La Ciudad Purificadora

Trabajo a muerte

— No te asustes, los guardias suelen ser amenazantes, pero son pocas las veces que sí cumplen sus amenazas, en mi caso si las cumplen —Rick trata de verse tranquilo para mostrar una buena imagen, pero puedo ver que realmente está nervioso por hacer que alguien se comporte de cierta manera para mañana—. ¿Y cómo te llamas? Yo me llamo Rick, yo vengo de Nueva York, aunque en los últimos meses he vivido en Racyn City.

— K… Klaus Sprinter, soy de Inglaterra —le contesto tímidamente por lo diferente que es ver a Rick viéndose frágil y tratar de ocultarlo, siempre ha sido muy honesto en cuanto se siente y verlo así me inquieta mucho.

— Suena genial, aunque no he ido. Me gustaría quedarnos a charlar y conocernos mejor, pero tenemos mucho trabajo y si no lo cumplimos no hay cena —Ya tengo una prueba para intervenir severamente, tenga experiencia en la política o no es indudable que darles comida como si fueran perros que merecen premios al portarse bien es nefasto y merece cambiar—. Tenemos que hacer diez actividades al día para ganarnos la comida, vamos a la primera actividad del día que es regar las plantas del parque más cercano que no se haya regado.

Rick me guía por los edificios a punto de caerse señalando cada edificio o persona importante para saber cómo funciona la clase roja, se consigue los recursos para hacer las tareas al levantarse para no perder ni un segundo y en el caso de la comida con un boleto que alguien de la clase naranja o amarillo que se haya ofrecido voluntario le da al terminar las diez actividades, de ahí van al comedor en donde nos reparten una porción de avena y agua de naranja para el resto del día. Incluso me revela que en algunos casos se han muerto personas por inanición o desnutrición, pero se pueden hacer tareas extras para obtener más alimento, pero eso es posible después del primer mes de trabajo. Se nota el enorme cambio de la clase roja al ambiente de la ciudad de clase media, las casas están bien hechas y hay varias tiendas de abarrotes, de ropa y hasta una tienda departamental que es parte de una franquicia mexicana, lo único que no encaja con esta ciudad es la diferencia de clases sociales muy marcadas, incluso para México. Entramos al parque Carranza con un registro en la entrada en donde marca que no ha sido regado o cortado.

— Lo primero es conectar la manguera y rociar de manera delicada las plantas y el césped, evitando mojar los caminos de tierra o de piedra para evitar que la gente se caiga y tengas una sanción, no creo que sea necesario decirte que son terribles.

Lo bueno de haberme acostumbrado a hacer todas las tareas de la casa cuando mis padres no llegaban el resto del día es que ahora no me cuesta hacer tareas tan laboriosas para mí como cortar el césped perfectamente o limpiar toda una casa. Es una buena oportunidad para aplicar lo que aprendí y no he utilizado en años porque en los orfanatos lo hacía el conserje y en mi departamento no había mucho que limpiar más que mi habitación, el baño y una gran sala donde estaba la cocina, el comedor y una pequeña área de descanso. Empiezo a regar las plantas de la manera en la que Rick me indica, por cinco segundos a cada arbusto o planta para evitar malgastar el agua, y mientras hago mis labores y él me vigila para ver si lo hago bien no puedo evitar preguntarle cosas que ya sé, pero quiero ver cómo le dice ciertas cosas de su vida a otros, algo que no es muy ético al engañarlo de cierta manera.

— Oye, ¿y cómo llegaste a este territorio? —tengo que usar otro vocabulario para que no sospeche que el chico inglés al que está apoyando habla igual que su amigo en el centro de la ciudad, así que ahí estoy inventando las maneras más diferentes y ridículas en cierto sentido para no hacerle saber nada.

— Es una larga historia, pero si quieres saberla no hay problema —asiento dos veces para que me diga su versión de nuestra llegada, si algo cambia en su versión más de lo normal, eso sin contar su “iniciación” a la clase roja al no estar presente en ese momento seguramente por desmayarme al ver a Hannah—. Soy parte de una organización que busca terminar con la compañía RedCell, no sé si sepas de esa compañía, de momento solo estoy consciente de que tiene varios puestos en gran parte de Norteamérica y la sede principal se ubica en Racyn City.

— No conocemos a dicha corporación, sabemos que ha causado cierto daño, pero no tienen permisos para comprar ni un solo territorio, la Reina Isabel Tercera prohibió cualquier forma de negociación con la corporación una década después de resurgimiento de dicha corporación —por lo menos no estoy mintiendo, investigué que la reina les prohibió pisar el país, querían mantenerlos lo más alejados posibles, algo entendible teniendo en cuenta que masacraron a un continente, es evidente que querían evitar ser diezmados en menos de un año.

— En fin, la corporación se reactivó con el mismo propósito y tuvimos la pésima suerte de vivir en el mismo año en donde el virus que desarrollan está casi listo, solo necesitan a alguien para completarlo y ese es mi amigo. Creo que ya lo has visto o por lo menos tienes una idea de quién podría ser, es el mismísimo hijo del gobernador, se llama Axel Montgomery.

— No he escuchado de él, es solo mi primer día en este extraño territorio —sin importar cuanto trato de mantenerme en personaje, no puedo evitar decirle que no es necesario decir que soy el hijo del gobernador, parecería que soy el típico hijo consentido que hace un berrinche al hacerse un rasguño o ver al sol directamente.

— Bueno, él es un chico muy listo y que ama a los videojuegos, incluso me venció en un torneo importante donde lo conocí, fui una mierda de persona con él en un inicio y me hizo salir de mi arrogancia, fue en donde nos unimos cuando un monstruo de RedCell nos atacó y tuve que matar al monstruo con mis poderes que jamás había usado desde el día que los descubrí, descubrí que era el mismísimo sucesor del mismo sujeto que acabó con RedCell en un inicio. En fin, lo secuestraron, lo buscamos por un mes y después de encontrarlo nos propuso ir a este lugar a encontrar un antídoto, pero no sabíamos que su padre gobernaba este lugar y que nos dividían en facciones como en una película de ficción de hace años. Ya terminaste de regar las plantas en buen tiempo, eso me hace pensar que estará mejor preparado que yo, la siguiente tarea es limpiar los baños públicos, espero que no tengas un estómago débil.



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En el texto hay: poder, armas biologicas, viaje del heroe

Editado: 08.10.2022

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