Escena: Islote Desierto de Rodas. Centro de Comando del búnker de Hydra.
Ethan y Zara entraron en el búnker. La sala era oscura, iluminada por la luz azul fría de monitores de alta tecnología. El centro de comando de Hydra Global era un centro de operaciones submarinas de última generación.
—Aquí está la información —dijo Zara, corriendo hacia el servidor principal.
Ethan se dirigió a una gran mesa táctica que mostraba un mapa en relieve del Mediterráneo oriental. Estaba marcado con coordenadas de buceo y rutas de submarinos.
—Mira, Zara. La Fosa del Laberinto está a sesenta millas náuticas al sur de Creta —dijo Ethan, señalando una depresión marina profunda.
[El Manifiesto de la Locura]
Zara logró acceder al archivo de manifiestos y planes de operación de Thorne. Lo que leyó la dejó helada.
—Ethan, no es solo la Corona. Es lo que planea hacer con ella.
En una de las pantallas, un video se activó automáticamente: el Dr. Elias Thorne, pálido y con el cabello largo y desordenado, se dirigía a la cámara con una intensidad fanática.
Thorne: "El mundo se ha reído de mí. Creen que la Atlántida es un mito. Pero la Corona de Poseidón fue el catalizador que permitió a Poseidón alzar las mareas y consumir esa civilización orgullosa. Y ahora, con el poder de la Reliquia de Aztlán (que el Profesor Hayes me entregará) y el control de la Corona... ¡Yo recrearé el castigo! ¡Venecia será mi primera ofrenda!"
La pantalla cambió a una simulación gráfica escalofriante: una onda de choque sónica emanando de Creta, dirigiéndose al Adriático, y finalmente, una masiva inundación cubriendo Venecia.
—¡Es un lunático! Planea usar la Corona para manipular las corrientes marinas y hundir Venecia. ¡Es su validación de la Atlántida! —gritó Ethan, con horror.
—Y la simulación muestra que la activación de la Corona debe ocurrir en las primeras 48 horas desde que la extraiga de la Fosa del Laberinto. ¡Thorne ya está en el mar!
[La Urgencia]
Zara se volvió hacia el mapa táctico.
—Necesitamos encontrarlo antes de que active la Corona. Pero sin un submarino, no podemos llegar a la Fosa del Laberinto.
De repente, una voz resonó en el intercomunicador del búnker.
—¡Alerta de intrusión confirmada! ¡La alarma de la mina ha sido activada! ¡Búnker tomado!
—¡Tenemos compañía! —dijo Ethan.
—Tenemos que salir, Ethan. Pero tenemos que llevarnos algo —dijo Zara, señalando el monitor de radar—. ¡Mira!
En el radar, se mostraba un pequeño punto, moviéndose rápidamente: un Submarino de Exploración de Hydra, atracado en la cueva marina adyacente al búnker.
Editado: 11.12.2025