La Coroneta

11. Tren

Lo ocurrido fue muy extraño tanto para Lyontari como para Káeli, pero lo cierto es que de ser cierto, significa que tienen consigo mucha suerte: Si Jadeít y Likán no conocen este secreto, podrían usarlo a su favor y desviar su atención.

Káeli y Lyontari entonces regresaron junto a Likán y Jadeít. Ellos parecían estarlos esperando con algo de nervios.

–Dime, ¿qué tal te sientes, Káeli?– Preguntó Jadeít.

–Me siento perfectamente bien, gracias por preguntar.– Respondió Káeli.

A Jadeít se le notaba que esa respuesta se le hacía muy extraña, quedándose algunos segundos en silencio.

–Muy bien, vamos a continuar, ¿te parece?– Preguntó Jadeít.

–Por supuesto, ya quiero llegar a Poli de Emeralda.– Responde Káeli.

–¿No necesitas hacer algo antes de eso?– Preguntó Jadeít.

–En lo absoluto. Estoy perfectamente bien.– Respondió Káeli.

–Bueno. Vayamos.– Dijo Jadeít y junto a Likán se dirigieron a tomar el tren que saldría en 10 minutos.

A Jadeít y Likán se les notaba demasiado ansiosos o serios durante este tiempo, cosa que Káeli notó fácilmente, ella sabía que lo que ellos pensaban que pasaría, no ocurriría.

Los cuatro tomaron asiento en una mesa con mantel rusiente en aquel tren. Jadeít a diferencia de otras ocasiones, no sacó tema de conversación. Un silencio incómodo inundaba la sala, además, extrañamente nadie subió al vagón durante esos diez minutos.

El tren finalmente empezó a avanzar y Jadeít se comenzó a morder el labio mientras el tiempo pasaba, mientras que Likán ondeaba los dedos sobre la mesa. Káeli comenzó a sentirse incómoda y pensó que estaba actuando quizás algo antinatural, por lo que pensó en sacar conversación.

–¿Cuánto tardará esto en llegar a la siguiente ciudad?– Preguntó Káeli.

–No te preocupes, el viaje terminará pronto.– Respondió Jadeít.

–La verdad es que lo dudo. He visto el mapa y hay mucho viaje por recorrer aún.– Respondió Káeli.

Jadeít se quedó en silencio y la miró fijamente, su expresión parecía ser la de una persona que estaba soportando las ganas de explotar.

–¿Te crees muy lista?– Finalmente soltó Jadeít.

–Eh…, pues sinceramente, no, diría que solo soy parte del promedio, aún cuando destaco en algunas cosas, pero aún así…– Diría Káeli siendo interrumpida por Jadeít.

–Sé perfectamente que obligaste a Lyontari a hacerte un hechizo de resistencia al fuego, algo muy listo; parece que te previniste bastante desde aquel día en el bosque.– Interrumpió Jadeít.

–¿De qué estás hablando? Solo…– Iba a refutar Káeli el comentario de Jadeít, pero nuevamente fue interrumpida.

–¿Cuánto tiempo han estado entrenando? ¿De verdad crees que aguante tanto? Déjalo descansar de una vez y acaba con esto.– Dijo Jadeít.

–⸘Pero de qué estás hablando‽ ¡Yo no le he pedido nada a Lyontari! ¡Solo fui al baño y le pedí que me acompañase!– Dijo Káeli.

–¡Deja de estar mintiendo, maldito engendro! Sé perfectamente que eres vos, no has parado de dar más y más indicios de que lo eres, y pienso terminar esto aquí y ahora.– Respondió Jadeít.

–¡Ya te he dicho que yo no soy ningún engendro!– Dijo Káeli con una voz que parecía estar a punto de romperse en un tono de llanto.

–Ay, qué jodido…– Diría Jadeít entre dientes. –¡Me tienes harta! ¡Que te tenga que hablar formal y neutro para que la señorita sintiese que hablaba con una reina y de alguna forma llegásemos a tener un lazo amistoso y conseguir información, pero ni te abres y aún así dejas miles y miles de pistas! ¡Estoy harta de esta puta mentira!– Responde Jadeít.

–Entiende, yo no soy lo que crees…– Dijo Káeli con la voz más nerviosa y con mucho miedo de lo que fuese a pasar.

–Si no quieres admitirlo por las buenas…tendremos que hacerlo por las malas. ¡Likán, acaba con Lyontari!– Ordenó Jadeít a Likán.

–Esto no es personal.– Dijo Likán levantándose y creando un sable de nueve anillos mágico.

Likán intentó cortar el cuello de Lyontari, sin embargo este reaccionó rápido haciéndose hacia atrás.

Likán rápidamente se encarrera y va hacia Lyontari con el sable mientras Lyontari intenta detenerlo usando una bola de fuego, siendo repelida por este último. Káeli se intenta levantar para ayudarlo, sin embargo, es detenida por Jadeít.

–Vos eres mía, te quedarás aquí hasta que mueras tras el hechizo de tu esclavo sea roto. Yo misma te enterraré de una vez por todas.– Dijo Jadeít a Káeli sosteniéndola del brazo con fuerza.

–¡Suéltame!– Dice Káeli intentando zafarse.

Likán intenta acertarle un golpe a Lyontari, sin embargo, este hace una nube de humo y se camufla a través del humo unos instantes. Likán la disipa con un hechizo desvaneciendo su arma por el uso de este y ve como su oponente se escabulló hacia Káeli, ayudándola a zafarse de Jadeít, lo que provoca que ambos saquen sus armas.

–Qué más da, el orden de los factores no afecta el producto.– Diría Jadeít para después esgrimir su espada contra Lyontari.

–テめぃどス!– Gritaría Káeli mientras movía sus manos de manera giratoria, provocando una corriente de aire muy fuerte que lanzó contra la pared a ambos contrincantes.

–¿Te has estado conteniendo, eh? ¿Por qué lo has dejado de hacer ahora?– Preguntó Jadeít levantándose y dirigiéndose nuevamente hacia Lyontari.

Káeli crea un escudo de piedra para defender a Lyontari del ataque, sin embargo, Likán se acerca por el otro lado hacia Káeli con gran velocidad.

–かそく!– Diría Káeli moviéndose por un momento a una gran velocidad.–

Káeli va hacia Likán y lo patea con gran fuerza de nuevo contra la pared del vagón volviendo después hacia donde estaba Lyontari donde Jadeít estaba cerca de atacarlo y esta lo detiene con una ráfaga de viento que la empuja contra la pared.

–Realmente es muy importante para ti Lyontari, ¿no es cierto? Ese día no atacaste porque querías morir, pero ahora prefieres pelear antes que lo dañen, ⸘no es cierto‽.– Diría mientras se intentaba levantar.



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En el texto hay: viajes en el tiempo, romance, altafantasia

Editado: 25.11.2024

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