse que es el único que tiene alcohol exportado jaja- comenta intentando romper el silencio rotundo del lugar, pero es más que obvio que todos los presentes estábamos incómodos con su presencia.

-Cantinero, conoces el nombre de: "el demonio sombrío"? Debo encontrarlo rápido- Grissom negaba haber escuchado ese nombre, naturalmente Grissom reconoce que si el gran O'Brien sale de su base es porque quiere matar a alguien.

-Vaya... Al parecer el mito es falso, no puedes saberlo todo en un bar... Tengo razón muchacho?- Se dirige a mi con un tono algo serio y tétrico. Parece que sabe quién soy, no le veo otra explicación a él porque el se encuentra aquí. Simplemente me quedé callado tomando de mi bebida esperando el momento a que el se retire.

-Bueno, supongo que pierdo el tiempo aquí. Cuánto te debo?- pregunta buscando en sus bolsillos, lo cual altera a todos dado que posee su arma consigo.

-L... La casa invita.- Grissom temblaba de miedo solo con la idea de tener frente a el, el soldado más despiadado de todos.

-Pero que buen servicio, buena bebida y cortesías de el cantinero. Espero cambie la política de el bar, o si no se quedará sin fondos.- El comandante se levanta dejando un billete en la barra. Justo al marcharse se puede sentir la vibra de paz y alivio en el lugar. Grissom puede que sea la fuente de información de los soldados, pero es remotamente imposible que venga el comandante Héctor O'Brien personalmente por información, ademas, Grissom nunca delataría a un amigo. Por si te lo estás preguntando, si, yo soy el demonio sombrío. Apodado así por mi colaboración con los soldados en anteriores ocasiones, realizado ejecuciones perfectas y rápidas a objetivos gracias a mis dotes. Antes de poseer el virus yo era un aprendiz bastante avanzado en artes marciales, el virus me otorgó la capacidad y manipulación de las sombras, ya sean proyecciones sombrías de mi, o la intangible habilidad de poder atravesar superficies como si de un fantasma se tratase. La pregunta es: porque el comandante Héctor O'Brien me buscaría personalmente? Eso me tiene muy inquieto. Si te preguntas el porqué no me reconoció, eso se debe a qué siempre llevo máscara cuando trabajo con los soldados, nunca revelo mi identidad, además de que hace un tiempo que no los ayudo en nada, y para colmo nunca tuve un encuentro personal con O'Brien. Así que todos estos puntos hacen que no sepa de mi. Por esa parte estaba aliviado, pero la otra era que mi cabeza era buscada por el, indiferentemente de si sabe quién soy o no.

-Gracias por cubrirme Grissom.- pagué la cuenta y me retiré a mi casa para aislarme un poco y tratar de relajarme, aunque estaba más que claro que lo último que conseguiría, era paz.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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