Likán se acerca hacia Jadeít e intenta robarle un beso provocando que Jadeít lo separe rápidamente.
–Uy, qué jodido...– Dice Jadeít retrocediendo. –Oye, Likán, me agradas y agradezco que quieras protegerme, en serio, pero no confundas las cosas.– Dice Jadeít con vergüenza en su tono para intentar no sonar agresiva como siempre.
–Pero te habías sonrojado, pensé que...– Dijo Likán solo para ser interrumpida por Jadeít quien se dio la vuelta.
–Como dije, no confundas las cosas. Venga, vámonos, tenemos que llegar con los otros rápido o comenzarán a sospechar que estamos planeando alguna cosa maquiavélica.– Dice con parte de la leña en brazos y regresando junto a Káeli y Lyontari nuevamente.
Jadeít y Likán regresan con la leña finalmente, saludando desde lejos con entusiasmo Likán a Káeli quien responde al saludo ondeando su muñeca.
–Qué bueno que regresaron, chicos.– Dice Káeli.
–Sí, necesitábamos regresar pronto, ya que, necesito decirte algo muy importante, Káeli.– Responde Likán.
–¿Qué ocurre?– Responde con una mirada extrañada y la ceja levantada Káeli hacia Likán.
–De la manera más honesta y seria posible, debo decir que no confío en ti del todo y que si no hago nada es gracias a la confianza que has ganado con Jadeít tras todos los eventos ocurridos, sin embargo, yo no puedo permitir que sigas viajando si es que sigues mintiéndonos.– Responde Likán.
–¡Ya les dije que no les he mentido! ¡No tengo el más mínimo interés en hacerles algo!– Exclamó Káeli.
–En eso es posible que tengas razón, pero no me refiero a eso, la verdad es que al ver tus hazañas contra un dragón, me causa particular interés de lo que realmente eres capaz, por lo que debo pedirte de la forma más amable, que me muestres tu verdadero poder sin contenerte o aquí mismo acabaré contigo.– Dice Likán mirándola fríamente.
–¿Debería hacerlo? Si lo hago, podría descontrolarme y usar un hechizo de tiempo...– Piensa Káeli mientras mira como el rostro de Likán se impacienta por una respuesta. –Bueno, no creo que algo se salga de control...– Dice Káeli entre sus pensamientos exhalando. –Está bien, pero espero que con esto estés satisfecho.–
Káeli y Likánentonces se apartan a un terrereno más amplio y sin árboles, el viento del Norte soplaba con fuerza mientras el Sol brillaba al estar en su punto más alto mientras los dos contrincantes compartían fijas miradas.
Likán señala el anillo que tiene en su mano derecha. –Mira mi dedo; esa gema de ahí es una piedra inhibidora, era obsequiada a los soldados de la Mesa Redonda para que entrenasen, como su nombre indica, estas piedras son capaces de limitar el poder mágico de una persona, como si lucharas con pesas en tus hombros o un gigante caparazón de tortuga llevases a tus espaldas.– Continua bajando la mirada y comnzando a retirarse el anillo. –Debido a que usarás tu verdadero poder, no tengo necesidad de contenerme, así que te recomiendo no confiarte. Si te contienes te mataré.– Dijo con un tono serio en su voz Likán.
–Hace mucho compré este collar cerca de un bazar de mi ciudad, no pensé fuese nada increíble, solo fue porque me pareció bonito.– Ella comienza a quitarse un collar que tenía una gema amarilla con forma de estrella. –La señora que me lo dio dijo que si lo usaba todo el tiempo, me volvería más fuerte el día que me lo quitase, supongo que ahora sé porqué. ¡Piensa rápido, Lyontari!– Ella entonces se lo lanzaría a Lyontari quien rápidamente lo agarraría. –Guárdamelo un momento.– Dice con un tono dulce mientras le sonríe de forma opuesta a él, quien se encontraba en un estado de pánico y nervios.
–Yo la pondré en mi bolsillo, no creo que seas capaz de siquiera tocarme.– Dice con un tono arrogante Likán a Káeli. –Venga, las damas primero.– Dice Likán a Káeli invitándola a hacer el primer golpe.
–"Pero qué considerado, no deberías de molestarte, espero no te vayas a arrepentir".– Dice sarcásticamente Káeli ante el comentario de Likán.
–Aunque no lo creas soy alguien muy educado y generoso, es más... aunque no te guste, déjame darte otro de mis servicios.– Le dice Likán a Káeli mientras abre su mano volteándola hacia arriba con el codo encogido.
–¿Otro de tus servicios? Sí, eso estaría bien, pero... no quiero seguir siendo parte del teatro que te intentas montar.– Dice Káeli seriamente y encarrerándose hacia Likán.
–¡Pero qué odiosa que eres!– Dice Likán encarrerándose igualmente hacia Káeli.
La chica con el cabello azul metálico cual cobalto y aquel caballero con el cabello teñido de amarillo por primera vez cruzaban miradas de ataque directo, ya que normalmente Jadeít era quien siempre atacaba de forma directa a Káeli y quién más intercambiaban golpes.
Káeli pudo observar el rostro de Risko la mirada más fría que jamás habría visto de él, mientras lo veía acercarse creando su arma característica de magia, el sable de 9 anillos.
Nada más estar algunos centímetros este intentó asestarle un tajo por el costado del abdomen que gracias a un hechizo rápido de impulso aéreo de Káeli pudo esquivarlo con un salto lo suficientemente alto como para poder asestarle ella una fuerte patada que lo tiro al suelo.
La chica cayó al suelo elegantemente observando a su oponente quien escupía la tierra que estuvo apunto de ingerir y levantándose rápidamente usa él también un impulso aéreo con el cual acercársele a lo que la señorita responde creando una espada hecha con un metal muy resistente que choca contra el filo de Risko.
Sus espadas entonces intercambian constantemente golpes que Káeli no parecen hacerla retroceder tan fácilmente, entonces cuando Risko pensaba que estaban en condiciones iguales Káeli de un fuerte tajo contra su espada logra romper la de su oponente lo que provoca un calamabre en la mano de su adversario que ella aprovecha para acercársele colocando su mano en su pecho.
–Reacción.– Dice Káeli invocando un hechizo de tierra que le devuelve todo la energía mecánica que recibió su espada contra él en forma de daño haciéndolo retroceder Rápidamente.