Existían tres melodías que eran comunes en todos los lugares, las cuales le enseñaban a los niños desde que eran capaces de razonar. La primera era la de duelo, era entonada cuando un monarca o uno de sus descendientes moría; la segunda era la bienvenida, sonaba cuando alguna persona importante llegaba al castillo o cuando se realizaban eventos como bodas y cumpleaños; la tercera, la más agobiadora y temida, era la que significaba ataque enemigo.
En estos momentos la campana sonaba de una manera aturdidora para alertar a todos los habitantes de la capital.
Nos encogimos ante el miedo. Desde aquí adentro podíamos escuchar el disturbio del exterior... el ruido de las armaduras de metal rozando sus porciones entre sí en una marcha rápida.
—¿Nadie más sabe que estamos aquí? —pregunté ya que fue lo primero que pensé. Este no era un lugar donde Jhon buscaría y definitivamente era el rostro que quería ver entrar por esa puerta.
—No —dijo Harry, estaba pálido y caminaba de un lado al otro de la habitación.
¿Y si se trataba de quien asesinó a mis guardias?
Los nervios salían a flote, aterrorizando todo mi ser.
<<Jhon está aquí>>
Nora sostuvo mi mano, estaba temblando y aguantaba las lágrimas para no llorar.
—Ven para nuestro lado, debemos hacer silencio y esperar a que todo se resuelva afuera.—le dije a Harry para intentar calmarlo. El príncipe daba vueltas de un lado al otro de la habitación.
Esto era grave, demasiado.
¿Quién se atrevería a atacar un palacio como este?
El reino más poderoso, con el ejército más sanguinario y temido de todos. Una capital gigantesca y repleta de clanes expertos en la lucha y que defenderían su escudo sin importar lo que costara.
Un fuerte grito hizo que todos nos sobresaltáramos. Harry corrió a un extremo de la puerta y pegó su oído a la pared tratando de escuchar algo.
Por un momento todo se calmó y un profundo silencio invadió el lugar. Había aprendido a temerle al silencio, porque detrás de él siempre venía el caos.
—¡Debemos salir! —dijo Nora con pánico.
—¡No! —contradije tan rápido que logré asustarla más—. No hasta que alguien que conozcamos venga por nosotros, no sabemos lo qué hay afuera.
Esperaba que mi intuición me fallara.
—Concuerdo con Verónica, debemos esperar a que vengan por nosotros. —Harry observaba la puerta con intriga.
—Tac, tac. —Nos sobresaltamos al escuchar los golpes secos en la puerta.
Negué con la cabeza para que no respondieran. Harry abrió los ojos e inspeccionó el lugar buscando una posible arma, ya yo había buscado con la vista y no teníamos ninguna.
—¡Tres cerditos escondidos están! —cantó una voz macabra desde el otro lado de la entrada.
Nora tapó su boca para no hacer ningún ruido.
Detuve a Harry, quien tenía intenciones de hacerse el héroe con una pequeña silla.
—¡El lobo se los comerá! —Continuó cantando desde el exterior y vimos cómo la cerradura de la puerta se movió.
—Traquil...
"Trasssss"
Quién sea que estaba detrás de la puerta le dio un golpe, la quebraría en pocos intentos más.
Teníamos dos opciones:
O nos quedábamos y tratábamos de enfrentarlo con juguetes, o tratábamos de salir de este lugar.
<<analiza la situación Verónica >>
Estábamos en el tercer piso, me dirigí a la ventana y quité las cortinas. Nora comenzó a torcerlas cómo si entendiera mis intenciones.
Teníamos una vía de escape y la utilizaríamos.
"Trassss"
Otro golpe seco sonó, esta vez la puerta se astilló por el centro, dejando ver el traje negro que permanecía detrás.
Necesitaba más tiempo.
Empujé la enorme casa de muñecas detrás de la puerta, por la fuerza con la que estaba siendo golpeada no serviría de mucho, pero al menos perdería tiempo quitándola del medio. Luego abrí la ventana, esperé poder ver algún guardia, pero solo me encontré el jardín de la reina Silvia.
—Tu primero —señalé a Nora, esta negó automáticamente—. Necesito que bajes primero para que ayudes al príncipe.
"Trasss"
Otro golpe.
—Ni hablar, igual puedes ayudarlo tú. —Sostuve a Nora por el brazo, tendría que adoptar otra posición para que dejara ese carácter.
—Eres la menos importante aquí, debes de ir primero y ver que es seguro. Además, necesito que ayudes al príncipe desde abajo. —Tenía que ponerla a salvo, lucía enferma y demacrada. Mis palabras fueron como vidrio saliendo de mi garganta, me hacían tanto daño como a ella.
Noté un poco de tristeza en su rostro, partió mi corazón hablarle de esa manera, pero no se iría de lo contrario.
¡TRASSS!
—¡Nora! —grité al escuchar el otro golpe.
Reaccionó y comenzó a bajar por la ventana, la cuerda que improvisamos no daba exactamente hasta abajo, pero el tramo que restaba era seguro para ella. Saltó sin dificultad y por fin estaba segura.
—Apresúrate —señalé a Harry, este negó y lo empujé hasta la ventana—. ¡Apúrate para que de tiempo!—comenzó a bajar sin protestar.
¡Trasss!
La puerta voló en mil pedazos, Harry aún no terminaba de bajar, pero salté por la ventana detrás de él... sin éxito alguno. El atacante me agarró fuertemente por la cintura, evitando mi escape.
—¡Verónica! —gritó Nora a todo pecho desde abajo.
El hombre sujetó mis manos cruzándolas sobre mi pecho e inmovilizándome. El aire me faltaba y el pánico comenzaba a apoderarse de todo mi cuerpo. Era la misma situación de antes, estaba presa, débil y sumisa.
<<estoy muerta>>
<<adiós Julio>>
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Editado: 27.10.2021