La complejidad del amor

PRIMER DÍA

Era un día soleado, la luz entraba por la ventana, se escuchaban voces provenientes del exterior, los pajaritos silbaban y aparentemente todo era perfecto, hasta que caía en cuenta que se me había hecho tarde y que quizás ya no llegaría a la escuela, así que eso era él como mi día pasaba de ser un buen día a una pesadilla desde la mañana. No había de otra tocaba correr, como bien era característico de mí, no podían esperar que siendo el primer día de colegio yo llegara a tiempo, la puntualidad nunca ha sido lo mío y no pienso batallar con eso, vida solo hay una así que toca disfrutarla.

Siguiendo como siempre con mis malos hábitos, me veía a mi corriendo por las calles para poder tomar el transporte, ese que tampoco cooperaba pues siempre iban repletos, con una mano pedía la parada del bus mientras la otra contenía el pago de mi pasaje, era nuevo por primera vez ingresa a la secundaria y era más que claro que me invaden los nervios más no me importaba, venía de un periodo escolar que no me había gustado.

Las niñas de sexto grado solían ser agresivas, pues creían que por empezar a acentuar sus curvas ya eran unas grandes señoras dueñas de todo lo que su mente pudiera llegar a imaginar. Que loco verdad, ¿de verdad unas niñas de 13 años podrían tener tanta maldad?; pues si, definitivamente sí podían, y es que, aunque para cualquier persona podría ser solo un montón de adolescentes, para mi eran unos monstruos que se dedicaban a mirarme de arriba a abajo, buscando la belleza de mi cuerpo, si claro como si yo no la hubiera buscado antes. Bien, nunca me he considerado bonita, ni mucho menos con un cuerpo espectacular pero esas niñas, esos monstruos disfrazados de niñas, si que sabían como poner mi autoestima a temblar.

Así que bien, ahí estaba yo, sentada en el asiento trasero del transporte viendo mi reflejo sobre la ventana y observando el poco pero basto movimiento que comenzaba a verse en las calles, se iniciaba un ciclo escolar y estaba lista para conocer a nuevas personas, tener una nueva rutina, nuevo profesores, nuevas metas, nuevos sueños, más nunca pensé que eso también sería el inicio, un nuevo temor, de nuevos miedos, nuevas inseguridades; pensaba que no sería tan difícil, que mientras cumpliera con lo mío, el mundo cooperaria, en mi cabeza sonaba simple. ¿Qué puede salir mal? solo eres una niña, claro que era mi ironía, una niña de 13 años ya no es una niña, pero prefería pensar que estaba bien, antes que aterrarme con lo que estaba aconteciendo.

Llegando a la escuela unos profesores nos esperaban, separaban a niños de niñas, para examinarnos de pies a cabeza, y si los nervios no eran suficientes, un detector de metales nos pasaban entre la mochila y el cuerpo, ¿Para que hacen eso? una niña preguntaba a la maestra que nos revisaba, a lo que la maestra de inmediato explicaba que era para ver si no teníamos armas, o artefactos que pudieran causar conflictos, como el celular o metales de mucho valor, si cadenitas, aretes, esclavas de oro, etc.

La niña con sarcasmo respondía, ¡como si alguien pudiera traer armas!, fue ahí en ese preciso momento que mi mente se fue y es que recientemente en estados unidos unos adolescentes de secundaria habían hecho una masacre, demasiado información para una adolescente, pero si así es la vida y mi México temeroso no esperaría a que se diera para que tuvieran a toda una horda de padres de familia pidiendo respuestas.

Está bien solo cooperaria, deje que me revisaran y logre ingresar, de inmediato encontré mi aula y me metí, busque un asiento donde pudiera ser invisible, aún tenía miedo quería pasar desapercibida pues en mi cabeza de adolescente creía que todos me mirarían, que me juzgaran y criticarían, no se quizás era mi edad, quizás el chongo estaba muy apretado, o la corbata asfixiaba mis ideas, no lo se yo solo quería estar tranquila.

Comenzaban a entrar más alumnos uno a uno el salón se fue llenando, nadie se hablaba todos solo se miraban, los que tenían suerte, solo veían hacia la ventana y otros más sacaban un cuaderno y lápiz para acomodarlos sobre la butaca, todos en silencio, hasta que un timbre sonó y al finalizar su sonido el primer profesor se hacía presente. Nos pidió que nos presentaremos, ya saben el típico tu nombre, tu edad, donde vives, que te gusta, como te gusta que te digan, así empezaba mi día escolar, ese mismo día aprendí el nombre todos mis compañeros, todos los maestros hacían la misma mecánica, tres docentes ya se habían presentado y era la hora del receso, nadie corrió, todos se quedaron el aula esperando a ver quién era el primer valiente que se iba.

Por fin un alumno se levantaba de su asiento para salir, todos mirábamos con atención, como quitaba la mochila de sus piernas para tirarla en el piso, claro el bobalicón de la clase, bien en ese momento aun no lo afirmamos, pero ya lo sospechábamos, el salió y todos empezamos a salir. Yo simplemente me senté frente a mi salón, no quería llegar tarde y que me regañaran, no ese primer día así que me quede sola, dos niñas más se me acercaron preguntando si podían comer conmigo, ¿porque no? pensé así que las invite a sentarse.

Nada mal, llevábamos una charla fluida de 15 min hablando sobre como veíamos la escuela y a los docentes hasta que una de ellas Liria se llamaba ella, iso un comentario.

-¿Vieron al primer chico que salió? ¿Es muy lindo no creen?

María no dudo en seguir su conversación y termino completando la conversación dando respuesta a la pregunta que Liria había hecho.

-Si yo también lo note es muy lindo, se llama Brayan.

De verdad, yo no encajaba ahí, esas dos niñas me habían traído a rastras a una conversación que me incomodaba, no se si yo era muy asustadiza, pero para mi cabeza no era lo que yo esperaba. Así pasaron otros 15 minutos y gracias a dios el recreo termino, esas niñas me tenían ya mareada con tanta idiotez, solo hablaban de “los chicos” o así era como ellas los llamaban y a mí me tenía sin cuidado que carajos pensaban de ellos. Pero ellas como todas unas expertas evaluando a cada chico, ponían y daban calificación a que tan atractivos eran o eso pensaban ellas, chico que pasaba frente a ellas, chico que calificaban.




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