Elara caminaba por los jardines de palacio intentando ignorar el murmullo constante de los consejeros que se extendía como un enjambre por los corredores. Cada palabra hablaba de alianzas, pactos y matrimonio. Su matrimonio.
Las rosas blancas se inclinaban con la brisa, pero incluso su fragancia le parecía opresiva. Elara necesitaba aire, necesitaba escapar aunque fuera por unos instantes.
—No deberíais pasear sola, Alteza.
La voz profunda la hizo detenerse. Kael Draven estaba allí, firme, con la mano sobre la empuñadura de su espada. Su presencia imponía respeto, pero en los ojos oscuros del capitán había algo que derretía sus defensas.
—¿Y desde cuándo el aire fresco es un crimen? —respondió ella con un tono travieso, aunque su sonrisa tembló al encontrarse con la seriedad de su guardián.
Kael no respondió de inmediato. La observó, como si cada gesto suyo guardara un secreto que no debía descubrir. Finalmente, inclinó la cabeza.
—El reino pronto tendrá un nuevo príncipe. Hasta entonces, mi deber es protegeros de todo peligro. Incluso… de vos misma.
Elara sintió un nudo en la garganta. Esa era la maldición de Kael: siempre tan cerca, siempre tan intocable.
—¿Y quién me protegerá de un corazón que no entiende de deberes? —susurró, más para sí misma que para él.
Kael frunció el ceño, como si hubiera escuchado más de lo que debía, pero no dijo nada. El silencio entre ambos se llenó del rumor del viento y, por un instante, Elara creyó oír de nuevo aquel latido extraño, oculto bajo el murmullo de la naturaleza.
Un grito interrumpió la calma. Un mensajero cruzaba los jardines, sudoroso, con un pergamino en la mano.
—¡Noticias del reino de Lysander! —anunció, inclinándose ante la princesa—. El príncipe Dorian llegará al palacio en tres días para anunciar formalmente la boda.
Elara sintió que el mundo se detenía. Tres días. Tres días para decir adiós a su libertad… y a lo que sentía por Kael.
Pero al girarse hacia él, juró ver un destello en su mirada: no de resignación, sino de lucha. Como si Kael guardara un secreto que aún no estaba listo para revelar.