QUINTA PARTE: Reunidos - CAPÍTULO 88

—¡Lug! ¡Lug!— escuchó Lug los gritos desesperados de Dana.

Govannon y Lug volvieron corriendo hasta la cúpula.

—¿Qué…?— comenzó Lug, pero enseguida se dio cuenta de que faltaba Llewelyn y temió lo peor—. ¿Dónde está Llew?— gritó.

—¡Lug!— lo abrazó Dana, llorando.

—¡Qué pasó! ¡Dónde está nuestro hijo!— le gritó él.

Dana no podía calmarse lo suficiente para poder hablar.

—Llewelyn entró en la cúpula— dijo Augusto.

—¿¡Qué!?— gritó Lug, soltándose del abrazo angustiado de Dana.

—Intenté detenerlo— explicó Augusto, nervioso—, pero era como si no pudiera agarrarlo, como si algo me repeliera. Estaba como en una especie de trance, no me escuchaba, no parecía estar consciente.

Lug cayó de rodillas al suelo, completamente aturdido, agarrándose la cabeza.

—¿Por qué? ¿Por qué?— repetía una y otra vez—. Sabía que era peligroso, sabía que el campo de energía lo pulverizaría… ¿por qué lo hizo?

—La cúpula no lo pulverizó…— respondió Augusto.

Lug levantó la cabeza hacia él:

—¿Qué dices?

—Llewelyn atravesó el campo de energía e ingresó a la cúpula— explicó Augusto.

—¿Estás seguro? ¿Estás totalmente seguro?— lo apremió Lug.

—Totalmente. Lo vi con mis propios ojos. Algo lo protegía, una especie de aura. Entró en la cúpula sin problemas, como si solo estuviera atravesando aire.

—¿Cómo es posible?— se volvió Lug hacia Govannon.

—Algo en él debió generar un campo de frecuencia compatible con el de la cúpula. Es la única explicación que se me ocurre— respondió Govannon.

—¿Algo? ¿Algo como qué?— le preguntó Lug.

Esta vez fue Dana la que contestó:

—La Perla.

Lug se puso de pie lentamente y se dirigió otra vez a Augusto:

—¿Viste la Perla de su anillo? ¿Viste si brillaba?

Augusto negó con la cabeza:

—Tenía la mano en el bolsillo del pantalón. El anillo estaba oculto.

Lug se paró frente a la cúpula, observándola, pensando.

—¿Crees que esté vivo?— preguntó Juliana suavemente.

Lug se volvió bruscamente hacia Dana:

—Abre un canal, contáctalo— le pidió.

—Un canal, claro— dijo ella, secando sus lágrimas.

—Ana, ve con ella a un lugar más tranquilo y ayúdala— dijo Lug, señalando a Dana.

Ana asintió y acompañó a Dana a sentarse entre unos árboles para intentar el contacto.

—Juliana, Augusto, por favor quédense aquí por si Llewelyn sale de la cúpula. Si regresa, llámenme inmediatamente— les pidió Lug.

—Claro, sí— asintió Juliana.

Y luego a Govannon:

—Gov, ven conmigo.

Govannon lo siguió de nuevo hasta el lugar más apartado donde habían estado conversando antes.

—Gov, tú hiciste el anillo en el que está engarzado el Anguinen de mi madre. ¿Qué sabes de esa Perla?

—Es un objeto muy poderoso— comenzó Govannon—. Está ligado a Wonur.

—Pero Wonur está nuevamente en su prisión, ¿cómo puede estar activa?

—Un Anguinen puede energizarse y programarse para funciones específicas. Todos los Anguinen tienen propiedades diferentes y sirven a diferentes propósitos.

—¿Cómo cuáles?

—Protección, amplificación de poder, conexión…

—Sí, sí, entiendo eso— lo cortó Lug, impaciente—. ¿Había algo especial en este Anguinen?