La Conspiración del Espiral - Libro 4 de la Saga de Lug

SÉPTIMA PARTE: Bifurcados - CAPÍTULO 119

Mientras cabalgaban por el Cuarto Paso, Randall observó con recelo las altas paredes del desfiladero. Le parecía haber visto destellos de luz en varias oportunidades a lo largo del camino, pero hasta ahora, ninguno de los supuestos guardias ocultos en las alturas había bajado a confrontarlos. Al parecer, el ardid seguía funcionando.

—Entonces, ¿no vas a decirme de qué se trata todo este asunto?— preguntó Randall a Zenir.

—No es necesario involucrarte en esto, Randall.

—Viejo, por si no lo notaste, estoy involucrado en esto hasta el cuello, y mi esposa seguramente cayó también en manos de ese secuestrador misterioso. Así que tengo todo el derecho a saber por qué ese Overkin te está buscando con tanto ahínco.

—De acuerdo— accedió Zenir con un suspiro—. Overkin es solo el nombre que está usando ahora, pero en realidad se llama Avannon. Tuve contacto con él hace muchos años. Lo ayudé con algo… Lo hice solo por compasión, pero luego me arrepentí cuando supe… Es complicado— meneó la cabeza Zenir, negándose a continuar.

—Vamos, Zenir, si vamos a seguir con esto tengo que saber a qué nos enfrentamos— lo presionó Randall.

Zenir volvió a suspirar.

—Sucedió en Yarcon. Marga, la madre de Lug, estaba en una celda, en los sótanos. Avannon me infiltró a espaldas de Bress y Hermes, y me llevó con ella para que la ayudara. Ella estaba… estaba…— a Zenir se le hizo un nudo en la garganta—. No era más que una masa sanguinolenta acurrucada en el piso. Creí que estaba muerta, pero cuando me acerqué a ella, noté que apenas respiraba, estaba al borde de la muerte. Su rostro estaba desfigurado e irreconocible, pero era ella. Su cuerpo había sido castigado con brutalidad. Toqué su cabeza, y la información de su estado me invadió de repente: solo le quedaban unos momentos de vida. Había tantas heridas que no sabía por donde empezar a cerrarlas, y aun si lograba cerrarlas a tiempo, había perdido tanta sangre que no estaba seguro de que su recuperación fuera posible. Pero Avannon no me había llevado hasta allí para que la sanara.

—¿Entonces?

—Su plan era tan inverosímil que…

—¿Qué quería?

—Quería que yo desprendiera la energía de la conciencia de Marga de su cuerpo físico y la introdujera en un Anguinen. Me dijo que era la única forma de darle una oportunidad de vida. Le dije que no sabía cómo hacer eso y que un Anguinen no iba a poder sostener una conciencia humana. Él me aseguró que era posible, que estaba en mis manos salvarla. Marga estaba muriendo, y no tuve tiempo de discutir demasiado el asunto ni de entender bien a lo que estaba accediendo. Verla así me destrozó el corazón y no pude negarme…

—¿Lo hiciste? ¿Lo lograste?

Zenir asintió en silencio.

—¿Cómo?

—Durante el proceso, Wonur tomó el mando a través del Anguinen. Cuando comprendí lo que estaba pasando, ya era tarde. Al acceder al procedimiento, había accedido a hacer un pacto con Wonur. Wonur tomó mi habilidad e hizo uso de ella para traspasar la conciencia de Marga a la Perla.

—¿Avannon sabía que eso iba a pasar?

—Sí, me engañó. Todo fue una trampa para poder usar mi habilidad.

—¿Qué pasó después?

—Avannon me sacó de la celda a empujones. Marga aun respiraba cuando la dejamos allí tirada, pero ya no tenía mente, no tenía conciencia. Quería matarlo, Randall… ¡El maldito me había hecho pactar con Wonur! ¡Y para qué! ¿Qué quería Wonur con la conciencia de Marga encerrada en una Perla?

—¿Pudiste averiguarlo?

—No. Discutí con Avannon en el bosque, mientras huíamos de Yarcon. No quería la mancha de Wonur en mi alma, quería deshacer el pacto. Avannon deshizo el pacto a cambio de mi silencio sobre lo que había pasado con Marga en la celda. Me dijo que si alguna vez hablaba del asunto, Wonur se encargaría de hacérmelo pagar muy caro.

—¿Qué pasó con la Perla?

—No sé qué hizo Avannon con ella. Después de nuestra discusión en el bosque, él desapareció y no lo vi nunca más. Debí saber que ese no era el fin del asunto. ¡Qué ingenuo fui! Cuando Ema vino a buscarme al bosque de los Sueños todos esos años atrás, cuando Akir era apenas un bebé, creí que era Bress el que estaba tras de mí, pero me equivoqué: el que me estaba buscando era Avannon.

—¿Qué quiere contigo ahora?

—Frido me dijo que le dio un mensaje privado para mí: Es hora de que la conciencia que fue separada de su cuerpo, vuelva al seno de la carne. Creo que Avannon pretende que saque la conciencia de Marga del Anguinen y la encarne en un cuerpo humano.

—¿Puedes hacer eso?

—No, no tengo la más mínima idea de cómo hacerlo— confesó Zenir.

—Tal vez sea mejor que Avannon no se entere de eso hasta que Akir y Ana no estén a salvo.



#21133 en Fantasía
#8671 en Personajes sobrenaturales
#29908 en Otros
#4148 en Aventura

En el texto hay: mundosparalelos, fantasia épica

Editado: 12.10.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.