La Conspiración del Espiral - Libro 4 de la Saga de Lug

PRIMERA PARTE: Desaparecidos - CAPÍTULO 9

Dana caminó unos doscientos metros por el sendero y se encontró con una de las cascadas de agua rumoreante. Las gotas parecían de plata a la luz de la luna. Dana no estaba de humor para apreciar tal belleza. Se sentó en una roca a la orilla del pequeño lago formado por la cascada y esperó a su padre.

—¿Por qué haces esto?— le preguntó cuando llegó al lugar.

—¿Hacer qué?— replicó inocentemente Nuada.

—¿Me estás tomando el pelo? Desde que llegué, no has hecho más que criticar a mi esposo, y ahora tratas de tentar a Llewelyn con carne y paseos de caza cuando sabes muy bien que Lug no aprueba ninguna de esas cosas. Es como si quisieras provocarme a propósito.

—Aquí estoy— dijo Nuada, abriendo los brazos—. Golpéame con toda tu fuerza.

—¿Qué?— dijo ella sin comprender.

—Desde que llegaste has estado furiosa y angustiada. Antes de que te descargues con Llewelyn o con alguien más, prefiero que sea conmigo.

—¿Por eso toda esta provocación?

—Sí, bueno, no, no todo fue ficticio. Sí estoy molesto porque Lug nos citó sin dignarse a explicarnos nada de la amenaza, y sí creo que mi nieto debería aprender a defenderse. Con lo de la carne crucé la línea, lo sé.

—Y yo pensé que era yo la que manipulaba a los demás.

—Bueno, tuviste que heredarlo de alguna parte— se encogió de hombros Nuada.

—En verdad me hiciste enojar.

—Lo sé. Creí que ibas a darme una cachetada en frente de todos, pero tuviste el suficiente decoro como para arreglar las cosas en privado.

—Todavía creo que te la mereces.

—Ya te lo dije, aquí estoy. Golpéame todo lo que necesites, y luego vuelve a ser la Dana de siempre.

—No voy a golpearte— suspiró Dana, pasando los dedos por el agua.

—Gracias. Pero entonces háblame de lo que te tiene así— le pidió él, tomándole una mano.

—No me gusta estar separada de él. No me gusta que se haya ido así, sin decirme qué se traía entre manos. Entiendo que está tratando de protegernos, pero no me gusta.

—Si pudieras darnos alguna pista, podríamos organizar una búsqueda, ir por él.

Dana abrió la boca para decir algo, pero luego la cerró. Sabía que las intenciones de su padre eran nobles, pero no quería mencionar Cryma, no después de que Lug le hiciera jurar que no iría allí. Sabía que si solo nombraba la ciudad, nada podría detener a Nuada: armaría una partida de Tuatha de Danann e iría a Cryma. Y si Lug le había pedido con tanta vehemencia que no fuera allá, lo más seguro es que su padre terminara muerto junto con sus guerreros si se aventuraba hacia allá.

—No quiso decirme nada— negó Dana con la cabeza.

—Supongo que solo nos queda esperarlo— suspiró Nuada—. La paciencia nunca fue una de mis virtudes.

—Otra cosa que heredé de ti, entonces— replicó ella.

—¿Qué hay de Llewelyn?

—¿Qué hay con él?

—No me opongo a que coma lo que quiera, pero sí creo que debería saber defenderse. Entiendo que ustedes dos han tratado de mantenerlo a salvo y alejado de toda violencia, pero las circunstancias han cambiado y no le están haciendo ningún favor al dejarlo desvalido ante los posibles peligros que lo acechan. Tú más que nadie sabes que tengo razón.

Dana asintió, reticente.

—¿Qué propones?

—Déjalo venir mañana a aprender a usar un arco conmigo— pidió Nuada.

—Nada de matar animales— le advirtió Dana con el dedo en alto.

—Lo prometo— dijo Nuada, solemne—. Y ya que no me golpeaste y aun tienes toda esa furia dentro de ti, ¿qué tal si nos acompañas a disparar unas flechas? ¿Por los viejos tiempos? Siempre fuiste una eximia arquera, y creo que en tu presente humor, necesitas tirarle a algo.

Dana sonrió a su pesar.

—¿Crees que lo hemos hecho todo mal con Llewelyn, padre?— preguntó ella con sinceridad.

—Todos los padres hacen lo necesario y lo mejor que saben y pueden para ayudar a sus hijos. Pero eso no significa que estén exentos de cometer errores. Creo que hiciste lo mejor para Llewelyn todos estos años, pero la era de la felicidad y la tranquilidad llegó a su fin, y ahora es tiempo de prepararlo para otro tipo de mundo. Sé que eres lo suficientemente inteligente para darte cuenta de eso.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.