Elizabeth
Desperté un tanto desubicada, mi cabeza daba vueltas y sentía un vacío en mi estómago, miro a mi alrededor para poder ubicarme donde estoy y lo que veo es la cueva en donde estaba antes de caer en la inconciencia, pensé que el tipo desconocido me llevaría a otra parte, siendo que lo ultimo que escuche era que los lobos se encontraban de cacería.
Me levanto lentamente y con un poco de esfuerzo, apoyándome con mi mano sana, tratando de evitar que mi brazo herido se mueva. Cuando estoy de pie siento como todo da vueltas, me quedo quieta por un rato esperando poder equilibrarme nuevamente, cuando se me pasa empiezo a caminar de manera lenta hacia la entrada de la cueva, se notaba que ya era de día, cuando logro estar en la entrada de la cueva lo primero que logro presenciar, es al chico hablando con un lobo, se encontraban un poco lejos de la entrada y el chico estaba dándome la espalda.
Contrario a eso el lobo sintió mi esencia, este levanto levemente su mirada hacia mí, sus ojos cambiaron de negros a amarillos, su mirada era tan penetrante que provocó escalofríos, el chico volteo su mirada a mí y volvió a mirar al lobo, pero este último solo soltó un gruñido amenazante luego volteo al chico lamio su cara pego su cabeza junto a la de él, dio media vuelta y se fue.
- ¿No tienes olor? – es lo primero que pregunta al acercarse a mi – No desprendes ningún olor, por eso fue que mi amigo no pudo distinguir si eres humana o mitad bestia – no sabia que decir, no sabia que no desprendía ningún olor, realmente pensaba que mi olor era a rosas y chocolate como habían dicho mis padres.
- Ah… yo … eso creo, nosotros los mitad bestia realmente no sabemos diferenciar nuestro propio olor – mi mirada estaba clavada en los pies del chico.
Yo de pequeña imaginaba el día que encontraría a mi alma gemela, soñaba que cuando él supiera quien soy, cuando sintiera mi aroma, iría hasta mí y me prometería el mundo entero, que saldríamos juntos, que seria cariñoso, que me ayudaría a amarme a mi misma, que me acompañaría en mis malos momentos y que nunca se alejaría de mí, esperaba que en algún momento llegásemos a tener una gran familia y que seriamos felices, yo… realmente fui una idiota…creyendo en tontos cuentos de hadas…
- Soy Asra levage – pronuncia el chico – no quiero que malinterpretes nada, yo solo pasaba por aquí y vi lo que sucedía así que pensé en echarte una mano – es lo que dice luego de un par de minutos de silencio
- Una mano – suelto con una sonrisa sarcástica – estoy segura que sin ti hubiera sido violada y estuviera en manos de los cazadores en este mismo momento – le digo – me sacaste de una guarida de cazadores y ahora me salvas de ser violada, wow – aún me encontraba un poco en shock, por todo lo que había pasado en tan poco tiempo, y me encontraba en un punto en donde no sabia si reír por lo desafortunada que soy o llorar por todo lo que me ha pasado. Tal vez y haga las dos al mismo tiempo.
Me desconecte por un momento, aun no lograba procesar todo lo que había pasado y con la última noticia de que no tengo olor, realmente no me encontraba nada bien, saber que no iba a encontrar a quien encajara conmigo, que no iba a tener a nadie a mi lado y que probablemente pasaría todos los días de mi vida sola, realmente no estaba bien, y no era solo por la herida que cargaba en mi hombro aun adolorido, era por todo, estaba cansada agotada y hambrienta, fui golpeada, donde está mi vida normal y aburrida porque la quiero de vuelta, quiero tener de vuelta aquellos días en los que discutía con Javaid acerca de los rumores falsos sobre celebridades, o en los que mi madre me regañaba por no ayudarle en casa, extraño a Javaid… donde estará que habrá sido de él ¿se encontrara bien?, ¿sigue con vida siquiera? ¿aun seguirá con los cazadores?
Estaba ensimismada con tanto que tenía en mi cabeza, hasta que un ruido me distrajo, era el chico de nombre Asra estaba rescatado a una piedra con una fruta en su mano y la razón del ruido fue al mover la mochila hacia él.
- ¿Eres un lobo? – recordé que hace unos minutos atrás antes de enterarme de que no tenia olor, se encontraba hablando con un lobo
- No, tampoco tengo genes de lobo ni nada que me relacione con ellos - responde secamente.
Suelto un sonido de afirmación dando a entender que le entiendo – el lobo – lo miro a los ojos y hago una leve pausa – ¿quién era?, se que es hombre los machos suelen ser un poco mas alto que las hembras en su forma animal – lo veo fruncir el ceño.
- No es alguien a quien tengas que conocer -suelta de forma brusca, toma su mochila y se levanta de su lugar – hay algunas bayas que recogí antes cómelas y aprende a sobrevivir rodeada de depredadores – deja una de sus dagas en mis manos – Espero que no nos volvamos a ver. – es lo ultimo que dice antes de seguir derecho su camino sin mirar atrás.
Javaid
Ya habíamos llegado a la casa que se nos fue asignada, no tenia pertenencias así que ayude a Addal con sus cosas, y no es que me sintiera a gusto en este lugar, pero por alguna razón me sentía mas protegido que estando afuera en el bosque solo y con cazadores en mi búsqueda.
Luego de terminar con las maletas de Addal me senté en el mueble cerré mis ojos por un momento hasta que escuché a alguien tocando la puerta, claro es que nadie puede saber que un pobre esta feliz porque se les da por molestar me levanté de mi puesto y fui a abrir la puerta al mismo tiempo que Addal salía de su habitación.
- the alpha has sent some clothing for the guest – menciona un chico igual de alto a mi de pelo blanco, con grandes cachetes, y cuerpo un poco acuerpado – emm...vivo al lado – fue lo ultimo que dijo para dar media vuelta y marcharse.
Había algo que rondaba mi mente desde hace rato – Addal… porque se habla en otro idioma – le pregunto a Addal cargando con mis manos las prendas de ropa que el chico me entrego