La Conspiración del Espiral - Libro 4 de la Saga de Lug

OCTAVA PARTE: Mancomunados - CAPÍTULO 151

Se escucharon unos golpes suaves en la puerta de la habitación y Lug fue a abrir.

—¡Gloria!— exclamó al verla.

Ella se le tiró al cuello y lo abrazó.

—¿Todo está bien? ¿Tu madre…?— respondió él a su abrazo.

—Todo bien— le sonrió ella—. Sus heridas están sanando.

—Lamento que…— comenzó Lug.

—Sin lamentaciones— lo cortó ella—, no más lamentaciones.

Él asintió con la cabeza.

—Esta es mi esposa, Dana, y este es mi hijo, Llewelyn— los presentó.

—¡Los encontraste! ¡Qué bien!

—Esta es Gloria— la presentó a su familia—. Ella me cuidó cuando estaba ciego y sin memoria. Estaba muy perturbado y me porté muy mal con ella, pero ella nunca se dio por vencida y me ayudó a pesar de mi maltrato.

—No fue para tanto— dijo Gloria.

—Si lo fue, me salvaste la vida. Hubiera muerto sin tus cuidados y tu cariño— le respondió Lug.

—Gracias por cuidar de él— le estrechó la mano Dana.

—Hice lo que cualquiera hubiese hecho— se encogió de hombros Gloria.

—No lo creo— le dijo Dana—. No cualquiera es capaz de la compasión que tú le mostraste.

Gloria asintió, emocionada.

—Llévame con tu madre— le pidió Lug—. No tiene por qué estar sufriendo, puedo sanarla.

—¿Como Ana?

—Algo así.

Gloria lo tomó de la mano y lo tironeó hacia la puerta.

—Ya vuelvo— les dijo Lug a su esposa y a su hijo.

—Claro— le dijo Dana, viéndolos desaparecer por la puerta.

Gloria siguió arrastrando a Lug por la galería por un buen trecho más.

—Mi madre estará encantada de conocerte— le dijo.

—Y yo a ella— le respondió él—. No necesitas tironearme tanto, no me voy a ningún lado.

—Lo siento— dijo ella, soltando su mano de golpe.

—¿Cómo estás tú con todo esto?— le preguntó Lug.

—Muy bien— respondió ella—. Franz me propuso matrimonio— levantó su mano, mostrando un anillo de oro con una hermosa gema roja.

—Felicidades.

—Gracias.

—Pero me refería al asunto con Dresden.

El rostro de ella se ensombreció por un momento:

—Su muerte no está en mi conciencia. Franz inventó una excusa y me hizo salir de la sala del Concejo cuando votaron su ejecución.

—¿Y cómo te hace sentir eso?

—Aliviada— manifestó ella—. No me malentiendas, hubiera querido torturar a Dresden hasta destruirlo, pero Franz me hizo comprender que eso no iba a cerrar mis heridas. Y creo que tenía razón, porque en verdad no me sentí mejor conmigo misma cuando lo vi colgado de la muralla.

—Es una buena influencia ese Franz— sonrió Lug.

—La mejor— asintió ella.

—Parece ser el único que ha mantenido la cordura en todo este asunto. Los demás parecen estar sedientos de venganza y sangre, incluso Vianney.

—Vianney está muy dolido por el asesinato de su esposa, eso lo perturbó mucho, pero igualmente es un hombre extraordinario y es el único que ha podido meter algún tipo de sensatez en la cabeza de los demás nobles. En la primera reunión que tuvieron, se la pasaron gritándose unos a otros, y por un momento, pareció que iban a declararse la guerra todos contra todos. Fue Vianney el que logró calmarlos y hacerlos entrar en razón.

—Cuéntame más sobre esos nobles. Tengo una reunión con ellos más tarde y me gustaría estar preparado. Deseo presentarles una propuesta de paz con el norte.

—¡Uf!— suspiró Gloria—. Todavía no tienen bien en claro qué quieren hacer con respecto al trono de Colportor, ¿y tú vienes a plantearles cuestiones de política externa? No creo que estén preparados para eso.

—Tengo que hacerles entender que el norte no es su enemigo y tengo que hacerlo lo antes posible, Gloria.

—De acuerdo, te diré todo lo que sé y espero que eso te ayude.

—Gracias.

—Estando el trono vacante, lo primero que todos se plantean es quién será el próximo rey. Por cuestiones de líneas de sangre, demasiado complicadas para que yo las entienda bien, el heredero legítimo debe venir de la casa de Tiresias. Pero el viejo Tiresias, que recientemente encontró a su hija largamente perdida, no tiene otro interés que no sea cuidar de ella, y ella, que sería la siguiente en la línea, padece una especie de amnesia que no la hace apta para tomar el trono.

—Entiendo— asintió Lug, qué entendía más de lo que Gloria hubiese podido vislumbrar, ya que comprendía por qué Madeleine había sido la elegida para contener la mente de Marga: futura reina de Colportor, bien pensado, madre.

—Con la línea de Tiresias fuera del juego, la que sigue en importancia es la casa de Vianney, pero Vianney no quiere saber nada del asunto.



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En el texto hay: mundosparalelos, fantasia épica

Editado: 12.10.2019

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