Un señor que viste se acerca a nosotros mientras estamos limpiando el lugar, no le tomo mucha importancia, tal vez viene a limpiar el lugar tras nuestra cena romántica a pesar de que nosotros nos encargamos de eso, pues si nosotros lo hicimos lo más justo es limpiarlo. Pero el señor no le importa que Hannah le dice que no es necesaria la limpieza, eso es algo que nosotros debemos hacer.
— Señor, no es necesario que limpie este lugar, no sería justo que tuviera que limpiar algo que nosotros planeamos, puede ir a descansar sin ningún problema, yo aprecio el esfuerzo que usted hace —le menciono para que pueda descansar, después de tener un día muy cargado y posiblemente ver como a uno de los de su clase de color es arrestado ha de estar cansado.
— Maldito gringo, solo salvaste a tu amigo, no salvaste a Luis —bueno, eso no me lo esperaba, o no ser amenazado en el lugar menos pensado, pensándolo bien, las citas que he tenido con Hannah siempre termina de una manera muy rara, o nos interrumpen o su padre me amenaza para que la deje de hablar.
— ¿Gringo? Señor, sé que está frustrado por saber que condenaron a un amigo suyo, pero le puedo asegurar que no liberaron a Rick por influencia mía o por ser estadounidense, si supiera que alguien de mis amigos está haciendo algo terrible no trataría de evitar su juicio.
— Deja de mentir, pendejo —en ese momento saca un arma, no sé si aterrorizarme o preguntarme de dónde pudo sacar el arma—. Estamos hartos de que tu clase nos trate como mierda, malditos ricos.
— Señor, no vine a este lugar a afectarlos y no lo haría, ni siquiera puedo cambiar las acciones de mi padre, sé que se siente cansado emocionalmente, pero esta no es la manera —trato de hacerlo razonar, yo también quiero que este sistema de clases acabe y, aunque sé que no se hacen grandes cambios diciendo “por favor” y se requiere de acciones grandes para hacerlo, dispararme no haría que mi padre cambiara el sistema de clases.
— Estúpido Gringo, yo sé lo que planeas, como si el presidente del país no fuera muy vendido con su país que se creen mejor —no sé si ya es xenofobia o problema con la horrible justicia que se hace en esta ciudad por culpa de mi padre, pero su último comentario es la que me disgusta.
— No estoy mintiendo cuando le digo que no busco un beneficio a cambio de algo suyo y jamás dije que me creía superior por ser de Estados Unidos, al final del día somos personas del mismo valor sin importar que somos de otros lugares y no hablamos el mismo idioma.
— ¿No se supone que hablas español? —Hannah me pregunta con confusión, ya le había dicho que fui educado con muchos elementos de la cultura mexicana y el idioma español, tal vez se pregunte porque no hable español para bajar la presión del conflicto.
— Sí, pero Lady Sunset hace que se anule de cierta forma, nos entendemos entre todos al doblar la realidad.
— ¡Deja de hablar con ella! Debiste salvar a nuestro amigo, tienes suerte de que no estemos destruyendo la ciudad para que se nos dé la justicia que merecemos.
— Señor, le prometo que no puedo hacer que la ciudad cambie radicalmente, pero estoy a favor de que los traten como es debido, sé cómo los tratan y estoy luchando para que cambie.
— Solo sabes mentir, eso han dicho todos y nunca cumplen su promesa. Te mataré si es necesario para cambiar esta maldita ciudad.
— ¡Axel no está mintiendo! No es como su padre y él quiere hacer algo para que no los traten mal, lo puedo ver en su mirada.
— ¡Calla maldita zorra, tu opinión no cuenta! —por primera vez no estoy de acuerdo con el señor, ninguna chica es una zorra por decir su opinión o por cómo se viste, Hannah está defendiéndome y mostrando que tiene razón.
— ¡No le digas eso a ella! Ni a ninguna chica —irremediablemente me enojo, se está metiendo con Hannah y ya ha pasado de ser alguien frustrado por una injusticia a mostrar una hipocresía al exigir derechos, pero invalidar los de otros.
— Yo me encargo —si yo estoy enojado no lo parece al lado de Hannah, ella realmente le afectó este comentario y lo entiendo, decir que no tiene opinión sin una razón es algo asqueroso—. ¿Estoy dando mi opinión y qué? He lidiado con mucha basura para no lidiar con alguien tan asqueroso como usted, las condiciones de la clase roja son deplorables. Tienen el derecho a exigir las buenas condiciones de vida que merecen, pero si solo demuestra que solo es para vivir bien sin respetar a nadie no entiendo qué es por lo que lucha, ¿justicia? No lo creo.
Esta vez me vuelve apuntar con su pistola más irritado que Hannah y yo al mismo tiempo, tal vez sea porque dijimos su realidad sin que estuviera listo, aunque no soy experto en psicología y sea por otra razón.
— No vinimos a empeorar su vida, y si lo acepta en vez de mantenerse a la defensiva se puede hacer algo —vuelvo a hacerlo ver que no somos los malos, no queremos nada de ellos.
El señor hace caso omiso a mis comentarios y me dispara cuatro veces en el abdomen, al terminar tira el arma como si ya no sirviera. Me siento como si volviera aquel interrogatorio de Chris, el dolor es brutal y saber que posiblemente tengo una bala en el corazón o en un pulmón no es que sea de mucha ayuda. Mi visión se torna más borrosa de lo usual en cuanto ataques directos que he tenido, es como si alguien hubiera tomado una lanza y me hubiera apuñalado sin parar, puedo sentir las balas en mi interior moviéndose después de desgarrar todo a su paso. A la vez que estoy sufriendo con el dolor de las balas, llegan cinco guardias que al verme a punto de caer el suelo y con mi ropa blanca con manchas de sangre claramente notorias, arrestan al señor obligándolo a arrodillarse, una señal que no es buena si es lo que supongo. Me arrodillo cuando el dolor aumenta el doble, conozco está sensación, me estoy curando rápidamente sin saber si las balas se quedarán ahí o saldrán por donde entraron.