A pesar de que el sol brillaba, envolviendo mi cuerpo en un cálido abrazo, me sentía aún medio dormida. Una agridulce sensación cubría mi corazón: los eventos pasados eran un carrusel de emociones.
Noté entonces algo pesado sobre mis pies. Para mi sorpresa, allí estaba Silvia, recostada. Se notaba que no había dormido bien y que, probablemente, prefirió venir a mi cuarto. Se veía tan tierna… No pude evitar acariciar su cabello y sonreír. Todo esto debía ser muy complejo para ella intentar ser fuerte y quizás este espacio sea su refugio par ano sentirse sola.
No dejaba de ser curioso que, por primera vez, una chica durmiera en mi cama. Era extraño que todo lo que antes parecía sueños imposibles en mi vida anterior, ahora surgiera sin siquiera buscarlos. La vida me había dado esta maravillosa sorpresa.
Intenté vestirme sin molestarla. Al salir, Drusila me sorprendió en el atrio mientras observaba los jardines. Ella sonrió al verme tan absorta.
—Me alegra que te guste. Como ya habrás notado, esta casa —o domus— es muy, muy cara. Pero tienes suerte: nuestro grupo siempre se prepara para estas circunstancias. Este día será especial, así que intenta verte bonita. Quien viene pidió exclusividad… por toda la noche —me guiñó un ojo y no pudo evitar reírse.
Me tapé la cara, algo sonrojada. Pero no era tanto vergüenza... sino fascinación. Esa sensación de complicidad con ellas me hacía feliz.
El día pasó rápido. Silvia, aún preocupada por los últimos acontecimientos, no se despegaba de mí.
—Debo estar preparada. Si algo te pasa, no me lo perdonaría.
—Tranquila, Silvia. No creas que me comportaré como una cortesana en apuros. Si debo cuidar de ambas, lo haré encantada.
Silvia se acercó, mirándome a los ojos.
—Tú nunca cambias. Gracias por ser como eres.
La abracé. En momentos de tensión, sentir que no estás sola ayuda a calmar el corazón… y el espíritu.
—Todo irá bien, Silvia-chan. Confía en tu Dios y en el destino.
—¿Chan?
—Ah, es una forma de saludar en mi mundo… jeje. Además, este atrio será genial como hostal termal. Hay mucho por hacer.
Silvia se sonrojó y asintió con una sonrisa.
Esa noche intenté lucir lo más seductora posible. Sabía que vendría alguien importante. Silvia me peinó y maquilló.
—Estoy segura de que le vas a impresionar.
—Sí, aunque creo que no deberías ganarme detrás de las cortinas —le dije con una sonrisa.
—Ah, pero alguien tiene que cuidarte. Los hombres son complicados.
—¿Sabes? Aún me sorprende cómo Drusila despachó a Marcus a primera hora. Pobrecito… Le costó aceptar que hoy debía atender a alguien especial.
Me gustaba tener estos temas en común con Silvia. La sala se perfumó con pétalos de rosa y arreglos florales que se veían preciosos. Quienquiera que viniera… sería alguien especial.
Entonces sonó una campanita: era la señal. La persona estaba por llegar. Me acomodé en una pose sensual, enviando besitos al cielo, mostrando un poco mis piernas gracias a la túnica corta. Con los labios rojos, cerré los ojos.
—Siempre es hermoso recibir visitas tan especiales…
Al abrir los ojos, quedé boquiabierta. Frente a mí, una chica alta de facciones asiáticas intentaba aguantarse la risa mientras me miraba.
—Realmente, todo lo que Drusila me dijo de ti es cierto —dijo entre risas—. Eres muy especial, Claudia.
Extendió sus brazos y, de sus hombros, surgió un perfecto par de alas angelicales que se desplegaron con gracia. Algunas plumas cayeron a mí alrededor.
—Mi nombre es Tomoe. Soy quien vigila el tiempo… y, por ende, a ustedes.
Graciosamente, hizo una pequeña reverencia mientras yo, sorprendida, me quedé con la boca abierta. O sea, vamos... no es algo de todos los días encontrarse con un ángel saludándote.
—Quizás no era lo que esperabas… Lamento haberte aguado la noche, jejeje, pero era muy divertido —dijo.
—Perdón, es que... creo que en estos últimos días me han pasado muchas cosas.
—No te preocupes, querida. Mira, para que se te pase el mal rato, toma —juntó sus manos y, mágicamente, apareció una barra de chocolate.
—Gracias… —Mis ojos se iluminaron. El chocolate era una de las pocas cosas que realmente extrañaba de mi vida pasada. Incluso, creo que se me humedecieron los ojos. Recibí el chocolate agradecida, lo abrí, y, sorprendida ante esa muestra de poder, no pude evitar querer pedírselo. Intenté poner mi mirada más tierna y una sonrisa de cortesana (prometo que nunca la aprendí formalmente; es algo que desarrollé en mis interacciones).
—Alguien tan poderosa como tú, Tomoe, podría ser la clave para vencer a Airlia.
—Me encanta la cara tierna que pones, Claudia. Tanto tú como Drusila tienen una misión muy compleja. Aunque, lamentablemente, no podré ayudar más allá de mis consejos… y del chocolate, claro. Verás, como sabes, Drusila es una Guardiana del Tiempo, una organización humana que cuida el curso normal de la historia. Yo, en cambio, como ángel del tiempo, solo puedo intervenir si una fuerza ajena a este mundo intenta afectarlo.
»Y, si bien esa “bruja” no pertenece a nuestro mundo, el origen de su propósito fue provocado por sucesos originados aquí. Así que, para el Cielo, esto sigue siendo consecuencia de decisiones humanas. Lo siento —puso sus manos sobre el corazón e inclinó suavemente la cabeza, en un gesto de disculpa—. Por favor, escucha bien lo que voy a decirte.
Obviamente, ante su negativa, puse una expresión de ligero berrinche mientras me consolaba comiendo la barrita de chocolate. Pensé que a Silvia le gustaría. Pero entonces, la voz de Tomoe se volvió más ceremonial, con un tono cálido pero firme, y una mirada conciliadora, consciente de lo importante de su mensaje.
—Necesitas purificar cuanto antes los granos violetas de tu collar del tiempo. El Culto de Laporia se está fortaleciendo, y esta misma noche algo ocurrirá. Cambios sutiles comenzarán a afectar este mundo… serán transformaciones que solo tú, Drusila y yo recordaremos. El resto de los habitantes no lo notarán. Pero con el tiempo, estos cambios serán más profundos, moldeando este lugar hasta convertirlo en una réplica del mundo original de la bruja. O, como ahora se hace llamar, la Neo Reina, desde el siglo XVIII.
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viajes en el tiempo, cambio de genero, isekai o reencarnación en otro mundo
Editado: 08.11.2025