Continue la carrera, me gradué con éxito, dejé de frecuentar a mis amigos y aunque quería ejercer mi licenciatura lo antes posible, eso jamás me fue posible, pues hubo un retraso con documentación. Y me aferre a que después de terminar la carrera, quería quitarles un gasto a mis padres, un gasto innecesario, así es hablo de mis gastos personales, necesitaba conseguir trabajo.
No me daba miedo empezar de abajo, necesitaba sentirme suficiente, quería reforzar mi autoestima, así que comencé a hacer ejercicio en casa, no había de otra pues para ese entonces, ni siquiera tenia ingresos como para cambiar los planes de lo que podría hacer. Conseguí dar clases con algunos niños y esto me dio un pequeño ingreso, ingreso que opte por cuidar y producir más.
Además gracias a este proceso, descubres que tu vida no es tan mala y que pueden llegar a verte con otros ojos, trabajar con niños aunque es cansado, te sana, varias niñas llegaron a verme con ojos de cuando sea grande quiero ser como tu. Al trabajar con niños llegue a ablandar mi corazón pero también a volverlo más fuerte. Me toco romperme dos veces más en este proceso, fui maestra de una pequeña que vivía violencia doméstica, obvio lo deje en manos de las autoridades, sabía que era lo correcto, ella merecía una vida digna.
Pero después pensé, ella llegara a un lugar que no conoce, con gente que no conoce y me dolió, me dolió pensar que esa pequeña en la única que veía respaldo, consuelo y la única que la escuchaba era yo, porque ni su profesora de escuela quiso escucharla. Yo le llegue a ver marcas y me toco escucharla llorar, escuchar como se le rompía el corazón, porque ella no podía creer que fuera su propia madre, la persona que debía de protegerla de todo peligro, quien le hiciera daño.
El segundo fue un pequeño, con quien yo trabajaba, para que pronunciara mejor y aprendiera a escribir, pero este pequeño tenía una condición, que lo limitaban a valerse del todo por si solo, uno era una madre que lo sobre protegía por el hecho de que había nacido con sus extremidades inferiores pequeñas, así que estaría en una silla de ruedas de por vida. Sinceramente se que era más que claro él porque lo cuidaba tanto, pero también era doloroso ver que jamás lo dejara aprender algo diferente.
Al niño para que no los molestara preferían darle comida, preferían llenarlo de diferentes platillos antes que cuidarlo, ponerle atención o dedicarle tiempo, el tenia obesidad, tenia un peso de 60 kilos con una edad de 7 años, no era justo. El no podía hacer mucho, ya que lo limitaban, pero las veces que se le retaba a hacer cosas diferentes era increíble, tristemente este pequeño tuvo una falla en su corazón y falleció.
Y parece extraño pero pensar en lo corta que había sido la vida, junto con lo real que es aprender a amar los momentos buenos que tenemos, me ayudo mucho a quitar ideas y nudos que tenia mi cabeza. Además de a ambicionar más sobre mi conocimiento y economía se me hacia injusta la vida porque anhelamos tanto lo que otros tienen, cuando quizás hay alguien anhelando ser o tener lo que nosotros poseemos.
Comencé también con las ventas, vendía chuches para poder tener otro ingreso más, así que darme cuenta que podía generar un ingreso por mi sola me gustaba mucho. Darme cuenta que podía ser más de lo que todos pensaban, comencé a ser más para mí misma y comencé a bajar de peso, no como lo anhelaba, pero si había logrado bajar algunas tallas.
Y sobre todo, al no tener a nadie a mi alrededor, pude comenzar a volverme una chica ruda por así decirlo, me toco ver cosas que no me gustaron, varias veces me toco ver a mi hermana triste, después de tomar la decisión de juntarse, me toco verla sola, ahí fue otro golpe, porque ahora me sentía más sola que antes. Escuchar que no le iba como todos pensábamos, que realmente muchas veces se quedaba sola, que lo que pensaba no era como lo anhelaba y me preocupaba que ella se estuviera callando muchas cosas.
Ser docente se había vuelto una gran parte también de lo que me dejaría aprendizaje, no solo en cuestión a conocimiento, si no en cuestión de amor propio, de respeto por mi persona. Trabajaba con niños y debo decir que gracias a ellos también pude ser más, vi el nacimiento de una niñita quien vive y reina en mi corazón, que es mi sobrinita, esa pequeña llego a darle un rayito de luz y paz a mi vida, se bien que no es mi hija, pero verla sonreír, escucharla reírse, escuchar como cada que me veía me decía tía, era algo que simplemente me alegraba el corazón.
Bien dicen que los hijos son una luz, pero el primer sobrino siempre vendrá a ser la una ilusión también, y esta pequeña era mi sangre, claro que me importaba y estaba dispuesta a buscar y a tener más para protegerlas a ambas, a mi hermana y a mi pequeña sobrina.
Durante esta etapa de dolor tuve tres mejores amigos, a ellos les debo la escucha que me dieron y aunque muchas veces lo intentaron sin éxito, les agradezco que intentaran darme ánimos para seguir, los tres para colmo eran varones y los tres era atléticos. Por ellos es que me nació comenzar a ejercitarme, quería ser suficiente, quería ser más, ellos me alentaban mucho, pero a veces las caídas no eran tan buenas.
Muchas veces familiares míos pensaban que andaba con ellos, por que siempre estaban alguno de los tres conmigo, si algo más compartía era mi tiempo con ellos, siempre estaba repartido entre los tres. Al primero lo conocí justo un año después de mi ruptura con Ettan, al segundo lo conocí en la universidad, así que se el conocía más que bien la historia y al tercero lo conocía desde preparatoria, justo después de mi ruptura con Ángel, cada uno en diferentes etapas, pero siempre apoyándome.
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Editado: 23.10.2024