La Costa

CAPITULO I

CAPITULO I

VOLVER.

SENTIR LA VIDA DE OTRA MANERA…

 

De regreso del trabajo luego de un día terrible, ingreso al departamento recojo la correspondencia que está en el suelo, la hurgo de reojo, casi nada interesante hasta que me topo con una carta, una carta que me haría recordar tantas cosas que creí haber dejado atrás…

Era una tarjeta de casamiento tenia detalles hermosos en dorado que por un momento me hizo pensar que era linda pero, al comenzar a leer las líneas la sorpresa para mí fue enorme, convirtiéndose en  la peor tarjeta que había leído en mi vida, cada línea al comienzo me dieron a entender que si efectivamente se trataba de un casamiento el sentimiento más desgarrador fue cuando leí los nombres escritos en letra dorada, esto trae muchas preguntas y quizás también respuestas pero sería difícil de explicar lo que me sucedió con tan solo leer el remitente de esa carta.

 

Estimada Elizabeth:

Nos dirigimos a ti con el agrado de invitarte a la celebración de la boda de Nicole Márquez y Caleb Boore. A realizarse el día 28 de septiembre en la parroquia Nuestra Señora del Rosario La Rivera.

Luego, te esperamos en la residencia Boore para brindis y festejo.

 

Atte. Familia Boore y Márquez

 

Lo primero que tendí a hacer fue mirar una y otra vez el sobre, leí su remitente y no me dejaba ningún dato que me guiara a lo que sucedía, no me demore en levantar el teléfono y marcar casi de memoria su número _ Daniel ¿puedes venir por favor? le dije con lágrimas en los ojos a puro sollozos.

_sí, claro. En 10 minutos estoy ahí.

Esos minutos fueron eternos sentía que las paredes del apartamento se me venían encima, me senté en el sillón que daba al ventanal abierto. Traté que el aire fresco me golpeara de alguna forma el rostro, necesitaba enfriarme me sentía quemar por dentro, al notar lo aturdida que estaba cubrí mi cabeza con un cojín que tenía en mi espalda.

Por poco no escuche el timbre por lo que sonó dos veces hasta que fui a atender a la puerta solo abrí sin mirar quien era y volví a sillón.

_que sucede? Pregunto

Señale de alguna forma la mesa de vidrio del comedor indicándole lo único que estaba sobre ella. El tomo la carta y guardo silencio mientras la leía detenidamente.

_que piensas hacer al respecto. Me pregunto mirándome postrada en el sillón

Yo solo me encogí de hombros

_y por qué lloras?

Volví a encogerlos   
_ sé que a veces sientes que no perteneces aquí…  en este mundo nunca sabes si estas Dentro o fuera.  Pero Cuando te miro… veo algo raro.

 Me saque el cojín del rostro _ ¡raro! A que te refieres. ¿Que ves?

_veo tristeza, soledad… como que te falta algo, que quieres ir a algún lugar y por alguna extraña razón no puedes.
_déjame decirte que no me ayudas en lo absoluto.

_soy tu amigo no tu terapeuta. Además, solo conteste a tu pregunta.

Sus palabras resultaban ser algo complacientes en el sentido que luego de mucho tiempo alguien se preocupaba por mi _a veces me pregunto porque me conoces tanto… él se abanicó con el sobre y se acercó hacia mi colocándose de rodillas frente al sillón.

_vamos…dime. Es mejor si lo que piensas lo dices en vos alta. Lo mire fijo a esos ojos hermosos que tenía.

_no tengo problemas en contarte, ya conoces la historia supe contártela al tiempo de conocernos, sabes que implica a alguien más y quizás eso te moleste.

_si ese alguien te dejo ir no me molesta, se lo agradezco lo único que iría y le rompería la cara por hacerte llorar ahora.

Sonreí, una parte de mi quería que alguien me defendiera de esa manera. Un ajuste de cuentas, si seguro…  que alguien defendiera mi honor, que alguien le demostrara que soy importante y que ha sido un estúpido por dejarme ir. Aunque a decir verdad  nunca he creído tener semejante importancia.
_Lo que te hace diferente, es lo que hay dentro de ti, eso  hizo que me enamorara  cada vez más.

 Trate de no sonrojarme, pero me fue imposible, hacía ya mucho que nadie me decía cosas tan lindas. _Daniel, cuando tú y yo terminamos fue porque ese fantasma estaba entre nosotros.

_ losé, y siempre estuve dispuesto a combatirlo siempre y cuando tú me dejaras, que me permitieras de alguna manera que te olvides de él.

_Necesitaré que me ayudes, pronuncie casi murmurando cerca de su hombro casi poniéndome en puntillas de pie _ necesito de ti, sé que es egoísta pero, necesito que me ayudes. Unas lágrimas inevitablemente cayeron por mis mejillas  
_ no tienes nada que probar conmigo; aun si el resultado no estuviera a mi favor. Guardo un poco de silencio, pero no aparto ni un instante su mirada de mis ojos _ sé que al final me elegirás a mí, dijo en tono de humor. Dibujo una sonrisa burlona tratando de algún modo contagiarme.
_gracias, sabes que yo te quiero.

_podría decirte que yo aún más.

Como no amarlo, como no enamorarme de él, si es casi perfecto, es atractivo, gentil e inteligente, es el tipo de hombre que toda mujer amaría y yo estoy perdida por alguien que aún me atormenta desde hace cuatro años. Los ojos verdes resplandecientes de Daniel me miraban fijo, calando mi alma.   Él se supo ganar mi corazón, con todo lo que hace por mí, supo ser paciente, quedarse a mi lado aun sabiendo que mi corazón jamás le pertenecería, aun sabiendo lo rota que me encontraba, él se conformó con una insípida amistad, y yo aún aquí atándolo a mí con el miedo de quedarme completamente sola. Fui hasta el frente de la mesa y le invité con una seña a me acompañara a sentarse, pero la rechazo. _ quiero aprovechar esta oportunidad para decirte... se acercó a mi tomo mis manos y me atrajo aún más hacia él, tanto que pensé que terminaríamos besándonos, una parte de mi quería que sucediera, pero mi corazón viajo de una ráfaga al pasado y reviví   los besos de Caleb. Por lo que retire mis manos de las suyas _Tú no sabes cómo tocaste mi vida. Trate de un modo volver en mi sacudiendo un poco mi cabeza para lograr acomodar mis pensamientos, quise que no fuera evidente, pero, fue obvio que se dio cuenta _ me haz ayudado mucho en adaptarme, en acostumbrarme a este estilo de vida. En muchas formas que no puedo describir. Hablaba y cada vez trataba de alejarme mientras él me acorralaba en sus brazos.




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