La Conspiración del Espiral - Libro 4 de la Saga de Lug

CUARTA PARTE: Aliados - CAPÍTULO 55

—Esta sopa es excelente— admiró Cormac—. Me recuerda a una sopa que solía hacer una amiga mía. ¿Quién te enseñó a cocinar?

—Creo que solo es suerte de principiante— respondió Llewelyn un poco incómodo—. Iré a traer más leña para la noche—, se levantó de la silla y salió al patio trasero.

—Está distinto— reflexionó Dana del otro lado de la mesa.

—¿En qué sentido?— preguntó Cormac, interesado.

—Dejé a un niño tímido e inocente con mi padre por unos días y lo transformó en esto: una especie de guerrero, de…

—Un hombre— colaboró Cormac.

—Un hombre— asintió ella—. ¿Cómo pudo suceder tan rápido?

—El despertar de una habilidad puede hacer eso— comentó Cormac— y es bueno que así sea. Una habilidad en manos de un niño no es exactamente conveniente, podría incluso resultar desastroso.

—Hay algo más. Cuando lo vi amenazándote en el sendero… no sé, nunca lo creí capaz de un acto de agresión semejante.

—Reaccionó en defensa propia— explicó Cormac, pero internamente, no creía que esa fuera toda la explicación de la actitud del chico.

—Tenías tu espada en su cuello, y no se le movió un pelo— comentó Dana, impresionada.

Cormac no contestó.

—Es un muchacho valiente. Creo que es un digno hijo de su padre— dijo Dana, orgullosa.

—Y de su madre— agregó Cormac, levantándose de la mesa con su cuenco para servirse más sopa.

—Me romperá el corazón tener que decirle que no puede ir con nosotros.

—No creo que acepte eso. Se esforzó mucho para conseguir ayudar, y creo que no deberíamos despreciar esa ayuda.

—¿De qué hablas? ¿En qué puede ayudar Llewelyn? Solo correrá peligros innecesarios.

—Dana, hay algo que no te dije sobre mi visión de Lug…

—¿Qué? ¿Qué viste que no me quisiste decir?— lo urgió ella.

—No vi nada, pero creo que no se debía a que estaba en un lugar oscuro.

—¿Entonces?

—Dana…

—Dímelo de una vez.

—Creo que está herido, creo… creo que está ciego.

—¿Qué?

—La oscuridad que vi… fue lo que vi a través de sus ojos, solo que… solo que no tenía ojos.

Dana palideció y comenzó a temblar.

—No, la celda estaba oscura, debió ser eso, te confundiste…— negó ella con la voz temblorosa.

—No, Dana. Lug no está bien, está herido y está muy débil. Por lo que sentí cuando estuve en contacto con él, creo que no le queda mucho tiempo. Por eso creo que la habilidad de Llewelyn es providencial.

—¿Qué?

—Él podría transportarnos hasta allá en un instante.

—No.

—Nos ahorraría muchos días de viaje y el problema de los guardias en los Pasos.

—No.

—Su ayuda sería valiosa.

—No.

—Podría hacer la diferencia entre encontrar a Lug vivo o muerto.

Dana abrió la boca para negar una vez más, pero la cerró de repente.

—Debes dejar que ayude— insistió Cormac.

—Solo ha usado su habilidad para transportarse una vez. ¿Cómo podría transportarnos junto con él si apenas ha descubierto su habilidad? Le llevaría años de práctica. No podrá hacerlo, su habilidad es incipiente. Transportarse a sí mismo lo dejó tan extenuado que necesitó dormir por horas, no tiene la fuerza para transportar a tres personas, es una locura.

—Hay una forma de que pueda obtener energía extra para el transporte— explicó Cormac.

—¿Cómo?

—El Anguinen.

—El Anguinen no sirve— negó Dana con la cabeza.



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En el texto hay: mundosparalelos, fantasia épica

Editado: 12.10.2019

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