La clave de Sol

1. Volti Subito

 

Es gracioso cuando la vida se burla de tu mortal existencia, enfrentándote ante ese tipo de situaciones que jamás creíste iban a sucederte, algo que, según yo, no computaba con mi idílica y supuesta realidad; mucho menos con algo que no estaba contemplado dentro de mis cálculos de errores y fallas existenciales.

Pero ajá, ahí estaba de pie como una pendeja en la puerta de mi habitación, en aquel apartamento que comparto con mi prometido, tratando de controlar eficientemente mi patrón respiratorio e instinto asesino; después de haber hecho un largo vuelo de regreso desde Colombia, una semana antes de lo planeado, solo con la intención de sorprenderlo y encontrarme con que la jodida sorpresa me la estoy llevando yo.

¡Ay mariachi! es que cuando te pasan estas cosas, preciso te vienen a la mente esas charlas que tenías en los tiempos de ocio con tus amigas de la universidad y te hacían la popular pregunta: «¿Cómo reaccionarías si te encuentras a tu novio con las manos en la masa, siéndote infiel?».

¡Claro! En ese entonces, yo toda digna soltaba mi parla de que jamás sufriría por un hombre, que mínimo mi reacción sería tocarle el hombro para que me viera y decirle que después que se desocupara tendríamos la charla. Es que, según yo mi nivel de educación no me permitía rebajarme a hacer un escándalo, y bueno, como siempre, fiel a mi palabra me fui caminando como una pisa suave hacia la sala intentando no ser descubierta, rebuscando en mi bolso un papel para dejar en la nevera y garabatear algo ingenioso para que el bastardo crea que su engaño no me duele en lo absoluto.

¡Ja! Al diablo con la maldita dieta y ser fitness para que mi vestido de novia me quedase espectacular. Mil ocho mil tarros de helado me ayudaran a dejar solucionada esta situación, con la colaboración de todos los libros y canciones tristes que tengo en mi haber. Pero, aunque estaba con el corazón a mil y tú no me creas, luego lo pensé mejor; el escritorsucho de cuarta de Mads no se merecía toda la calma que había logrado cultivar con olorosas clases de yoga.

Después de reconsiderarlo, te preguntas: ¿Será que en Estados Unidos es legal la defensa de asesinato pasional, por ira e intenso dolor? Entonces, intentas recordar todas las temporadas de CSI que has visto, pero tu mente traicionera te lleva a los capítulos de mujeres asesinas, y a tu basto conocimiento en anatomía. Pero no, al final decides que eso nunca termina bien. Es ahí cuando desechas la idea y piensas que mueren con ella tus salvajes y ocultos instintos primitivos.

Primer error.

Se te ocurre algo mejor, si no le armas el peo probablemente la escandalosa de tu hermana sí, y por extensión, tú también.  Por esta razón decidí llamar a la bandida de Macarena, ¿La recuerdas? ¡Qué cosas preguntó! claro que sí, tú conoces a mi queridísima hermana gemela.

Segundo error, o quizá providencia divina.

Sacas con cuidado tu teléfono, la buscas entre tus contactos y tal vez te sorprendes un poco al ver que en el mes que pasaste fuera de casa visitando a tus padres, lejos de ella, se ha decolorado su cabello al punto de quedar súper rubia; una mueca de fastidio se forma en tu rostro, porque la gran cabellera de la mujer que descubriste durmiendo plácidamente en el pecho de tu prometido y cuyo rostro evitaste ver, es de un tono parecido. Al final Mads mintió cuando decía que las chicas rubias de su país le parecían insípidas, que él prefería las morenas como yo.

Un puto mentiroso.

El vaso que revienta la copa es que cuando le marcas al número de tu hermana, el sonido del tono psicodélico que usan para recordar su telepatía de gemelas resuena en la habitación. Al inicio, te parece raro, ella odia ir a tu apartamento; pues siempre se quejó de que Mads le parecía insufrible y estreñido. Tú la comprendes, al fin y al cabo, tu prometido es un ermitaño escritor.

Tú de optimista e inocente, no te preocupas inicialmente. Es tu dama de honor y quizá dejó su celular cuando vino a visitar al que se suponía debía ser tu futuro esposo, para finiquitar algún detalle de la boda, que al fin y al cabo sería dentro de cuatro semanas.  Es que es tu hermana gemela, literalmente nació contigo, y aunque la muy maldita no quiso acompañarte a tu país, cuando viajaste a organizar los tiquetes aéreos para tu familia; la sigues queriendo con cada parte de ti. Ella logró convencerte soltando el argumento de que era un viaje que debías hacer sola, quería que tus padres se concentraran en ti. Tú le creíste porque al final de cuentas para nadie era un secreto que ella es la gemela favorita.

Patrañas.

Sigues el sonido del timbre hasta tu habitación y ves su pantalla vibrar en tu mesita de noche. Haciendo de tripas corazón, caminas por el cuarto para recuperar el iPhone último modelo de tu hermana —que aun no empieza a pagar—, y te asustas estúpidamente cuando la mujer se revuelve en medio de las sabanas, dejando su rostro al descubierto. Ante la impactante revelación, estrellas la pantalla del teléfono contra el piso y ya sin miedo a ser descubierta, empiezas a saltar sobre él.

Pero eso no es lo más bueno, no, no señor.

La perrísima de tu hermana no despierta con el estropicio, pero ¡Sorpresa! Sí que lo hace Oliver, el editor de tu prometido que estaba oculto bajo las sábanas, empiernado con él, haciendo un maldito sándwich entre los tres. Su reacción al ver tu cara, es todo un poema digno de los poetas malditos.



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En el texto hay: romance, drama, musica y romance

Editado: 26.11.2020

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