La Ciudad Purificadora

Culpa ajena

Después de tomarme una taza de café muy cargado, me llevan a una de las tantas habitaciones que hay en el piso de abajo, algo raro porque en el piso de arriba hay tres habitaciones y la más grande es el invernadero, tal vez haya más pasadizos secretos, a este punto no creo que sea raro que con tocas los interruptores de la recepción en cierto orden aparezca un elevador detrás de la sala de juntas o que al girar las estatuas al lado de las escaleras se revele una puerta secreta en la fuente que se conecte a una sala de máquinas, debería tratar de activar uno hoy o mañana, no creo que el sábado no tenga ni ganas para levantarme de la cama. La sala de interrogación es exactamente como me la imaginaba, paredes grises con una mesa y silla que posiblemente en mese no van a servir, una lámpara que no deja de tintinear, un espejo de doble cara en donde hay un montón de sujetos misteriosos vigilando que no cometa un impulso de idiotez y Rick, que está sentado en esas sillas de dudosa calidad, es la primera vez que lo veo totalmente rendido en todo, sin un plan de último minuto que nos salvará el pellejo a todos. Lo han destruido en todos los sentidos, no solo por los moretones que tiene en los brazos y su corte en la mejilla izquierda, llego a pensar que yo lo he destrozado al meterlo en problemas y tal vez él jamás haya sido el traidor.

— ¡Rick, sigues aquí! —lo abrazo fuertemente sin importar los quejidos de los soldados detrás del espejo, un abrazo no es nada peligroso en sí, ni siquiera podría pasarle un arma o información porque no dejo de llorar y no tengo la suficiente fuerza para abrazarlo y siquiera soportar algo más pesado que una taza de café, lo único que importa es mantenerlo vivo por ahora y escapar si no es el traidor—. Haré que vean que eres un inocente, sé que ese chico no escapó con tu ayuda, nunca harías algo que afectara a otros y sabes que es muy probable que lo encuentren.

— Axel, no…no intentes afectar a otros, me lo merezco.

— ¡Déjame ayudarte! Por mi culpa estás aquí y te arrastré a esta aventura que a todos está consumiendo —le imploro tratando de mantenerme controlado, no quiero matarlo en un impulso de ira y está convencido de que es su culpa cuando yo fui aquel chico que “escapó” sabiendo que eso dañaría a Rick.

— Yo lo dejé escapa, agradezco que quieras ayudar, pero esta es mi propia carga, soy yo el que te ha arrastrado a esta guerra, tú solo has decidid seguirme sin importar que yo no soy un líder —puedo sentir esa tristeza y sentimiento de derrota, lo he experimentado muchas veces y ver a Rick encerrado en su propio dolor me hace sentir aún más culpable, terminé con su felicidad por una misión que fue un fracaso y no me dio un dato para salvarlo.

— Sé que estás pensando que es el fin y el optimismo no sirve para nada, pero te aseguro que esto no fue algo que te buscaste o que tus acciones para nada negativas fueron con la intención de herir a alguien.

— Soy un caso perdido, soy prescindible, no como tú. Trata cumplir con los objetivos que te has puesto como si yo estuviera ahí, no estaré contigo hasta el final como tu amigo de corazón. Me merezco todo eso, desde el primer día que obtuve mis poderes y condené a mis papás.

— No eres prescindible, eres tan importante como yo o cualquiera que luche por el bien. Has cometido errores, pero eso no te hace valer menos.

— Axel, eres la primera persona a la que he considerado como un amigo, con quien sentí una motivación a continuar. Mis errores volvieron a condenarme y esta vez no quiero escapar, te quiero mucho y te veo después del más allá —empiezo a llorar sin parar por ver como sufre de manera interminable. Él no quiere soltar el dolor o enfrentarlo, quiere acabar con todo, morir para no soportar más dolor—. Por favor, no quiero hablar más. ¡Sáquenlo de aquí! Estoy listo para mi juicio.

Los soldados entran y en vez de llorar o hacer lo posible para quedarme con él para consolarlo por mi estúpido error no me opongo y me dejo guiar por los soldados hacia el salón donde será el juicio, donde me espera Hannah dando vueltas por la preocupación que está teniendo por verme desesperado.

— Axel, ¿Él está bien? ¿Qué te dijo? —en vez de darle una respuesta pierdo la fuerza y ella me tiene que sostener, ni puedo decir si está bien o no.

— Se rindió, me pidió que no lo ayudara al tenerlo merecido —me siento destrozado por varias cosas, pero saber que Rick se dio por vencido por tanto dolor que siente es lo más horrible.

— No puedo pensar en lo mal que se siente en este momento, estaba consciente de que sus padres habían muerto y que lo maltrataron física y psicológicamente durante el interrogatorio, pero creo que esta situación lo ha llevado a su límite, solo nos queda hacer lo posible para que no lo culpen por algo en lo que él no tiene la culpa.

— Es mi culpa, lo causé sabiendo que esto pasaría —le confieso secándome las lágrimas, creo que esto es lo que describía Rick en la misión que lo condenó.

— No eres el culpable, solo es víctima de un sistema que no le importa su vida.

— Hann, no es un movimiento político. Ayer fui a espiar a Rick haciéndome pasar por alguien de clase roja, escuché que perderme de vista era su último aviso y sería castigado, y aun así seguí con la misión solo para saber si él me iba a traicionar y ahora no creo que sea el enemigo, solo ha sido una víctima mía al estar en el momento incorrecto.

Ella no me regaña o me consuela, solo me abraza para demostrarme que puedo salvarlo, tal vez pueda conseguir que siga con vida hasta la siguiente semana.



#1796 en Ciencia ficción
#11956 en Otros
#1489 en Aventura

En el texto hay: poder, armas biologicas, viaje del heroe

Editado: 08.10.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.