Káeli ya había terminado de transcribir las letras que estaban en la piedra, sabía que ese idioma era el περφικθυς, ese idioma que le enseñaron sus padres antes de morir, su idioma materno, pero aún cuando sabía algunas palabras en su subconsciente que burbujeaban en su mente de forma borrosa, su escritura estaba totalmente borrosa.
Káeli analizaba el papel una y otra vez sin poder entender nada de lo que decía, podía hacerse una borrosa idea, pero nada claro.
–¿Sigues intentando leerlo?– Le preguntó Lyontari.
–Sí, necesito saber qué dice.–Le responde Káeli.
–Buena suerte con ello; la verdad es que los garabatos que se veían tallados en esa piedra no los podía entender en lo absoluto; jamás los había visto.– Respondió Lyontari.
–Quizás en alguna biblioteca halla algo de eso… No, no lo creo, en la biblioteca en la que trabajaba jamás encontré uno de esos.– Respondió Káeli.
–¿Ya conocías de este idioma?– Le preguntó Lyontari a Káeli.
–Sí, me lo enseñaron mis… ¡padres!– Exclamó Káeli tocando su amuleto y haciendo materializar a su padre.
–¿Qué es lo que necesitas?– Preguntó Pateras.
–¿Puedes leer esto?– Le preguntó Káeli a su padre.
–Lo siento, pero no puedo entender idiomas que el alumno no pueda entender.– Respondió Pateras.
–¡Pero tu sabías este idioma!– Respondió Káeli.
–Quizás su anterior maestra no se lo explicó correctamente… Hemos perdido todos nuestros recuerdos y tenemos pocos de nuestros conocimientos que tuvimos en vida, ni siquiera hablamos en nuestra lengua natal, sino que mandamos los conceptos de manera directa al cerebro de cada persona, convirtiéndose en el idioma que las personas piensan que hablaríamos, normalmente su lengua materna.– Responde Pateras.
–Ah, ahora entiendo porque estabas hablando todo este tiempo en arroba.– Menciona Lyontari.
–Espera, ¿llevabas todo este tiempo escuchándolo en tu lengua natal?– Le preguntó Káeli a Lyontari.
–Sí, ¿vos no? Se me hizo raro que dijese que se llamaba «ⲙⲁⳓⲃⲀ», que significa pateras en el idioma ⲁⲃⲟⲣⲁ.– Preguntó Lyontari.
–No…, hasta ahora lo he estado oyendo hablando arini.– Respondió Káeli y volteó a ver a su padre. –De cualquier forma, supongo que entonces tampoco puedes traducirme esto… Supongo estoy en las mismas.– Dijo Káeli decepcionada.
–Discúlpeme por no serle de utilidad.– Respondió el padre de Káeli.
–Está bien, no te preocupes… ¿Puedo pedirte un favor más?– Le pregunta Káeli a su padre antes de que este vuelva a la gema.
–Claro, ¿qué necesita?– Pregunta Pateras.
–Háblame de tú.– Responde Káeli.
–Por supuesto, como quieras.– Responde Pateras y nuevamente desaparece.
–¿Y eso?– Le preguntó Lyontari a Káeli por no haber entendido el porqué de su petición.
–No soporto que me hable de usted, podía entenderlo de Jadeít, pero no lo tolero de mi propio padre, sea un espíritu o no.– Respondió Káeli mientras se podía notar que sus ojos querían echarse a llorar, pero ella reprimía dichas emociones.
–Creo que lo entiendo…– Le responde Lyontari a Káeli y acto seguido la abraza.
A Káeli le es inevitable que su ojo izquierdo comenzara a soltar una lágrima, y tras esta, empezaron a salir más de ese mismo ojo y el opuesto. Lyontari le limpia las lágrimas con su dedo y la besa en la frente mientras Káeli se intenta recargar en sus hombros.
Káeli rompe la escena unos segundos más tarde y se aparta de Lyontari.
–Vamos, tenemos que llegar
antes de mediodía y estamos perdiendo el tiempo aquí.– Respondió Káeli limpiándose las lágrimas; también se da cuenta que en el proceso el rímel que se solía aplicar en los ojos se le había empezado a caer. –Dios, soy un desastre…– Dice Káeli intentándose limpiarse.
–No pensé el maquillaje te durase tanto.– Le comenta Lyontari a Káeli.
–No soy de sudar mucho así que me puede durar por días; de hecho, nunca he oído que alguien se queje de que huela mal.– Le responde Káeli.
–Deberíamos buscar un río, de seguro habrá uno por aquí que te sirva para limpiarte la cara.– Le dice Lyontari a Káeli.
–Y a ti no te vendría mal un baño.– Le menciona Káeli.
–¿Huelo tan mal?– Le pregunta con vergüenza Lyontari.
–Pues… no para mí, pero ví al sacerdote quejarse cuando pasamos y tu sudadera huele particularmente raro.– Responde Káeli sinceramente.
–Ay, lo siento, no pensé que oliese tan mal…– Responde Lyontari.
–Ya te dije que por mí no hay problema.– Dice Káeli acercándose a Lyontari para darle un beso en la mejilla a. –Pero igual un baño no te caería mal.– Añade.
–Bueno, bueno, sigamos, seguro encontraremos algo en el camino.– Responde Lyontari.
Káeli y Lyontari entonces comienzan a caminar, el último especialmente ayuda a la primera a poder subir la pendiente por la que había resbalado.
Pasaron varios minutos, cerca de dos horas cuando finalmente pudieron divisar una laguna costera, pudieron fácilmente identificarla por el fuerte edor del estuario cercano, aún así, Káeli hecho un vistazo y probó el agua para confirmar que estaba confirmado por agua dulce.
–Definitivamente es agua dulce.– Dijo Káeli quien empezó a limpiarse el maquillaje de la cara.
–Muy bien.– Dijo Lyontari quien se quitó la camiseta que traía puesta y comenzó a frontar con sus manos las partes del cuello y axilas.
–¿Solo piensas lavar la camiseta?– Le pregunta Káeli curiosa.
–No creo que pueda bañarme estando aquí vos.– Responde Lyontari.
–¿O sea que te molesto?– Le pregunta Káeli.
–No, no es eso.– Dice Lyontari soltando una pequeña risa. –Simplemente no creo que hayamos llegado a ese nivel de confianza.– Responde Lyontari.
Káeli sonreiría ante su respuesta y Lyontari se le quedaría viendo más del tiempo al que Káeli estaba acostumbrada que la mirasen.
–¿Qué pasa? “¿Acaso te gusto” o qué?– Le preguntó sarcásticamente Káeli intentando quitarse los nervios que le producía su mirada.