La Conspiración del Espiral - Libro 4 de la Saga de Lug

CUARTA PARTE: Aliados - CAPÍTULO 52

Dana se despertó sobresaltada en medio del bosque.

—¿Pesadilla?— preguntó Cormac sentado del otro lado, jugueteando con las brasas de la fogata—. Todavía no es tu turno de vigilar, trata de volver a dormir.

Dana negó con la cabeza.

—Colportor— dijo.

—¿Qué dijiste?—. A Cormac le pareció haber escuchado mal.

—Colportor— repitió Dana.

—¿De dónde sacaste ese nombre?— frunció el ceño Cormac.

—Colportor— dijo ella otra vez.

—¿Dana? ¿Te sientes bien?

—Colportor— respondió ella.

Cormac soltó el palo con el que había estado moviendo las brasas y fue hasta donde estaba Dana, acuclillándose frente a ella.

—¿Dana? ¿Puedes oírme? ¿Puedes comprenderme?

—Colportor— asintió ella.

Cormac la tomó de los hombros y examinó su mirada. Sus ojos estaban vidriosos, vacíos.

—Dana, creo que estás con un canal abierto, ¿puedes cerrarlo?

—Colportor.

—Dana, necesito que te concentres, que vuelvas.

—Colportor.

—Entiendo, Colportor. Mensaje recibido— dijo Cormac.

Dana cerró los ojos por un momento y volvió a abrirlos. Sus ojos enfocaron a Cormac.

—Creo que Lug me envió un mensaje— dijo con urgencia.

—Así parece— asintió Cormac.

—Fue solo una palabra: Colportor. No tengo idea de lo que significa— dijo ella, un tanto decepcionada.

—Afortunadamente, yo sí sé que significa— respondió Cormac, su tono no era muy feliz.

—¿Qué?

—Que nuestro destino acaba de cambiar. No iremos al Paso Blanco, iremos a Colportor.

—¿Colportor es un lugar? ¿Dónde queda?

—Es una ciudad del otro lado de la Cordillera del Sur.

—¿Estás seguro? Creí que no había nada del otro lado de la cordillera.

—Eso es lo que todos creen y es mejor así.

—¿Y tú has estado allí?

—Varias veces, sí.

—¿Cómo es posible que nadie sepa de ese lugar?

—Es una historia un poco complicada— se evadió Cormac.

—¿Tú tuviste algo que ver con mantener su existencia en secreto?

—Podría decirse— fue la lacónica respuesta.

—Y no piensas decirme cómo ni por qué— le reprochó Dana.

—No lo creo necesario.

—¿Alguna idea de por qué Lug está ahí?

—Ni la más mínima.

—Perfecto— rezongó Dana—. ¿Al menos sabes cómo llegar hasta allá?

—Existen cinco Pasos a través de las montañas, todos custodiados y bajo el dominio de quienquiera que sea el actual rey de Colportor. Cruzando por el Cuarto Paso, desembocaremos en el Valle Verde, desde allí hay unos cincuenta kilómetros hasta la ciudad.

—¿Y tú sabes dónde están esos Pasos?

—Sí.

—¿Qué tan grandes son los destacamentos que custodian los Pasos?

—Eso depende. Supongo que si Lug está allá, se habrán sentido un tanto invadidos y seguramente habrán reforzado la custodia.

—Eso no es bueno.

—No, estarán más hostiles de lo normal. Siempre han sido un poco paranoicos con respecto a ser invadidos por el norte. Como nunca nadie del norte ha intentado invadir el sur porque desconocen la existencia de sus ciudades, se mantenían bastante tranquilos, pero ahora, estimo que Lug ha removido el avispero.

—Tal vez son ellos los que removieron el avispero por sí mismos— observó Dana—. Si Lug fue hasta allá, debe ser porque sospecha que alguien del sur, alguien de Colportor, es responsable del ataque a Cryma.

—Posiblemente— admitió Cormac.




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