Káeli y Lyontari habían vuelto a casa y todo fue con normalidad; aquella noche no hubo peleas, solo risas, bromas y degustaban la comida hasta que fue la hora de dormir.
Nada parecía ir raro hasta ese momento, sin embargo, Lyontari se despertó a medianoche con mucha prisa.
–No debí tomar esa chicha…– Decía Lyontari mientras su cuerpo no le permitía moverse libremente sin sentir que se iba a orinar encima.
Al terminar de salir del baño y sentirse mucho más relajado, Lyontari estaba por regresar a la sala junto con Káeli, cuando vio la ventana por un momento y un recuerdo fugaz le vino a la mente: Aquella chica de rojo del día anterior.
Lyontari lo pensó un momento: ¿Fue su imaginación?, ¿una coincidencia?, ¿y si está ahí de nuevo? Finalmente se decantó por revisar, no perdía nada con hacerlo.
Lyontari observó de reojo la calle y ahí la vio, la misma chica del anterior día. Estaba bastante lejos para reconocer sus facciones, sin embargo, su posición delataba que los estaba vigilando.
Lyontari se colocó sus zapatos, y sin despertar a su novia Káeli, salió del departamento y se dirigió a la calle. Se ocultó detrás de la pared y la miró nuevamente: Ahí seguía, igual que antes y ayer; el único rasgo que podía ver desde la distancia a la que estaban era que tenía la piel, muy, muy clara.
Lyontari tenía habilidades de sigilo gracias a su experiencia como ladrón, así que estaba consciente que era peligroso lo que estaba a punto de hacer.
–…ⲙⲁⲧⲟⲙⲁⲦ– Pronunció creando una densa neblina a su alrededor con la que empezó a acercarse junto a ella.
La chica parecía haberse percatado de que no era una neblina natural, por lo que se puso de pie y espero que la neblina la cubriese. Lyontari fue el primero en atacar.
–.ⲛⲟⲩⲣⲟⲤ– Pronunció lanzando una bola de fuego hacia la extraña chica.
La chica rápidamente esquivó el ataque lanzándose hacia el lado derecho sin esfuerzo para después correr hacia Lyontari; el se apartó hacia el lado contrario mientras ella intentaba acertarle un golpe.
Lyontari intentando esquivar los golpes terminó perdiéndose, por lo que empezó a caminar lentamente para evitar que lo atrapase, sin embargo, ella lo detectó.
–だぃもんじ。– Pronunció la chica lanzando un poderoso hechizo en forma de 〈大〉 que derribó a Lyontari.
–!ؘⲁⳒ– Lyontari se resentía del ataque en el suelo, pero se levantó rápidamente.
La chica se estaba acercando más a Lyontari y no le estaba tiempo alguno para que pudiese defenderse; al tenerlo en frente Lyontari pudo contemplar mejor el rostro de la chica: Un cabello castaño y unos ojos rosados que reflejaban una mirada fría y amenazante que combinaban perfectamente con el aura rojiza que estaba comenzando a desprender; pero no hubo mucho tiempo para analizarla más, pues detrás de esa aura roja aparecieron varios más auras de otros colores que se fusionaron todos en la muñeca de la chica formándose un arma bastante peculiar: Un francotirador. Lyontari intentó correr mientras que la chica solo lo puso en su mira.
–ひぃゎ。– Pronunció, sintiendo vergüenza por Lyontari, antes de ejecutar su tiro.
Obscuridad absoluta fue lo que vio después Lyontari, el hechizo que lanzó aquella arma fue suficiente para noquearlo, por suerte aún sigue con vida, su inconsciente siente que es abandonado en algún lugar e intenta despertar: Lo único que ve es a esa chica, aquella chica vestida de rojo, alejarse de su cuerpo mientras camina a la calle; después cayó dormido.
A la mañana siguiente Káeli comenzaba a ser despertada por la salida del sol y al mover su mano para sentir el cuerpo de su amado pudo notar su ausencia.
–¿Amor?– Preguntó mientras lo buscaba con una mano y forzaba su vista para ver mínimamente bien, así fue cómo vio tirado a Lyonhari tirado en el suelo de la entrada con la puerta abierta. –¡Lyontari!– Gritó con fuerza mientras se levantaba rápido a levantarlo.
–⸘Pero qué pasa‽– Preguntó Elafê quien salió de su habitación con el grito de Káeli para después ver a Lyontari. –¡Lyontari!–
Ambas chicas estaban agitando a Lyonhari, hasta que finalmente este comenzó a despertar.
–Ay…, mi cabeza…– Expresaba Lyonhari mientras intentaba ponerse de pie.
–⸘Qué te pasó‽– Le preguntó Káeli.
–Yo… no lo recuerdo bien, mis recuerdos están algo borrosos…– Respondió.
–Así no creo que vayas ir a trabajar… Deberías sentarte un rato.– Le recomendó Elafê.
–No, no, Ġazi no creo que vaya a tolerarlo… Debo ir.– Rechazó la idea Lyontari.
–¡Tienes que estar bromeando!, ¡ni creas que dejaré que vayas así!– Respondió Káeli negándose y después comenzó a acariciar su cabeza por encima del cabello. –Mi pobre Lyontari…–
Las chicas pusieron a Lyontari en el sillón y este comenzó a recostarse para descansar y volver a dormir.
–¿Puedo encargarte a Lyontari?– Le preguntó Káeli a su amiga.
–Puedo cuidarlo hasta que tenga que irme al trabajo, hoy me toca turno vespertino, así que me iré a mediodía.– Respondió Elafê.
–Seguramente ya estará bien… Muchas gracias. Tengo que apurarme a vestir.– Dijo Káeli mientras iba a bañarse.
–Y yo que quería dormir hasta tarde hoy… Ni hablar.– Hablaba sola Elafê.
Káeli salió del baño ya con su atuendo de ese día y salió presurosa al trabajo porque ya se le estaba haciendo un poco tarde. Elafê se quedó cuidando a Lyontari mientras empezaba a abrir un libro.
Por su parte, Ġazi estaba peinándose, ya había terminado de vestirse y estaba pensando en lo mismo que la noche anterior.
–¿Pero de qué serviría que pudiésemos tener una relación de tres si en primer lugar no le gusto?, ¿y si Lyontari se opone?– Pensaba. –Aunque… Lyontari es del Reino del Fuego, ahí practican la poliginia…– Reflexionaba, pero se dio cuenta rápidamente del error tan grande de eso. –No…, yo no quiero ser parte del harén de Lyontari, yo quiero que ser de ella…–
Ġazi respiró hondo frente a su espejo, sus ojos se veían sin menos brillo que los anteriores días. Finalmente salió de casa y se dirigió hacia el trabajo.