Escena: La costa de Dover, Inglaterra. Anochecer.
Ethan y Zara lograron evadir a los agentes de Hydra en Oxford. Se deshicieron del coche de alquiler y tocaron el tren a Dover. El mapa de los archivos minoicos, copiado en el teléfono de Ethan, confirmaba la ubicación de un templo submarino cerca de Creta.
—No podemos volar. El Dr. Thorne nos buscará en todos los aeropuertos principales —dijo Zara, mientras el viento frío azotaba el puerto de Dover.
—Entonces, ¿un barco? ¿Contrabando? —preguntó Ethan, mirando la oscuridad del Canal de la Mancha.
—Solo hay un hombre al que puedo recurrir sin que me traicione inmediatamente: "El Capitán Varkas". Un antiguo socio de "El Jaguar" (el narco de Cancún). Varkas opera un pequeño carguero llamado The Sea Wolf y se especializa en "entregas" rápidas a Grecia y el Mar Negro.
[El Precio del Viaje]
Encontraron el muelle sucio y oscuro donde el Sea Wolf estaba atracado. El Capitán Varkas era un griego fornido, con una barba gris y ojos que habían visto demasiados amaneceres en el mar.
—Agente Khan. Oí que te habías retirado del negocio —dijo Varkas, sin sonreír.
—Estoy de vuelta. Necesito llegar a Creta, rápido y silenciosamente. Pago el doble de tu tarifa habitual.
Varkas miró a Ethan de arriba abajo.
—Un profesor y una espía. Y un equipaje muy ligero para un viaje tan largo. El precio es triple. Y quiero saber qué llevas que es tan peligroso.
—Llevamos historia. Y un mapa que podría llevar a la muerte a cualquiera que lo siga —dijo Ethan, con firmeza.
Varkas suspiró.
—Acepto. Pero tengo una condición: mi cargamento es valioso. Si somos detenidos, o si nos atacan, ustedes trabajan para mí como seguridad hasta que lleguemos a Grecia. El Capitán Varkas sonrió, un brillo de avaricia en sus ojos.
—Mi cargamento es el futuro, Agente Khan. Mi bodega no lleva estatuas. Llevo torpedos modificados y drones submarinos de alta tecnología. Cosas que solo una organización con recursos ilimitados usaría.
—Hydra Global Group —murmuró Zara, sintiendo que la trampa se cerraba.
—No me importa el nombre. Me pagan en efectivo para llevar el equipo a un islote solitario en el Egeo. Si los guardacostas me detienen por llevar tecnología militar, pasamos de contrabando a terrorismo.
—Aceptamos. Trabajaremos para ti. Pero en cuanto lleguemos a Creta, el trato termina —dijo Ethan, fijando su mirada en Varkas.
Varkas estrechó la mano de Ethan.
—Trato hecho, Profesor. Ahora, a bordo. El Sea Wolf zarpa en una hora.
[Zarpe Hacia el Peligro]
A bordo del oxidado carguero, Ethan y Zara se instalaron en una cabina minúscula. Mientras el Sea Wolf se adentraba en el Canal de la Mancha, Zara estudiaba el mapa minoico que Ethan había copiado en Oxford.
—El mapa indica que el templo de Poseidón está en un área conocida por los minoicos como la "Fosa del Laberinto" —dijo Ethan—. Es un cañón submarino muy profundo.
—Y ese tipo de equipo de buceo militar es exactamente lo que se necesita para llegar allí. Thorne no va a esperar en la superficie —dijo Zara—. Vamos a interceptar el equipo de Hydra en pleno mar.
—¿Y arriesgar a Varkas?
—Varkas ya está arriesgado. Necesitamos cambiar ese cargamento. Si Hydra recibe esos drones, nos superarán.
Escena: Estrecho de Gibraltar. Lucha contra piratas mercenarios (socios de Thorne).
Ethan se encontró cara a cara con un pirata armado con un machete. El mercenario era más rápido y fuerte. Ethan esquivó el machetazo, sintiendo el aire frío donde su cabeza había estado.
[Trampa de Carga]
Al ser empujado hacia el área de carga, Ethan vio las gruesas cadenas del ancla apiladas. Eran pesadas, aceitosas y mortales.
Cuando el pirata cargó de nuevo, Ethan se agachó y usó sus manos para desenrollar rápidamente un lazo de cadena. El mercenario, en su impulso, no lo vio. Ethan lanzó el lazo y logró envolver la pierna del pirata.
El pirata gritó al sentir el metal pesado inmovilizarlo. Ethan se puso de pie y, usando todo su peso, empujó al hombre hacia la borda.
—¡Quédate con tu ancla! —gritó Ethan.
El peso de las cadenas actuó como un lastre instantáneo. El pirata cayó al mar con un chapoteo, el metal lo hundió rápidamente en las frías aguas de Gibraltar.
[La Retirada Táctica]
Mientras tanto, Zara había neutralizado a los dos atacantes que intentaban subir por el lado de babor. El Capitán Varkas, con su viejo rifle, logró hacer retroceder la lancha de comando.
—¡Se retiran! ¡Han perdido demasiados hombres! —gritó Varkas, jadeando.
—No se retiran, cambian de táctica —dijo Zara, mirando hacia el horizonte—. Thorne no arriesgará más mercenarios. Usará la tecnología que le estamos llevando.
Varkas logró reiniciar el motor del Sea Wolf. La nave, maltrecha pero operativa, puso rumbo al Mediterráneo.
—Gracias, Profesor. Si no fuera por esa cadena, estaríamos atracados en algún puerto como esclavos —dijo Varkas.
—Estamos en deuda contigo, Varkas. Pero ahora, necesitamos que nos digas a dónde vas exactamente.
Varkas suspiró. Sacó un mapa arrugado.
—Mi destino es el Islote Desierto de Rodas, en el Dodecaneso. Es donde la "Hydra Global" recibe sus entregas. Es una base de operaciones.
Editado: 11.12.2025