Salí del cuarto de Jason, sintiéndome momentáneamente mareado como un borracho. Aunque en el fondo intuía que Jason tuvo una relación con alguien del clan, me negaba a creer que él formara parte de ellos.
Los del clan “Sombra” tienen la mala fama de saquear pueblos, robar a los viajeros errantes y hacer pactos con demonios. Sí, era cierto que Jason se dedicaba a asaltar a la gente que cruzaba los bosques hasta que lo capturamos, pero en todo ese tiempo que viajamos juntos siempre demostró ser bastante servicial. Nunca intentó hacernos daño. Alguien como él no podría ser un saqueador de pueblos. No podía.
Mis pasos me llevaron hasta la habitación de Morgan y estuve a punto de entrar cuando noté que la puerta estaba entreabierta. Así es que no evité escuchar parte de la conversación que tenía con Ami durante mi ausencia.
— El circo ya no era lo mismo de antes, Morgan. Y por eso decidí salir antes de tiempo, ya perdí mis deseos de continuar con mi carrera de acróbata. Te he echado de menos, mi niño, quería arreglar las cosas contigo y darte el amor de madre que siempre has anhelado.
— Pero si siempre fuiste muy maternal conmigo, Ami – le dijo Morgan – no solo cuidaste de mi salud, sino que me enseñaste a mostrar misericordia con los débiles. Gracias a ti me volví tan fuerte.
Por alguna razón recordé la conversación que tuve con Jason, en donde afirmó que envidiaba a Morgan por su buen pasado. Pese a que el leñador fue abandonado por su familia biológica, alguien lo encontró y lo protegió, le dio amor y siempre veló por su seguridad. Jason, por otro lado, fue despreciado por su propia gente y tuvo que aprender a arreglárselas solos. Me pregunté qué habrá pasado por su cabeza cuando Morgan lo ató a un árbol y lo dejó sin comer, a la par que me escuchaba desearle la muerte por intentar robarnos en el bosque. De igual forma, accedió a guiarnos y hasta participó en el torneo, poniendo a riesgo su propia integridad.
¿Qué tanto se necesita para poder ganar su propio amor, luego de caer en el fondo del abismo?
Golpeé un par de veces la puerta y Ami me atendió. Al verla, le dije:
— Quiero hablar con Morgan, a solas.
— Descuida, ya me iba – dijo Ami – Regresaré por la noche, cuando termine de alimentar a mi yegua.
Entré al cuarto. Morgan estaba en la cama y pese a que no recibió heridas tan letales como Jason, se veía bastante adolorido. Arrastré una silla hasta la cama, me senté y le dije:
— Cuando estuvimos en el bosque, fuimos abordados por unos viejos amigos de Jason. Se llaman Zack y Jully, son del clan “Sombra”. Lo peor es que Jason confió en que no pasarían el muro de la ciudad y resultó que sí lo consiguieron. Lo acaban de visitar, mientras estábamos en tu combate contra Sansón.
— ¿Qué? – dijo Morgan, sorprendido - ¿Por qué Jason lo ocultaría? ¿Qué querría el clan “Sombra” con nosotros? ¿Y cómo atravesaron los muros de la ciudad?
Respiré hondo, debido a que sabía que a Morgan no le agradaban los del clan “Sombra”. Si bien nunca tuvo algún encuentro con ellos, como cualquier persona normal, habría escuchado sobre sus fechorías y se armó una imagen mental de ese nefasto pueblo. Así es que procedí a explicarle, en pocas palabras, lo que le había dicho a Jason hace unos días.
— ¿Recuerdas cuando te dije que lord Zero le arrebató un mapa a un miembro del clan “Sombra”? Pues ellos lo saben y, por eso, decidieron perseguirnos. De verdad no sé bien qué sucedió con ese mapa y estoy seguro de que lord Zero preferiría cortarse la lengua antes de decírnoslo. Pero lo que es cierto es que nos están cazando y no importa dónde estemos, siempre estarán pisándonos los talones.
— Eso es grave – comentó Morgan – si están en la ciudad, muchas personas correrán peligro. Deberíamos advertírselo a la princesa Mara.
— Descuida, me encargaré de eso. Quizás si logramos que los detecte y expulse de la ciudad, podremos permanecer más tiempo aquí hasta que Jason se recupere.
— Vaya, no pensé que te importaba tanto nuestro guía. ¡Siempre habías desconfiado de él!
Volví a respirar hondo, ya que se me hacía duro revelarle la verdad. Pero me armé de valor y le dije, sin más rodeos:
— Jason era un ex miembro del clan “Sombra” y sospecho que la razón por la que quiso ocultar nuestro enfrentamiento contra sus viejos amigos es porque ellos buscan forzarlo a apuñalarnos por la espalda.
Contrario a lo que esperaba, Morgan no pareció sorprendido por esas fuertes declaraciones. Era como si ya lo sospechara desde un principio. Así es que lo único que comentó fue un:
— Ya veo.
Presioné mis puños hasta arrugar mi ropa, como si me resistiera las ganas de gritar. Al final, solo lancé un hondo suspiro y le expliqué mi pesar:
— Sé que Jason hizo todo lo posible para que podamos confiar en él, sin mencionar que es la única persona viva que conozco que puede guiarnos hasta el templo “Terra”, pero no sé si podré seguir viéndolo a los ojos después de conocer la verdad. Por eso, Morgan, te pido que lo mantengas vigilado. No lo dejes solo en ningún momento, que no sea que esos dos rufianes intenten volver a hablar con él para convencerlo de traicionarnos. Si tan solo da un mínimo paso en falso, me veré obligado a convertirlo en mi prisionero para que responda a todos sus crímenes ante la justicia.
— Bueno, en su estado no creo que pueda hacer mucho – dijo Morgan – pero si esto te tranquiliza, te prometo que estaré junto a él y vigilaré sus pasos.
— Gracias, Morgan. Sabía que podía contar contigo.
Ya con el corazón más tranquilo, procedí a salir del hospital. Noté que ya era de tardecita y que Ami, muy probablemente, regresaría dentro de poco para pasar la noche con los chicos. Pero yo tenía algo urgente que hacer antes de regresar al alojamiento. Con un poco de suerte, ella estaría disponible para recibirme, pero si me impedía acercarme como lo hizo en el último torneo, simplemente gritaría, ya que era un problema que no solo involucraba a mi equipo sino, también, a la seguridad de todos los habitantes de Ciudad Cristal.