La coleccionista de estrellas

capitulo 2

El jardín inmenso de los Mendoza brillaba entre luces al ritmo de la música, risas y voces que estallaban sin cesar.

El doctor Mendoza le sonrió a su mujer, bebió de su copa y buscó con la vista a Sofía, ella ciertamente disfrutaba de su fiesta, bailaba y saltaba al son de la música que más le gustaba en una ronda con sus amigos.

_No Veo a Venecia allí…

_Ni la verás, sabes lo tímida que es…debes estar escondida en alguna parte. Realmente no entiendo como ella y Sofí pueden ser amigas…Venecia es tan retraída en cambio mira a Sofía todo el mundo disfruta estar con ella.

_No debes hablar así Marcela…no me gusta que desmerezcas a la muchacha.

_No la desmerezco, pero no puedes negarme que al lado de Sofí, nadie notaria la presencia de Venecia…

El doctor Mendoza suspiro, no soportaba esos alardes de su esposa, menos al darse cuenta que detrás de ellos estaba Venecia paralizada luego de haber escuchado todo aquello.

_Disculpen-dijo Venecia para salir corriendo de allí.

_Dios mío Laura cuando aprenderás a cerrar esa boca-El doctor Mendoza salió tras de ella, pero entre el gentío la perdió.

Venecia corría cegada por las lágrimas, quería desaparecer, quería estar en su casa, con un buen libro o simplemente colocar su cabeza en el regazo de su abuela y que esta le contara hermosas historias. Querría no haber escuchado. La historia decidirá si también no hubiese querido tropezar con aquel muchacho.

Ambos cayeron enredándose por sus piernas. El chico dijo una palabrota al hacerlo. Los otros dos jóvenes que venían con él se doblaban de la risa.

_Oye está bien que causo efecto en las mujeres pero no es para que te me tires encima.

Venecia suspiro, qué podría ya pasar. Se levantó sin mirarlo y trato de seguir pero su tobillo no le respondió y cayó nuevamente. Las risas estallaron de nuevo. El joven en el suelo se levantó rápidamente y fue ayudar a Venecia.

El cabello salvaje de Venecia cubría su rostro, por lo que el chico no podía verla.

_Hey calma espera puede estar roto tu tobillo

_Estoy bien…solo me doble

Se miraron por primera vez, Venecia sintió un escalofrió que la hizo sentir muy rara, los ojos de aquel muchacho eran de un celeste tan profundo y poco común que no pudo dejar de mirarlos.

_Soy Luis…-dijo él intentando sonreír.

_Venecia…-dijo tímidamente.

El la ayudo a ponerse de pie y que se sentara en uno de los muros del jardín. Los muchachos que venían con Luis siguieron camino a la fiesta entendiendo la situación.

_Gracias yo solo necesito llegar hasta la casa…

_Claro anda apóyate en mi te ayudare.-Le dijo mientras trataba de ayudarla a incorporarse.

_Venecia niña…-El doctor Mendoza suspiró al encontrarla. _ ¿Qué sucedió?

_Nada doctor solo me torcí el tobillo…pero estoy bien.

_Hola doctor, fue un accidente nos tropezamos los dos y ella cayó mal…

_Gracias Luis, me alegro de verte, pero ahora anda ayúdame a llevarla a la casa veremos ese pie.

_Claro.

 

Ya en la sala de la casa el doctor Mendoza examinó el pie de Venecia.

_Solo fue una torcedura, se hinchará un poco, pero nada que no se cure con buenos cuidados hielos y reposo.

_Gracias doctor…fui una tonta no me fije por donde caminaba…

_Corrías_ corrigió Luis-pareciera como si te estabas escapando de algo o alguien.

_Vene…-Sofía entró rápidamente visiblemente preocupada, detrás de ella su madre._ ¿Qué te sucedió amiga?, me asuste.

_Ya nada solo se torció su tobillo la llevaré al cuarto descansara y estará mejor.

_Pero ¿cómo paso?-Insistió Sofía

Venecia miró a la madre de su amiga y bajo su cabeza.

_Nada Sofí, tu amiga se tropezó con mi encanto y no lo resistió-Bromeo Luis

Sofía meneo su cabeza al escucharlo. _Eres un tonto Luis.

_Lo soy pero un tonto muy guapo a que sí.

Sofía parecía disfrutar demasiado de las chanzas del muchacho y una luz muy particular se fijaba en su mirada al verlo.

_Es bueno verte Luis, siempre tan encantador

_Gracias señora sin duda Sofía heredó su belleza y la gran inteligencia del doctor

El doctor Mendoza lo miró de soslayo no le demostraba tanta empatía como las mujeres de la familia. Y sus razones tenía, Luis De Santiago era un rico heredero con mucha fama de niño bien con ilusiones de artista y un “prontuario” de playboy que en nada le agradaba, pero lo podía comprender el a los 17 años tampoco era el proyecto de un santo, claro estaba que no le interesaba que su hija se involucrara con él, cosa que a su esposa parecía agradarle y mucho.

_Bien dejemos descansar a Venecia, mandare a Juanita a que se ocupe de ella, ustedes vamos a disfrutar de esta fiesta, anda Sofía lleva a Luis todo el mundo debe estar esperándote.

Sofía miró a Venecia, no quería dejar a su amiga en esas condiciones.

_Ve Sofí estaré bien…

_Oye…no te dejare sola



#45725 en Novela romántica

En el texto hay: fantasia

Editado: 26.08.2018

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