La consentida del profesor

Capítulo 2

Llego temprano a la clase y tomo mi lugar al frente de la clase. Es una prueba para ver dónde se va a sentar Ashton hoy. ¿Se va a ir al fondo para ocultarse o se va a sentar junto a mí?

No estoy segura, pero tengo el extraño presentimiento de que Claire tiene razón. Creo que le gusto. No estoy segura de cómo me siento, pero algo de coqueteo puede ser divertido.

- Señorita Webster, se ve muy bien hoy. Y por lo que veo, eligió un lugar al frente.

- ¡Gracias, y sí!

- Y dígame, ¿por qué llegó tan temprano a clase?

- Sólo quiero estar segura de que no me voy a perder nada.

- Me parece que hoy está más animada.

- En general siempre estoy animada, pero cuando me junta con alguien a quien no le interesa la educación, me pongo…

- ¿De malas? Le prometo que Ashton hará su parte.

Antes de poder responderle, más estudiantes comienzan a llegar, así que el profesor Darling pasa a su escritorio frente a mí y arregla unos papeles.

Por un minuto estuvimos a solas, y al momento siguiente llegó toda la clase. Todos, excepto Ashton. Miro a mi alrededor, pero no hay ni rastro de él. Durante toda la clase, mis ojos se mantienen fijos en la puerta. El idiota no apareció, y yo no me pude concentrar en nada.

Después de la clase, voy a la mesa del profesor Darling para decirle que Ashton no apareció.

- Le dije que no podía contar con él. – Le digo mientras me acerco a él. Parece apresurado.

- Venga a mi oficina, y ya se nos ocurrirá algo.

Sale rápidamente y yo voy detrás de él. Me siento nerviosa en la silla frente al profesor Darling. Él se para frente a su escritorio y se recarga casualmente en él, con los brazos cruzados, hoy luce más sexy. Me sonríe, mientras yo me siento nerviosamente.

- Vamos a hacer un trato.

Parpadeo en su dirección y él espera una respuesta.

- ¿Un trato?

El profesor asiente con la cabeza y me sonríe. Con la mano talla su barba de tres días, y yo no puedo quitar los ojos de encima de esos fuertes brazos flexionándose contra su camisa de algodón.

- Va a venir a mi oficina tres veces a la semana y yo la ayudaré personalmente con el proyecto.

- Soy capaz de hacer el proyecto sola, señor Darling. ¿Pero no me puede alargar el periodo de entrega?

- Me temo que no. Las calificaciones tienen que estar a tiempo. Yo también tengo un período de entrega. No será para mi ninguna molestia ayudarla.

La forma en la que habla enciende algo en mí. Aprieto las piernas y me retuerzo en mi lugar. Por la forma en la que sus labios forman una sonrisa, me hierve la sangre y se me humedece mi parte íntima.

- ¿Se siente incómoda por mí, señorita Webster?

- ¿Está intentando hacer que me sienta incómoda, profesor?

No sé si es por sus infantiles ojos azules o por esa sonrisa perfecta, pero comprendo que estoy coqueteando desvergonzadamente con él.

- De verdad causas problemas, Anya.

- Tal vez un poco.

No podemos más que sonreírnos, aunque ambos sabemos que esto no está bien.

- No es necesario que te pongas nerviosa ante mi presencia. Te prometo que me portaré bien.

- Apuesto a que sí.

Sonríe tiernamente, lo que me pone la piel de gallina. ¿Podría ser más hermoso este hombre?

- ¿Y cuándo te gustaría comenzar con las tutorías adicionales, Anya?

Me sonrojo comprendiendo que recordó cómo me llamo. De pronto suena mi teléfono y me sobresalto.

- ¿Está todo bien?

Miro mi teléfono y comprendo que Tyson me mandó un mensaje. Miro al profesor Darling, que me está mirando intensamente. Toco la pantalla delicadamente con el dedo.

- Era mi ex.

Decido contarle acerca de Tyson.

- Por tu cara, diría que no te hace feliz escuchar de tu ex.

- No, para nada. Es un idiota.

- Recuérdame nunca más estar en tu contra. ¿Te gustaría explicarme?

- Me dijo todo tipo de cosas que me lastimaron cuando terminamos.

- Lo siento mucho. No te conozco muy bien, pero tampoco me puedo imaginar que alguien hable mal de ti. Eres tan… guapa…

Me retuerzo aún más en mi asiento cuando me encuentro con su tierna sonrisa y con su penetrante mirada azul que se encuentra con la mía. Se me hace difícil no apreciar su hermoso rostro y la sinceridad en su voz.

- ¿Y cuándo vas a venir a verme para las tutorías?

Comprendo que no he respondido a su pregunta.

- ¿Cuándo le parece bien, profesor Darling?

Sus ojos me miran sensualmente y mi corazón se empieza a acelerar. Comprendo que le toqué una fibra sensible.

- Para ti, señorita Webster, estoy disponible cuando lo necesites.

Suena el timbre de clase, así que solo asiento y me despido del profesor.

 

 

Había quedado con Claire para ir de compras y despejarnos un rato.

- Gracias por tomarte la tarde libre para escuchar cómo me lamento, Claire.

- No me perdería esta oportunidad por nada del mundo. Siento mucho que Tyson te haya hecho enojar tanto. Sinceramente, creo que eres demasiado buena para él.

- Pero ese Tyson era guapo la mayoría del tiempo y, sin importar lo que dijo, era excepcional en la cama.

- No quiere decir que es material de novio si el tipo es bueno para sacudir la cama. Existe alguien mejor para ti.

- Suena como si estuvieras muy convencida de ello.

-Tú deberías de estar segura de ello, Anya.

- Estoy segura de que encontraré a alguien. No hay nada malo en ponerme en primer lugar.

- Tienes razón. Vamos a ese lujoso café al final de la calle.

Me río porque Claire tiene razón, ¿por qué lamentarme por un tipo que me dejó hace un mes? Soy joven, guapa, tengo confianza y estoy motivada, y estoy segura de que mi príncipe azul me está esperando en alguna parte. Me pregunto si todavía quedan chicos buenos por ahí.

- Para mí está bien que estés soltera ahora. – Dice Claire evadiendo mis pensamientos.




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