La complejidad del amor

DAR SIN ESPERAR NADA A CAMBIO

Mientras superaba mis rupturas, comenzaba a pensar que todos los hombres estaban hecho de la misma lechura, pues cuando termine con José él tuvo el descaro de llenarse la boca diciendo que había terminado conmigo porque era una chica apretada, que me daba mucho mi importancia cuando no la tenía. Que estaba loca porque imaginaba o creaba cosas que no eran en mi cabeza.

Yo en el fondo sabía que lo decía porque estaba molesto de que no hubiera caído en su jueguito estúpido, pero por otro lado una parte de mi creía que tal vez si habíamos terminado porque yo era poca cosa para él. No se, realmente el amor propio no era algo que conociera hasta ese momento, me dolía ver que la mayoría de chicos de mi edad se comportaban igual.

Iban y fingían querer ser tu pareja para terminar volviéndose todos unos patanes, al momento de estar soltera, todos los de nuestro grupito se enteraron, no se si se vuelve moda que después de que uno del grupo sale con ella, ya quien sea pueda salir o ser prospecto para una chica, pues varios más del grupo se me acercaron intentando lograr algo conmigo. Pero no, yo me cerré por completo a dejar que intentaran salir conmigo, verme o tener algo que ver conmigo; yo comencé a ablandarme cuando a Carlos le comenzaron a pasar situaciones donde la chica era quien se comportaba como toda una idiota.

Por ejemplo, una de ellas fingió una enfermedad para retenerlo, pero aquí era raro porque él nunca amenazo con irse al contrario le regalaba cosas, así es, el le compraba cosas y esta muy digna, aprovecho para engancharlo más diciendo que tenía una enfermedad mortal. Digo, de verdad alguien puede jugar así con su vida, porque esta chica definitivamente no conocía los límites.

No conformo con tenerlo como su fiel perro, opto por engañarlo, con cuanto puberto pudo, yo veía a Carlos decir que le dolía que ella fingiera, que él si la amaba y se sentía triste, pero por otro lado también se sentía molesto, por entender que ella lo había engañado todo este tiempo.

La otra igual lo había engañado, pero aquí si tuvo motivos para irse desde antes, porque ella era muy celosa, a tal grado que no lo dejaba ni hablar conmigo, pensaba que yo era su competencia. Para ese entonces éramos como hermanos, ¿Como podría enamorarme de mi hermano?, era más que imposible. Si sentía algo por él, pero definitivamente no era lo que ella pensaba, y aun así él seguía con ella, yo lo entendía, pero ella lo ocupaba a Carlos solo para sacar buenas notas, porque era muy perezosa como para estudiar, pero no tonta como para no utilizarlo.

Aquí ambos llegamos a tener incluso un debate, donde él me decía todas las mujeres son iguales, y yo decía ey no, yo no he engañado a nadie, al contrario, me han visto la cara a mi, sin embargo todos los hombres si son iguales, el me corregía diciéndome yo no me comporto como cretino. Yo jamás haría daño a una mujer porque fui criado por una y tengo una por hermana.

Bueno después de esa charla ambos quedamos igual, porque era el arriesgar para ver que se conseguía o seguir cerrados en pensamiento y no volver a dejar que alguien se nos acercara. Se que suena estúpido considerando que solo teníamos quince años, pero, a esa edad ya te haces ideas como que si no encuentras pareja en ese momento jamás la tendrás.

Termine mi secundaria y al entrar en bachillerato quise calmar mi cabeza, ya no quería seguir siendo la nerd, así que no lo negare baje de notas, quería tener más amigos, pues, aunque había prometido seguir en contacto con Bárbara y con Carlos, pues realmente se había vuelto un poco imposible durante las vacaciones. Bárbara había viajado con su madre a otro país y después de eso no volví a saber de ella.

En cuanto a Carlos, a él si me lo llegue a encontrar en varias ocasiones pues estudiaba en el mismo bachillerato que yo pero en otro turno, también deje de salir a jugar Fut, pues ya no me daba abasto en cuestiones a tiempo como para salir.

En esta etapa de mi vida, conocí a tres chicos, todos diferentes, extremadamente diferentes, supuse que si volvería a salir con alguien definitivamente no serian con las mismas características, tanto en persona como en personalidad y así fue. Él primero se llamaba Diego, Diego era callado, tímido, super creativo, astuto, temeroso y retraído, no era un nerd, pero sin duda le gustaba la escuela, no todas sus notas eran tan malas, pero sin duda tampoco eran excepcionales.

Él y yo nos volvimos novios porque yo era la única chica con la que él hablaba, yo seguía siendo regordeta, pero eso no evitaba que les llamara la atención, Diego y yo nos llevábamos bien, a ambos nos gustaban cosas similares y éramos una pareja callada y retraída.

Pero esto volvía monótona la relación y eso hacia que me sintiera extraña, era como si todos los días tuviera que recordarle que yo era su novia. A veces hasta siento que me lo pidió porque sus amigos lo presionaron, más no porque de verdad quisiera estar conmigo, en fin, debo recalcar que Diego nunca me engaño.

Él y yo terminamos porque a mi me parecía demasiado aburrido, insisto me incomodaban ciertas conductas, por ejemplo a Diego le daba hasta miedo abrazarme, besarme o decirme amor, decía que le daba pena y lo entendía pero no estaba dispuesta a aceptarlo, no era mi concepto de amor.

No me gustaba, venia de un amor meloso y empalagoso, así que quería un poco de lo mismo por más tiempo, así que bien dicen que él que busca encuentra, el segundo chico era todo lo contrario al primero, a este no le gustaba ni ir a la escuela, era super intenso, nunca me dejaba ni un minuto más que para cuando tomaba clases, toda la tarde estaba en mi casa y sinceramente me llego a hartar porque todo el bendito día estaba ahí.




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