La consentida del profesor

Capítulo 4


- Lamento mucho haberte dejado con Tyson. ¡Culparía a las copas, pero creo que soy una amiga terrible!

- ¡Claire, tonterías! Está bien, en serio. Yo fui muy estúpida al pensar que Tyson había cambiado.

- Y yo debí habértelo advertido. ¿Te lastimó?

- No, estoy bien. Un amigo me dio un aventón a casa.

- ¿Me quieres decir algo sobre tu amigo?

- No quiero hablar de eso ahora, ¿pero hay algo de malo con que nos besemos? Digo, solo han pasado unos meses desde que terminé con Tyson…

- ¡¿Lo besaste?!

- Me sentí bien en ese momento. Pero ahora no lo sé.

- Haz lo mismo que yo… No pienses demasiado en ello. Diviértete y mantén tus opciones abiertas. Mi mejor amiga tiene a dos tipos peleando por llamar su atención. Siempre supe que ese día llegaría.

- Mejor me preparo para mis clases o llegaré tarde.

- No querrás perderte la clase del profesor Darling.

- Sí. Y tal vez Ash también venga hoy.

- ¿Y qué te vas a poner hoy?

- Había pensado en algo sencillo. Vaqueros, top y tenis.

- Te pongas lo que te pongas, vas a estar espectacular. Me voy que llego tarde al trabajo. Nos vemos luego.

 

 

Hoy llegué con la hora pegada al culo, y como no, hoy si vino Asthon. Cada paso que doy a mi asiento es observado por sus ojos.

- Wow, mírate, pequeña cervatilla. ¿Te arreglaste para mí?

- Para ti y tu competencia.

- ¿Qué? Me encantaría verte más tarde, esta noche, Anya.

- ¿Para qué?

- Para estudiar.

¿Debería trabajar en el proyecto con él esta noche? Lo del otro día fue un error. No debo besar de nuevo a Ashton. Lo mejor será que le ponga una excusa, al menos por hoy. Es cierto que no puedo estar siempre poniéndole excusas ya que es mi compañero del proyecto. Tarde o temprano nos tendremos que ver.

- Estoy ocupada esta noche, Ash.

- Siempre te estás quejando de que soy yo el que no está aquí… ¿Y ahora no tienes tiempo para trabajar en el proyecto?

- Lo pensaré y te avisaré más tarde

Ashton giro los ojos y mira al resto de la clase.

Todos mis pensamientos parecen desvanecerse cuando Jude entra portando un elegante traje gris, personalizado justo para su cuerpo. Casi si me olvida cómo me llamo.

¿Por qué tiene que ser tan guapo?

- Buenos días a todos. – Dice, dejando su maletín en la mesa del profesor.

Atrapo a Jude guiñándome el ojo brevemente y le ruego a dios que nadie más lo haya visto.

- Alguien está encantado. – Me susurra Ash.

- Tal vez sí. ¿Estás celoso?

- Me han dicho cosas peores.

Sin advertencia, Ashton se inclina y me besa en la mejilla. Mis ojos se abren porque me doy cuenta de que Jude nos mira molesto. ¿Estará celoso?

- Como decía… – Jude alza el tono de voz.

Jude continúa hablándole a la clase, y yo intento seguir lo que habla e ignorar a Ashton.

La clase termina y no pasan ni dos segundos cuando vuelvo a tener a Ash pegado como una lapa.

- ¿Por qué no comemos juntos y comenzamos con el proyecto?

- No puedo.

- ¿Por qué no?

- Comeré algo rápidamente e iré a las tutorías. Jude… digo, el profesor Darling estableció un horario particular para mí porque tiene a otros estudiantes agendados también.

- La consentida del profesor.

Esto está siendo surrealista. No tengo que estar dándole explicaciones de mi vida a Ashton de lo que hago o dejo de hacer. Es mi vida.

- ¿Por qué me molestas tanto?

- ¿Tal vez sea porque me gustas, Anya? ¿Se te había ocurrido eso?

No respondo a las supuestas ‘preguntas’ y digo lo primero que se me pasa por la cabeza.

- Tengo que irme ya, Ash. Nos vemos más tarde.

- Adiós, pequeña cervatilla.

Encuentro a Jude en su oficina sentado en su silla leyendo un libro. Levanta la mirada y me mira de pies a cabeza, con encanto en los ojos, y yo siento de pronto como si hubiera entrado en la cueva del lobo.

Me siento prendida e inquieta. Tal vez esto se está poniendo demasiado incómodo.

- Llegamos tarde, ¿no, Anya Webster?

- Lo lamento. Estaba haciendo planes con Ash para trabajar en el proyecto esta noche.

Jude se levanta y viene directo hacia mí.

Estoy sorprendida porque me toma de la barbilla y la levanta para hacerme mirarlo a los ojos.

- Estás muy enfocada en tus calificaciones. ¿Por qué?

Exhalo y decido decirle mi terrible secreto.

- Mis padres nunca fueron a la universidad. Crecí en la pobreza. Mi madre trabajaba construyendo caminos, y mi madre trabajaba como cajera en una tienda. – Hago una pausa y continúo. – Mi padre falleció cuando era pequeña y lo único que nos dejó fueron los gastos de la sepultura.

- Lo siento mucho, Anya.

- Mi madre tuvo que conseguir un segundo empleo para poder sobrevivir después de la muerte de mi madre. Odiaba verla trabajar tanto. No tenía tiempo para mí. Mi único escape eran los libros y eso cuando podía ir a la biblioteca. Tuve mi primer empleo a los quince años para ayudar a mi madre a pagar las cuentas. Servía helados en un puesto junto a la carretera. – Me dirijo hasta la silla que hay enfrente de su escritorio. – Por eso, hice un pacto conmigo misma, si mis calificaciones eran buenas y entraba a la universidad, nunca más me permitirá volver a vivir en la pobreza. Está marcado en mí el tener buenas calificaciones y ser la mejor de la clase. No puedo reprobar, y por supuesto, no dejaré que nadie más me haga fracasar.

- Comprendo. Pero, Anya, quiero que sepas que creo en ti. Me quedé impresionado cuando vi tu expediente de estudiante. – Se acerca hasta mí, se pone de cuclillas y me coge ambas manos. No dudo de que tú sola puedas hacer este proyecto, pero Ashton tampoco es muy diferente de ti. Prometió que tendría tiempo y no dudo que los dos lo lograrán.

- ¿Entonces por qué estoy aquí?




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