Likán se llevó en brazos a Káeli y junto con Infinidá la amarraron en una silla atrás de Lyontari a quienes amarraron juntos; en Lyontari podía verse el rostro de preocupación e ira que le generaba dicha situación.
Por su parte Infinidá le pidió a Likán que lo acompañase a su oficina ya que debían discutir algunos asuntos.
Lyontari aprovecha el momento en el que se retiran de la habitación para comenzar a canalizar su fuerza en su boca mientras intentaba exhalar fuertemente, finalmente mientras sentía como la magia de fuego lo recorría y activaba su protección ígnea de su boca brotó un aliento de fuego que quemó la mordaza; entonces comenzó a hablarle a Káeli.
–¡Káeli, por favor, despierta, tenemos que salir de aquí!– Le gritaba Lyontari a Káeli.
Káeli por su parte estaba profundamente dormida sin poder escuchar nada de lo que decía Lyontari.
Lyontari se puso a analizar el lugar buscando alguna forma de liberarse.
–El cuarto está insonorizado, por lo que no importa lo mucho que gritemos y se ve que está hecho a prueba de fuego...– Piensa Lyontari mientras estira sus pies dándose cuenta que no alcanzaba el suelo por unos centímetros, él sabía que Káeli era un poco más alta que él, por lo que lo más seguro era que ella quizás podría moverlos un poco.
Lyontari intenta nuevamente despertar a su compañera, pero esta no responde y Lyontari se desespera.
Por su parte Infinidá y Likán discutían cuestiones importantes relacionadas con esos dos.
–Ya sé quién es ese que trajiste.– Respondió Infinidá.
Likán se sorprende y comienza a tener miedo de sea lo que le pueda decir.
–Lyontari Qasad Mushabih, el buscado por muchos policías por varios robos en distintas partes de la región... y supuesto cómplice de Káeli Xyovka Kaĕli Shokă Mevină Sïtëffï̯l Bamba, supuestamente deportados tras el caso del asesinato de la reina. ¿Qué hacen estos dos que debían haber sido deportados ahora aquí?– Le pregunta impacientemente Infinidá a Likán.
Likán no sabe qué decir exactamente, por lo que comienza a idear una mentira.
–De Káeli no tengo la menor idea, pero de Lyontari como le dije, fue porque una señora me dijo que estaba rondando mucho el pequeño poblado y varios tenían miedo que fuese parte de un cártel vecino, además de cometer varios robos...– Le respondió Likán.
–Likán, nosotros no somos la policía por interesarnos pos casos así, no intentes romantizar nuestro trabajo.– Le responde Infinidá a Likán. –Hablaremos de tu reprimenda más tarde, de momento necesitamos deshacernos de estos inconvenientes, por ello y solo por esta vez, lo dejaré pasar, después de todo, no son personas documentadas, así que... no hay ningún tipo de castigo real, además uno de ellos es un delincuente y la otra su cómplice, hay muchas maneras de limpiarnos de esta y solo esta vez, pero por si acaso, lo haremos a mi manera para que todo salga excelente, ¿entendido?– Le pregunta terminantemente Infinidá a Likán.
Likán asiente con la cabeza y ve como su jefe Infinidá saca de un cajón una pistola, su apariencia es genérica y similar a un revólver.
–¿Sabes lo que es esto?– Le pregunta Infinidá a Likán.
–Parece un revólver... Como un mago de fuego y aire.– Responde Likán.
–Correcto, solo que este no está fabricado con magia. Me lo vendió a un precio extremadamente bajo una de esas personas sin magia... funciona a base de pura física.– Le explicó Infinidá a Likán.
–¿Qué piensa hacer con eso?– Pregunta Likán a su jefe.
–No es obvio, acabar con dos pájaros de un tiro. Será rápido y nadie se imaginaría que fue con una de estas armas, para la mayoría de la gente son "inútiles".– Responde Infinidá para después levantarse. –Quiero que te encargues de los cuerpos apenas oigas el estruendo, los quiero lejos, mientras tanto limpiaremos la sangre.– Le informa Infinidá a Likán para comenzar a retirarse, pero se detiene para decirle una última cosa. –Casi lo olvido: No la vayas a errar otra vez, se culmina mi paciencia.– Le responde para dirigirse al cuarto donde estaban Lyontari y Káeli.
Lyontari por su parte seguía intentando despertar a Káeli, en medio de todos sus intentos fallidos finalmente está despertó.
–¡Káeli!– Exclama Lyontari.
–¿Lyontari..., eres tú?– Le pregunta Káeli a Lyontari mientras despierta.
–Sí, soy yo. Tienes que ayudarme a salir de aquí y rápido.– Le dice Lyontari a Káeli.
Káeli intenta moverse, pero nota cómo está atada a la silla.–¿Pero cómo?– Le pregunta Káeli a Lyontari.
–Dime, ¿puedes alcanzar el suelo con tus pies?– Le pregunta Lyontari a Káeli.
Káeli estira sus pies hacia el piso y nota que las puntas pueden hacerlo. –Las puntas pueden hacerlo.– Responde Káeli.
–Okay..., con eso será suficiente. Necesito que uses dos tipos de hechizo de tierra... primero necesito que rompas el suelo y después usas uno para generar una onda de energía que nos levante y tendremos que huir así hasta perderlos.– Le responde Lyontari.
–¿De verdad crees que eso sea posible?– Le pregunta Káeli a Lyontari.
–Bueno... luchaste contra un dragón y sigues aquí, si no lo intentamos nunca sabremos el resultado.– Responde Lyontari.
–Olvídalo, además siento que me voy a desmayar, estoy agotada...– Responde Káeli mientras fuerza sus ojos para no quedarse dormida nuevamente.
Lyontari se encuentra estresado pensando una forma de salir hasta que entonces entra Infinidá por la puerta cerrándola tras él y quedándose frente a ella.
–Vaya, vaya... Así que te has liberado de la mordaza. No importa... las cuerdas que te pusimos son ignífugas.– Dice Infinidá para después cargar el arma. –Lo siento, chicos, su aventura queda hasta acá.– Dice Infinidá comenzando a apuntarles.
–¿Qué? ¿Qué fue ese ruido?– Preguntó Káeli.
–Oh, ¿te refieres a este bebé? Es una obra de la gente no mágica, un arma de fuego capaz de disparar proyectiles que pueden atravesar hasta dos cabezas de un solo tiro. Una belleza en la ingeniería y ciencia producto de la inteligencia humana.– Responde Infinidá alardeando de su compra.